FACUNDO BARTOLO SALAZAR
MARTÍNEZ DE LA TORRE
La caída del precio del limón es un cuento de nunca acabar, y desafortunadamente los pequeños productores no están bien organizados para reaccionar ante los factores que facilitan esa situación, como la entrada de fruta de estados del sur del país, resultando vergonzoso que los citricultores que levantan sus cosechas con tanto esfuerzo se vean obligados a andar ofreciendo su producto, porque los compradores los orillan a eso para pagarles menos, señalo Isidoro Ibarra Carcamo, productor.
Comentó que “apenas nos estábamos endulzando con los buenos precios del limón, y de pronto todo baja y nos quedamos indefensos, porque ahora alegan que hay mucha fruta, y que precisamente exigen los tamaños que no tenemos, por pura casualidad, y a unos días de que se había hablado de que la fruta es muy escasa en las huertas”.
Añadió que se trata de un problema que además de la producción, tiene que ver con la organización de los productores, que ni siquiera existe, mucho menos líderes que ayuden a defender al gremio, de lo cual se aprovechan los comercializadores y acaparadores que comienzan a tomar control del producto, y, por lo tanto, ellos deciden los precios que se tienen que pagar a los productores.
Ibarra Carcamo reconoció que la economía de los citricultores sufre un duro golpe, pues definitivamente no es lo mismo vender una caja de limón persa a mil o a 500 pesos que a cien pesos, tal como ha caído en estos momentos, mientras que en los supermercados el kilogramo de limón no baja de los 80 pesos.
Manifestó que eso no es lógico, pues el limón que se vende directamente al público es prácticamente el desecho que queda de la fruta de exportación, de tal manera que no es lógico que tenga un precio parecido al precio que les pagan a los productores, pero por caja de 30 kilogramos.
