El tiempo está acelerado o a caso ¿no sientes que todo va muy a prisa? ¿Qué todo se está acelerando? ¿Qué la manifestación entre lo que piensas y expresas se materializa más rápido sea para bien o para mal?. Bien, en el caso de la sexualidad ocurre lo mismo.
El Zen dice: “El instante presente dura un men” que es como unos 7 segundos, no dura un instante que implica repetir y repetir; hay un espacio pequeño. Cualquier cosa que realices dura un espacio pequeño que te permite mantenerte verdaderamente en el presente y este espacio es suficiente para que eches una mirada dentro de ti, observes qué es lo que sucede y lo saques fuera de ti.
Ahora bien, tu tiempo sexual presente es la clave que te da la consciencia que requieres para, primero, ubicar en qué punto estás y segundo, para que sepas que la consciencia sexual actual exige más que un trabajito iniciático, no es un trabajo instantáneo que te brinda una huida espiritual, tampoco se trata de resolver tus conflictos sexuales mediante constelaciones familiares. Es necesario que le dediques tiempo a tu sexualidad para que limpies los residuos de todo aquello que ya no va con la nueva vibración de la consciencia sexual presente y actual.
Es importante que sincronices tu tiempo sexual presente al Tiempo sexual Presente del Planeta. Desde luego que los métodos terapéuticos ayudan, pero no son suficiente ya que no es lo mismo una constelación familiar respecto a algún conflicto sexual, que meterte en el camino del(a) guerrero(a). Si realmente quieres vivir tu sexualidad en tiempo presente y sentir la plenitud, el éxtasis y la felicidad que se dan en consecuencia, es imprescindible que abraces tu sombra y, abrazar tu sombra significa aprender a amar tu oscuridad ya que es ahí donde se encuentra toda la energía que necesitas para alcanzar cualquier meta que te propongas tanto en tu vida sexual como en tu vida en general.
Para abrazar tu propia sombra en tu sexualidad necesitas aceptar tus conflictos sexuales con todo y la tristeza, la angustia, el miedo, la repulsión, ansiedad, etc.. Es necesario que experimentes tu tristeza, angustia, etc…y cualquier emoción que te cause la sombra de tu sexualidad porque no es huyendo y evadiendo de tus emociones como puedes abrazar tu oscuridad.
La sombra sexual es el cuarto oscuro y abandonado en el que se encuentran los trastes sucios, la ropa rota y los objetos vergonzosos que no somos capaces de asimilar y afrontar abiertamente sean del tipo que sean incluyendo las cualidades más preciadas que, en el caso de las mujeres son el poder de lo femenino y en el de los hombres la verdadera masculinidad y a las cuales también tememos (llamadas así, la sombra dorada (Fiel)). Por ello, muchos hombres limitan su sexo al creer que eyacular es sinónimo de orgasmo y las mujeres al creer que la vagina es pasiva y no activa sin saber que los músculos vaginales entrenados son verdaderamente fascinantes.
Si no aprendes a abrazar verdaderamente tu sombra, es imposible que vivas tu tiempo sexual presente; acepta primero tus obsesiones sexuales, ya sea que estés obsesionado por los pechos, por el sexo oral, por la masturbación, por el incesto, por la homosexualidad, la bisexualidad, por el falo, etc… si aprendes a aceptar tus obsesiones y dejas de luchar contra ellas, es más fácil que las vayas transformando en un sexo creativo y esto es parte de la alquimia sexual ya que detrás de cada obsesión yace una enseñanza para ti. Pero, es muy importante que tomes esto con la madurez requerida, de lo contrario, solo te dañarás aun más, esto requiere que te decidas.
Para integrar lo femenino y lo masculino en ti, debes abrazar tu sombra y, cuando lo logras, entonces descubres tu verdadero ser, tu ser esencial y, cuando esto se da, entonces, ahora si, vives tu tiempo sexual presente y este tiempo te permite encontrar al hombre y/o mujer verdaderos, según sea el caso, que te complementan así, ambos conforman la alquimia sexual de pareja que es la fuerza más poderosa de este planeta y que nos conduce a estados de consciencia alterados cuyas experiencias son tan intensas, que no hay palabras que las puedan definir.
Psic. Jaquelin Machado Garduño
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