* Aumentan quejas contra trabajadores de diversos oficios
* Hace falta una cultura mercantil, que limite estas situaciones
José Miguel Bautista Hernández
Luego de reportar varias quejas que se han registrado en nuestro municipio, en contra de trabajadores dedicados a diversos oficios, investigando cómo meter en cintura a estos incumplidos personajes desde la vía legal, y es a decir de algunos entrevistados, aun cuando los clientes pagan por adelantado el servicio, muchas veces no cumplen con los trabajos.
En este sentido, la licenciada Dalia Gabriela Guzmán Lambert, aseveró que uno de los principales problemas es la falta de contratos, pues a raíz de ello, los trabajadores de oficio no sienten el compromiso de cumplir con los servicios.
“Primero, se tiene que ver el tipo de relación que se ha celebrado, pues una persona puede ir a una empresa constituida como comerciante para celebrar un contrato de naturaleza mercantil, de lo contrario se debe pactar la prestación de un servicio regulado por la legislación civil en ambos casos encontramos mucha gente que ha sido afectada porque no ha cumplido la otra parte, puede ser por el prestador por no hacer lo que se está comprometiendo y muchas veces pidiendo adelantado algún dinero para hacer pago de ese servicio solicitado”, expresó.
Ante esta situación, lo que se recomienda es que la persona realice un contrato por escrito de qué cantidad va a dejar en abono, cuál es el saldo a liquidar, a qué se compromete el prestador, y entonces de esta forma legal poder exigir incumplimiento de la obligación, esto en caso de que alguna de las dos personas se niegue a cumplir las determinaciones del contrato, aunado a ello se debe pactar fecha de inicio, fecha de término y entrega del objeto.
Detalló, que en tratos mercantiles y económicos existen dos tipos, el contrato civil que es el que manejan aquellas personas que no son comerciantes pero prestan un servicio, sin estar constituidas o reconocidas como comercio.
Y el contrato mercantil es para aquellas empresas ya sean personas físicas o morales que presten un servicio y que sean comerciantes porque hagan de su ocupación ordinaria lo que distingue entre unas y otras, en ambos casos siempre se debe pactar por contratos o vía escrita pero desgraciadamente no se tiene esa cultura en ese campo.
En claro ejemplo de esta situación, a nuestro medio fue entregada documentación que señalaba a Raúl Arreola Tamariz, conocido herrero de la ciudad para realizar un trabajo, quien tiene su taller en la esquina de Emiliano Zapata y calle Revolución de la colonia Ruiz Cortines, pidiendo dinero por adelantado e incumpliendo el mismo, por lo que en un lapso de dos años y a fuerza de insistencia del cliente firmó un pagaré pero al negarse aún a saldar la deuda fue demandado en la vía mercantil en el juzgado mixto menor de esta ciudad, donde elementos policiacos realizaron una diligencia a su negocio, sin embargo, de seguirse negando a cubrir el monto de 22 mil pesos podría girarse en breve una orden de aprehensión en su contra para obligarlo a hacer el pago correspondiente o en su defecto quedar recluido por la agravante que le resulte.
Dijo que se hace urgente la reinstalación de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), porque en ciudades como Xalapa o puerto de Veracruz este órgano es un excelente referendo para hacer cumplir al comerciante sobre sus obligaciones y que responda por una calidad o garantía, pero en caso de celebrarse un contrato se debe acudir con un juez de primera instancia y deslindar las responsabilidades correspondientes, afirmó.