EL UNIVERSAL
CHILPANCINGO
El expresidente del Tribunal Superior de Justicia de Guerrero, el magistrado Edmundo Román Pinzón, fue sepultado el mediodía del viernes en un panteón privado en Acapulco, con resguardo de policías y soldados.
Alrededor de las 10 de la mañana, el cortejo fúnebre con el cadáver de Román Pinzón salió de la funeraria privada, donde fue velado, en la avenida Cuauhtémoc y se dirigió hasta la salida rumbo a la Ciudad de México, al panteón privado El eterno descanso.
Todo el recorrido fue custodiado por policías estatales, agentes ministeriales y soldados de la Guardia Nacional.
El sepelio se llevó a cabo en privado a petición de la familia del magistrado. El TSJ no realizó ningún homenaje póstumo al magistrado.
Román Pinzón fue asesinado alrededor de las 4 de la tarde del miércoles cuando salía de las instalaciones del TSJ ubicadas en el fraccionamiento Las Playas, muy cerca de la tradicional playa Caleta.
El magistrado salió en su vehículo cuando le dispararon en cuatro ocasiones a quemarropa. Uno de los balazos fue en la cabeza.
Minutos después del crimen, la Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó el crimen y aseguró que abrió una carpeta de investigación, sin embargo, desde entonces la dependencia no ha informado nada.
Román Pinzón era el presidente de la Segunda Sala Penal en Acapulco y en 2006 fue elegido presidente del TSJ.
Casi de forma paralela, en Chilpancingo, en las oficinas del presidente del TSJ, Ricardo Salinas Sandoval, estaban reunidos todos los magistrados abordando como único tema del asesinato de su compañero. El encuentro fue privado.
De hecho esta es de las primeras reuniones que encabeza Salinas Sandoval, pues apenas el primero de diciembre rindió protesta como presidente del TSJ, en sustitución del magistrado Raymundo Casarrubias Vázquez.
Fuentes del TSJ informaron que los magistrados acordaron solicitar seguridad permanente en las instalaciones del TSJ en Acapulco, Chilpancingo e Iguala, donde están ubicadas las principales salas penales.
Sin embargo, afirmaron, que no solicitaron seguridad para ellos, pero expresaron el riesgo y la peligrosidad que implica su trabajo. Al momento en que fue asesinato, Román Pinzón no era resguardado.
El presidente del TSJ afirmó que desconoce si Román Pinzón había sido amenazado por uno de los casos que juzgaba. También aseguró que no contaban con protección.
Además del asesinato del magistrado, fuera del juzgado ubicado cerca de Caleta, en junio pasado fue atacado a balazos el director de Administración y Finanzas del Poder Judicial, Antonio Sebastián Ortuño, y una funcionaria que lo acompañaba; los dos resultaron heridos.
La funcionaria falleció diez días después; mientras que Sebastián Ortuño perdió un ojo debido a las heridas provocadas por el ataque.
Esas instalaciones, según el presidente del TSJ, ya son resguardadas por policías estatales desde la tarde del miércoles cuando asesinaron al magistrado.
Los magistrados y magistradas, según las fuentes, se mostraron indignados y dolidos por el asesinato de su compañero.
También acordaron exigirle a la fiscalía que realice la investigación del crimen.