El panorama que presenta la avenida es desolador, pues el concreto asfáltico se encuentra repleto de enormes baches que simulan una zona de guerra, hoyancos que superan los diez centímetros de profundidad y que causan afectaciones a las unidades motoras que por ahí circulan.
Según expresan los colonos del lugar, el destrozo ha sido causado nuevamente por la circulación de unidades de alto tonelaje de Pemex y por los constantes escurrimientos de agua que causaron los pésimos trabajos que realizó la constructora DIAHASA, encargada de construir un fraccionamiento algunos metros más arriba.
Destacaron que la anterior administración se encargó de rehabilitar la avenida. Pero actualmente el estado de la vía ha regresado a su forma original, donde es difícil circular durante todo el día, pese a que es una arteria que comunica a varios sectores habitacionales.
En esta zona como en otras muchas más, la destrucción de calles y avenidas continúa por parte de empresas petroleras sub contratadas por Pemex, que no se dignan a rehabilitar a conciencia sus destrozos que afectan a cientos de personas.
Cabe destacar que en este sector apenas el año pasado, autoridades estatales y municipales, inauguraron la Obra Hidráulica en la Prolongación Pozo 13, circuito vial que une a 10 colonias y que beneficia a seis mil habitantes. Esta obra se realizó en un proceso de 50 días, luego del rezago social en que se mantenía, siendo un camino de terracería.
