Mientras en la UTGZ cobra sin trabajar, en la Tesorería Municipal se entrega al saqueo
Gutiérrez Zamora
Redacción
Mientras los zamoreños luchan por salir adelante con grandes esfuerzos, el tesorero municipal, Luis Rubio Capitaine, ya encontró la fórmula para ganar dinero sin trabajar: acaparar puestos públicos y que sean, de preferencia, donde pueda manejar recursos públicos para despacharse con la cuchara grande.
Director de Vinculación de la Universidad Tecnológica de Gutiérrez Zamora (UTGZ), desde enero de 2007, el licenciado en Administración de Empresas logró su más anhelado sueño, el de llegar a la Tesorería Municipal para darse una vida de jeque árabe que haría palidecer de envidia al propio Carlos Slim.
Fiel seguidor de la mística priista de “no me den, sólo póngame donde hay”, Rubio Capitaine ha generado desestabilización al interior de la UTGZ, la cual opaca los logros académicos de los estudiantes de dicha institución educativa.
Por si esto fuera poco, en la Tesorería municipal se ha distinguido por su trato despótico a los empleados, y por cargar al erario los gastos superfluos a los que está acostumbrado, como si fuera el precio que cobra a los zamoreños por tenerlo en la nómina del ayuntamiento.
Los abusos del flamante tesorero son solapados por la alcaldesa María Leticia Delong Capellini, quien lo llamó para ese puesto y le permite los excesos que ya causan el repudio de la población, mientras que a su oficina de la Universidad Tecnológica no se acerca más que para preguntar si hay alguna novedad y presumir que se le requiere en el Palacio Municipal para “orientar” a la alcaldesa.
Sin un plan de trabajo definido y con más intenciones de beneficiarse con el cargo de servir a los zamoreños, Rubio Capitaine no sólo exhibe sus ínfulas de poder, sino su incapacidad para llevar las riendas de la Tesorería, porque desde su llegada a dicho puesto sólo se limita a decir a quienes realizan gestiones, que no hay dinero y cuando le preguntan cuándo lo habrá para pagar sueldos a empleados municipales e iniciar obras, se limita a encogerse de hombros y decir “no lo sé”.
