El capo del Cártel de Sinaloa comparece por segunda ocasión ante el tribunal federal de El Paso, a una semana de su caída.
AGENCIAS
CDMX
Ismael El Mayo Zambada ha comparecido este jueves por segunda ocasión ante el tribunal federal de El Paso, Texas. El capo del Cártel de Sinaloa apareció pocos minutos frente a la jueza, Kathleen Cardone, sentado en una silla de ruedas, como lo hizo en la primera audiencia. Vestía una sudadera azul y calzaba unas chanclas de hule de color naranja. El narcotraficante de 76 años mostraba en uno de sus brazos la pulsera de un hospital. La audiencia duró menos de 10 minutos. La próxima vista se llevará a cabo el 9 de septiembre.
Horas antes de la aparición, la acusación presentó una moción ante el distrito judicial para declarar este caso como “complejo”. De esta forma, las partes evitan un juicio rápido.
El argumento del Gobierno es que la acusación contra Zambada está vinculada a un litigio iniciado en 2012 en un Gran Jurado contra 24 miembros del Cártel de Sinaloa.
De este se desprenden los siete cargos que enfrenta El Mayo: delincuencia organizada, dos acusaciones por tráfico de cocaína y marihuana; lavado de dinero; posesión de armas de fuego; homicidio agravado y actividades criminales continuadas por décadas.
De los 24 acusados, Washington ha logrado la extradición y acusación de once. Otros tres murieron en México.
Ocho personas se han declarado culpables y otros dos, Mario Iglesias Villegas y Arturo Shows Urquidi, optaron por ir a un juicio. Ambos fueron sentenciados a cadena perpetua en marzo de 2022.
El primero era un sicario que obedecía las órdenes de El Chapo y El Mayo y era señalado por el Departamento de Justicia como “responsable en miles de muertes cometidas en Ciudad Juárez entre 2008 y 2011″.
El segundo es un expolicía estatal de Chihuahua que en realidad custodiaba las bodegas que el Cártel de Sinaloa tenía en la ciudad fronteriza para almacenar drogas y armas.
Durante la vista, la jueza Cardone retomó uno de los puntos que abordó la semana pasada frente a Zambada.
Este tiene que ver con sus abogados.
Su representante principal es Frank Pérez, quien también defiende en las cortes de Chicago al primogénito de El Mayo, Vicente Zambada Niebla, conocido como Vicentillo.
La togada preguntó al acusado si estaba enterado de este potencial conflicto de interés, a lo que este respondió con un simple “sí”.
El abogado Ray Velarde, afincado en El Paso, también se ha sumado a la defensa de Zambada García.
La figura de Vicentillo puede indicar que Zambada García trabaja en un acuerdo judicial con las autoridades.
La corte de distrito ha fijado para el 11 de septiembre como fecha tentativa para proponer un pacto entre las partes, aunque este plazo puede moverse de acuerdo a las negociaciones.
Algunas versiones de la prensa estadounidense indican que El Mayo llevaba al menos tres años trabajando en su rendición ante el Gobierno de Estados Unidos.
Vicentillo ha jugado un papel clave para las autoridades estadounidenses a lo largo de los años.
Zambada Niebla fue detenido en México en 2009 y extraditado al norte en febrero de 2010. En abril de 2013, se declaró culpable de participar en el tráfico de drogas a Estados Unidos.
Firmó un acuerdo de cooperación con las autoridades y recibió en 2019 una sentencia de 15 años en prisión.
En 2021, sin embargo, la Oficina Federal de Prisiones confirmó que Vicentillo ya no se encuentra en el sistema y que ha sido liberado. Se presume que desde entonces es parte del programa de testigos protegidos.
La audiencia se ha celebrado esta tarde a una semana de la sorpresiva caída del capo, detenido el 25 de junio en un aeropuerto privado en los límites entre Texas y Nuevo México.
La captura de Zambada y Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de El Chapo Guzmán ha sido enmarcada por Washington como parte de la lucha de las autoridades de Estados Unidos contra el tráfico del fentanilo.
Hasta el momento, no obstante, no puede detallarse con claridad la captura del legendario líder del cártel, quien había vivido durante décadas sin haber pisado una prisión.
El letrado Pérez insiste con aplomo que su cliente fue secuestrado en México y llevado a Texas en contra de su voluntad por Guzmán López y miembros de su célula, conocida como Los Chapitos.
Esta versión ha sido negada por Jeffrey Lichtman, el abogado de Joaquín Guzmán López y su hermano menor, Ovidio Guzmán, quien ha sido trasladado a El Paso y cuyo testimonio puede tener valor para el futuro judicial de El Mayo Zambada en Estados Unidos.
La justicia de Estados Unidos pretende borrar la imagen pacífica de El Mayo
Ismael El Mayo Zambada iniciará esta semana su batalla contra la justicia de Estados Unidos. El capo de 76 años del Cártel de Sinaloa está llamado a comparecer este miércoles frente al tribunal federal de El Paso (Texas) para responder a los cargos que se le formulan. Los fiscales se han preparado durante años para este momento. La acusación apunta a que el capo fue el gran corruptor y generador de violencia en la frontera, el responsable de una ola de homicidios que hizo de Ciudad Juárez una de las urbes más inseguras en el mundo durante la década de los 2010.
Existen aún dudas de la forma como Zambada llegó el jueves a Estados Unidos. Su presencia en la ciudad fronteriza de El Paso ha puesto en guardia a las autoridades en ambos lados de la frontera. Maru Campos, la gobernadora de Chiahuahua, ha pedido a la población estar alerta por si las detenciones provocan un repunte en la violencia. “¿Por qué estar preparados? Porque no sabemos muy bien qué sucedió y puede haber una respuesta de los grupos criminales tras una entrega o una traición”, aseguró este lunes Gilberto Loya, el director de Seguridad Pública de la entidad.
La acusación formulada por los fiscales en Texas acusan a El Mayo Zambada de ser un generador de la violencia. De acuerdo con los cargos, el capo habría confiado sus operaciones en Juárez a peligrosas bandas criminales que tuvieron una fuerte presencia en la frontera entre Chihuahua y Texas. Estos son Gente Nueva, los Artistas Asesinos y la pandilla de los Mexicles. La facción de Zambada apoyó a estos grupos con dinero y armamento en la guerra contra sus rivales, el cartel de Juárez y su líder Vicente Carrillo Fuentes, el hermano de El señor de los cielos.
La disputa entre estos grupos provocó una fuerte ola de violencia en Ciudad Juárez a inicios de los años 2000. “Los asesinatos involucraban una violencia extrema y la exhibición pública de la víctima, lo que incluía la mutilación o desmembramiento del cuerpo en un acto ritual”, aseguran los fiscales en la acusación revisada por EL PAÍS. La crisis se ensañó especialmente con el lado mexicano. La urbe registró durante 2007 un homicidio diario, en promedio. Dos años después, la media era de 7,5 asesinatos al día, cerrando 2009 con más de 2.700 homicidios dolosos. El récord, sin embargo, se rompió en 2010, con 3.600 asesinatos, casi 10 al día en una ciudad de 1,3 millones de personas. Mientras esta sangría se desarrollaba, El Paso era uno de los lugares más seguros del mundo.
La justicia estadounidense pretende borrar la fama que Zambada tiene de capo tranquilo que repudia la violencia. El documento vincula al narcotraficante con la orden de asesinato de por lo menos tres personas. La primera era un miembro del cártel, quien perdió 300 kilos de marihuana en un decomiso realizado por autoridades en la localidad de Sierra Blanca (Texas) en agosto de 2009. El traficante fue secuestrado en territorio estadounidense, en la ciudad de Horizon City, y llevado a México, donde se ordenó su ejecución. “En septiembre de 2009 el cuerpo mutilado fue encontrado en Juárez, donde había sido golpeado y estrangulado y sus manos habían sido cortadas y colocadas sobre el pecho como mensaje para aquellos que pensaran en robar al cártel”, aseguran los fiscales.