24 de Noviembre de 2024
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Indignación en el sepelio de Jorge y Alberto, jóvenes asesinados por policías en Totalco

 

 

 

 

 

Verónica Huerta AVC Noticias

Totalco

La aparente calma del pueblo fue interrumpida por los tamborazos, los cláxones de los automóviles, una bocina de la que se escuchaba la canción Amigo de Roberto Carlos, y un tumulto que acompañaba los dos ataúdes de los hermanos Jorge y Alberto, víctimas de un desalojo violento encabezado por la Fuerza Civil de la secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Veracruz.

Los asesinatos de Jorge con edad de 37 años y Alberto de 27 años, mantienen al pueblo enojado que rechaza la presencia de extraños en el sepelio, a los que exigen se vayan del lugar, ubicado a 65 kilómetros de Xalapa, y a tres kilómetros de Alchichica, estado de Puebla.

“No queremos a nadie aquí, nadie que venga de fuera lo queremos aquí, no queremos policías, ni reporteros, a nadie, váyanse” exclaman hombres quejándose de los abusos policiales.

Mientras tanto en un camino paralelo a las vías del tren, el tumulto hace un alto para realizar el cambio de hombres que cargan los ataúdes.Cada una de las cajas de madera es cargada por 12 hombres; los varones se turnan para tener el privilegio de acompañar a sus amigos que murieron por heridas de bala cuando huían de la batalla iniciada por los policías antimotines y de la Fuerza Civil que dirige el secretario Cuauhtémoc Zuñiga Bonilla.Hasta adelante del sepelio va un tractor, y luego una camioneta con una torreta que lleva globos, listones de colores y a su lado caminan menores de edad y mujeres con diversos vestuarios que utilizan en la Danza de los Gracejos.Detrás de las dos cajas de madera caminan mujeres de todas las edades, niños y niñas, y entre ellos van las esposas y los 3 hijos de Jorge y los 3 de Alberto; también van su padre y madre, sus hermanos y los amigos, todos indignados por su muerte.Los asesinatos y ahora el sepelio de Jorge y Alberto fueron el final de una manifestación y persecución de más de 100 policías antimotines que llegaron a la carretera federal 140 Veracruz- Puebla para desalojar a los habitantes de Totalco que mantenían el bloqueo.Los policías de la SSP Veracruz comenzaron a disparar a los manifestantes en la carretera para desalojar y permitir el paso de vehículos, autobuses del transporte público y de carga que habían quedado varados toda la mañana del jueves.

Eran las 15:00 horas cuando los policías se metieron al pueblo de Totalco para iniciar la persecución contra los hombres y mujeres que alcanzaron a correr a sus casas para evitar ser detenidos.

Los manifestantes refieren que Granjas Carroll de México realiza una explotación de los mantos freáticos desde el año 2009 cuando llegaron a plantarse en esa zona de Perote, y con el uso de tecnologías absorbe millones de metros cúbicos de agua que jalan del subsuelo de la Cuenca Libres-Oriental estado de Puebla.

Los campesinos de Totalco municipio de Perote, y de Libres, y Oriental estado de Puebla expresaron que la industria dedicada a la crianza masiva de cerdos utilizan avionetas para bombardear las nubes, esto ha inhibido la lluvia, y la tierra se ha vuelto más arida cada día.

Los vecinos de las comunidades Totalco, Los Conejos, El Sabinal pertenecientes al municipio de Perote señalan que llevan años padeciendo la escasez de agua, y la poca que llega a sus casas está contaminada por lo que exigen a la Comisión de Aguas del Estado de Veracruz (CAEV) a cargo de Jorge Ladrón de Guevara Benítez, que mejore la calidad y distribución del líquido vital.

¿Quién dio la orden? los policías vinieron a matar, no a desalojar: Campesinos en Totalco

Desde la carretera Puebla-Xalapa hasta casi dos kilómetros adentro en un terreno arenoso, los habitantes de Totalco fueron perseguidos por la fuerza civil y policías estatales, quienes tiraron a matar.

Las pruebas de lo que cuentan pueden verse en el camino. Un grupo narra la represión que padecieron este jueves cuando fueron desalojados del plantón en la carretera y mientras reconstruyen van contando y recogiendo los casquillos de bala que están a simple vista.

El área que es un campo grande entre magueyes y restos de siembra que está secándose por la falta de agua, se convirtió en un campo de batalla. Cuenta al menos diez casquillos de diversos calibres, un zapato y las marcas del tractor donde iban los hermanos Jorge y Alberto Cortina quienes fueron ultimados a balazos en el lugar y cuyos cuerpos son velados este jueves.

También en pleno campo abierto una grúa calcinada con las dos puertas abiertas es testigo de los hechos. Era la que intentó llevarse el tractor, pero se lo impidieron.

Los campesinos de Puebla y Veracruz que pertenecen al Movimiento en Defensa de la Cuenca Libres–Oriental , empezaron su jornada de protestas desde el pasado 13 de junio cuando en una asamblea denunciaron a varias empresas, entre ellas Granjas Carroll, además de ranchos particulares de acaparar concesiones de pozos y de contaminar. “Hace tres años apenas tenemos cosecha por la falta de agua, no llueve, las empresas inhiben con artefactos la lluvia, ellos tienen agua y nosotros nada”, era la protesta.

El bloqueo era parte de las movilizaciones de defensa.

Este viernes, mientras parte del pueblo vela los cuerpos de Jorge de 37 años y Alberto de 27 años, otro grupo mantiene tomada la carretera, pero a su exigencia de agua, le agregaron justicia por sus muertos y heridos: “ Ahora pedimos justicia por nuestros muertos, que Cuitláhuac nos diga quien dio la orden de matar, porque eso no fue un desalojo, tiraron a matar”.

Los campesinos dicen que la llegada de más de 100 granaderos al bloqueo el jueves bastó para disolverlo.

Pero entonces los policías y elementos de la fuerza civil los persiguieron a balazos más allá del desalojo y cuentan los agravios: se metieron a las casas, recorrieron las calles, hay dos muertos, una mujer de la tercera edad golpeada, tres heridos de bala, una niña con un rozón de bala, un campesino detenido que fue perseguido en su camioneta que quedó abandonada al pie de la carretera con restos de sangre y quien luego fue sacado del hospital en medio de la noche.

Los testimonios de los abusos se suman por decenas : “Andaban echando disparos a diestra y siniestra, a mí un policía me botó dos tiros en el pie”, “Fue como media hora de balazos, la gente corriendo, los policías metiéndose a las casas, después estuvimos buscando gente que no aparecía, otros heridos, fueron momentos de rabia, de indignación”, “ El hecho de que la policía estatal haya llegado directo al domicilio de una persona que estaba participando, quiere decir que ya los tenían ubicados”, cuentan.

“La Guardia Nacional no hizo nada, solo filmaron, no pararon los balazos”, “ Eran armas largas no pistolas comunes, por el pueblo hay rastro de todos los casquillos”, “Los siguieron y los cazaron como conejos, como delincuentes”, narran los habitantes quienes respaldan sus dichos con video de las agresiones.

A la represión, se suma la indignación de la narrativa oficial, que los acusa de agredir a policías y de ser violentos: “Nosotros no teníamos armas, además de asesinar a dos jóvenes, ahora quieren decir que era su culpa por exigir”, dice uno de los líderes del movimiento.

Pedro Romero, agente municipal de Totalco narra que fueron las horas más horrible que ha vivido :

“ Que estos actos no queden impunes, queremos justicia, castigos, que los policías paguen el abuso, el exceso de fuerza, que destituyan a la persona quien dio la orden, porque esto vino desde el gobierno”.

Los habitantes reclaman que la policía veló por los intereses de la empresa y arremetió en contra de ellos, mientras ellos hacen el plantón seis policías con casco y toletes custodian la entrada de la planta procesadora de alimentos de Granjas Carroll.

Los manifestantes aseguran que el mismo jueves el fiscal regional de Veracruz llegó e hizo un peritaje en la zona, pero ellos siguen encontrando casquillos tirados que son la evidencia de la represión que vivieron.

Los cuerpos de Jorge y Alberto quienes tenían tres hijos cada uno y eran conocidos como jóvenes trabajadores, son velados en un cuarto de block de una parte de su casa  y ahora son el aliciente que indigna a este pueblo a orilla de carretera de poco más de 5 mil habitantes.

En la carretera han atravesado llantas, fogatas, tráileres, camionetas con cartulinas que denuncian la represión: “ Son unos asesinos”.

En medio del frío y la lluvia esperan la mesa de negociación con la secretaría de gobierno para reclamar justicia, la detención de los policías, y la liberación de su detenido.


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