18 de Mayo de 2024
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Regresan a México víctimas de Egipto  

*Los seis sobrevivientes se encuentran en condición estable

 

*Pese a haber sido dados de alta, algunos tendrán que seguir recibiendo tratamiento

 

El Universal

México, DF

 

Los seis turistas mexicanos que resultaron heridos tras un ataque del Ejército egipcio abordaron este jueves un vuelo para regresar a México, informó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

Los sobrevivientes del ataque se encuentran en condición estable, lo que les permitió abordar, junto con sus familiares, el avión presidencial TP-01 con destino a la Ciudad de México y otras ciudades del país, se informó en un comunicado.

La SRE dejó indicaciones al embajador de México en Egipto, Jorge Álvarez Fuentes, de acelerar los trámites con el Gobierno de dicho país para repatriar los cuerpos de los acaecidos.

“La secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, manifestó su satisfacción por haber alcanzado el primer objetivo de repatriar de manera expedita a los sobrevivientes”, se informó.

Los pacientes fueron dados de alta este jueves en el hospital Dar el Fuad de El Cairo, donde estaban ingresados, pero algunos tendrán que seguir recibiendo tratamiento, tal y como dijeron ellos mismos a la prensa a la salida del centro médico.

Por su parte, el presidente Enrique Peña Nieto expresó su beneplácito al saber que los connacionales ya estaban en el vuelo de regreso a casa y que “México los espera”.

 

"Fuimos bombardeados con saña"

 

“Dios quiso que conociera lo que es el miedo de verdad, la soledad. ¿Por qué? ¿Aué había allí? Nada, no había nada. Le llaman el desierto de los mares”.

Quien habla es la mexicana Susana Calderón. Desde la cama del hospital cairota de Dar Al Fouad, con una lucidez sorprendente pese a la tragedia, recuerda los detalles del que iba a ser un día en un oasis y acabó siendo un día en el infierno.

“Fuimos bombardeados como cinco veces, siempre desde el aire. Todo duró unas tres horas”. Susana es una superviviente.

Residente en Guadalajara, Jalisco, esta mujer de ojos vivos y discurso articulado formaba parte del grupo de 14 turistas mexicanos bombardeados “por error” —como han dicho las autoridades del país— por las fuerzas de seguridad egipcias en el desierto occidental. Su marido, Luis Barajas Fernández, es uno de los ocho muertos.

Fija la mirada como recordando aquel mediodía. “Hay paisajes muy hermosos, pero nada más. No hay dónde resguardarse, no hay dónde correr. Por qué pasó esto, no lo sé, yo no lo entiendo. Para qué, tampoco... con el tiempo tal vez pueda contestar a mis dudas”.

Las versiones sobre lo sucedido son variadas y algunas incluso contradictorias. Según informó el Ministerio de Interior egipcio, los turistas estaban en una zona prohibida en el mismo momento en el que había una persecución por parte de fuerzas del Ejército y la Policía contra terroristas que viajaban en vehículos todoterreno, parecidos a los utilizados por los turistas.

Además, la portavoz de Turismo dijo que el grupo no tenía la licencia necesaria para estar en dicho lugar, pero la Asociación de Guías Turísticos de Egipto aseguró que el grupo tenía todos los papeles en regla y la empresa organizadora, Windows of Egypt, publicó el documento con el que habían informado del viaje a la Policía turística.

Quizás una de las claves del suceso es que, al parecer, en dicho papel se informaba de que irían en coche 10 turistas, mientras que según las autoridades el convoy atacado estaba formado por cuatro coches y 22 personas.

En el plan de viaje no se menciona que habría una comida en el desierto, y fuentes de Windows of Egypt aseguraron que esa parada no estaba bajo su responsabilidad.

Susana no se lo explica. Y el guía que capitaneaba la excursión, Nabil El Tamawi, está muerto. Para ella no había nada fuera de lo normal. Cuenta que las autoridades pararon el convoy dos veces y que los guías enseñaron unos papeles. Les dejaron continuar. Asegura que con ellos viajaba un policía de paisano [civil] y se sentían seguros.

—¿Sientes enfado, odio, o simplemente es incomprensión?, ¿qué es?

“Estoy en un desconcierto total, no sé por qué. No sé, yo no termino de entender. Porque se vio la saña con la que iban y venían, fueron como cinco veces. Fuimos bombardeados como cinco veces, siempre desde el aire. Todo duró unas tres horas”.

Tres horas de ataque... “Tras el primero estábamos ya todos muy mal. Murió uno de los choferes, el hijo de la maestra que organizó el viaje, el policía que iba acompañándonos también murió. Y ya los demás estábamos muy mal heridos y perdidos porque los otros choferes no hablaban inglés”.

 

Susana dice que tras el primer bombardeo los conductores egipcios llamaron a alguien pero no sabe a quién y piensa que gracias a ellos llegaron las ambulancias tiempo después. 


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