26 de Abril de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Madres buscadoras: Excavar la tierra hasta encontrarlos

 

 

 

 

 

Flavia Morales/AVC

Xalapa

Cada vez que María llega a un terreno, explora la tierra. ¿ Aquí podría ser dónde esté mi hijo?, se pregunta, mientras un vacío invade su estómago.

Su sentimiento es compartido por otras madres de desaparecidos, que ante los escasos avances de la Fiscalía General del Estado para hallar a su hijos, decidieron buscarlos ellas mismas entre la tierra de barrancas, parques y campos.

En el festejo del día de las madres, los reporteros y fotógrafos de AVC Noticias, buscamos las historias de las madres que han decidido buscar a sus hijos en terrenos como las fosas clandestinas de La Guapota en Úrsulo Galván, el parque Natura, o las barrancas cercanas a Xalapa.

Estas son algunas de las historias de las madres buscadoras.

Rufina Abaroa Rodríguez

Busca a su hijo Alfredo Hernández, desaparecido el 26 de agosto del 2016 en Veracruz

Alfredo Hernández desapareció junto a otras cuatro personas en la autopista Córdoba- México. Por su caso, ocurrido en 2016, no hay detenidos ni avances en la carpeta de investigación.

Rufina, su madre que es parte del colectivo buscando a nuestros desaparecidos y desaparecidas, inició hace unos años el proceso de búsqueda en campo, empezó con ir a los ceresos y hospitales, siguió con las escuelas.

Y ahora lo hace en campo “ Son jornadas largas, de 6 de la mañana a 10 de la noche, pensé en buscar en campo, porque si no lo hago yo, no lo hará nadie por mí, yo tan solo veo la carpeta de investigación, está limpia”.

Para Rufina la búsqueda es una esperanza, y cada vez que encuentra un hallazgo de restos, hay sentimientos encontrados “ Cuando se encuentra, da alegría por que una familia encontrará la paz, pero es tristeza también, porque uno no halla lo que está buscando”:

Fabiola Pensado Barrera

Busca a Argenis Yosimir Pensado Barrera, desaparecido el 16 de marzo del 2014

La primera vez que Fabiola se integró a una búsqueda fue en la Brigada Nacional de Búsqueda en Amatlán de los Reyes, desde entonces no ha dejado de buscar en campo.

“ Si el gobierno no hace nada, entonces yo tengo que aportar, y era mucho miedo, pensaba que me iba a doblar, porque la mente traiciona, rápido piensas en tu hijo, pero pudo más la necesidad, el corazón y la voluntad de encontrarlos, y decidí empezar”.

Fabiola quien ha participado en varias búsquedas a nivel local y nacional, dice que ha aprendido a leer la tierra y las condiciones del lugar, incluso las herramientas que se necesitan.

Hace unos meses, halló junto con el colectivo Enlaces Xalapa, dos cuerpos en una Barranca cerca de Xalapa, para llegar tuvieron que caminar casi tres horas en medio de un camino intrincado “ Todavía estaban vendados, atados de sus manos hacia atrás, estando ahí debes ser fuerte, pero cuando llegas a tu casa, te quiebras, gritas y lloras, pero al día siguiente tienes que volver a búsqueda”.

María Magdalena Calte Hernández

Busca a su hijo: Alfredo Tlaxcalteco Calte, desaparecido el 3 de febrero del 2010.

María Magdalena Calte Hernández, tiene más de 11 años en búsqueda de su hijo Alfredo. Desde un principio, decidió iniciar la investigación ella misma. “ Fui a barrancas, a colonias, hasta la Sierra de Oaxaca llegué”.

Narra que la búsqueda la ha afectado económica, moral y físicamente, pero aún así participa en búsquedas fosas clandestinas en Xalapa y Michoacán.

Sus ojos se han vuelto expertos con el tiempo, cada vez que llega a un terreno se pregunta: “Dios, ¿aquí podría ser?

Para ella la búsqueda es un proceso difícil, hay que enfrentar a la Fiscalía, que quieren el punto exacto de la búsqueda, cuando a ellos le toca el trabajo.

“En Veracruz hay una triple desaparición: una por parte de los perpetradores, otras de parte de la fiscalía que no avanza, y la tercera cuando se halla un cuerpo, pero el forense no le da identidad”.

Goretty Espinosa Aguilar

Busca a su padre, Rafael Espinosa Gutiérrez, desaparecido el 15 de agosto del 2013

Rafael desapareció cuando Goretty tenía 11 años.

Desde entonces, su tía, María Elena Gutiérrez encabezó la búsqueda de su padre en nombre de la familia.

pero a los 16, ella decidió incluirse, desde entonces se ha unido a las manifestaciones, ha estado en las discusiones de ley de víctimas y hace un año está haciendo búsqueda en campo.

Para Goretty Espinosa, la incertidumbre era dolorosa: “ Quería ser parte de la esperanza y la lucha de forma activa, era una forma de decirle a mi padre aquí estoy y no te olvido. Sí mi madre y mi tía no pueden con el ritmo de la búsqueda, porque las jornadas de trabajo son pesadas, entonces alguien tiene que seguir”.

La búsqueda en fosas es un trabajo difícil, pero Goretty se ha capacitado a la par que las madres de desaparecidos : “ Nunca me ha tocado olor una varilla, solo he visto huesos y otra escena que no se sale de mi cabeza, es una fosa donde se hallaron cientos de prendas, vendas, y zapatos de niños quedamos. No sé mucho de búsqueda pero siempre pregunto y no paro de pregunta, porque me niego a la incertidumbre”.

Esperanza Hernández Hernández

Busca a su hija Xochilt Celeste Castañeda Hernández

desaparecida el 5 de febrero del 2013.

Xochilt Celeste Castañeda Hernández, llevó a sus hijas a la escuela por la mañana, pero nunca regresó por ellas. Desde entonces la busca su madre en campo, después de no ver avances en la carpeta de investigación: “ Todo lo que está en la carpeta es lo que hemos aportado, entonces buscar en campo nos hace pensar que estamos haciendo algo y no nos quedamos esperando, porque a ellos no les importa”.

Esperanza conoce las capas de la tierra, sabe por ejemplo que para quitar el olor a muerto de la varilla que se clava en las fosas, hay que limpiar con nopal y hierbas. Ella busca a su hija, pero también a los hijos de sus compañeras.

Ahora es la mamá de sus dos nietas, quienes cada diez de mayo le preparan un regalo “ cada diez de mayo mi hija formaba a las niñas, me felicitaban y daban mi regalo, así los hacen desde entonces, me acaban de leer el poema para su mamá, eso fue como clavarme algo en el corazón”, cuenta.

Janet González Hernández

Busca a su hija, Llexi Karen Sánchez González, desaparecida el  13 de mayo del 2011

A Llexi Karen, la sacaron de su casa cuando se estaba bañando, su madre Janet presenció los hechos y asegura que quien entró está identificado como Francisco Navarrete Serna, asesinado en junio del año pasado.

“Cuando se la llevaron, él me dijo que iba a estar como reina, que solo la iba a llevar a dar una vuelta y la regresaba, nunca volvió”, narra.

Un año después, en febrero del 2012, su hijo Josuel Fernández Sánchez González, fue desaparecido y luego hallado en una fosa común de Cosautlán.

El diez de mayo, para Janet es una fecha de terror que no termina, pues sigue dando vueltas en la fiscalía y no le dan avances en la investigación de la desaparición de su hija.

“En el caso de mi hija, hubo un ministerio público que me extorsionó, me aseguró que mi hija estaba en una casa de seguridad, me pidió dinero, pero ella nunca apareció”.

Hace un año, inició la búsqueda en campo: “ Es triste y alegre a la vez, vas con la ilusión de encontrar, de dar esperanza, aliento de una familia, es tristeza, sientes un hueco, hay que ser fuertes para vivir lo que se vive en las búsqueda”.

Rosa Elena Ladrón Guevara Alafita

Busca a su hijo Jesús Viveros Ladron de Guevara, desaparecido el 14 de marzo del 2014

Cuando Jesús desapareció, su madre luchó por mucho tiempo, primero con la enfermedad, y luego con aceptar los hechos.

“Algunas madres aún no se atreven a buscar, porque para ir al campo hay que tener fuerza física y emocional. A lo largo de los años, hemos aprendido muchas cosas, pero nos faltan muchas cosas. ¿ Cómo pensaron los perpetradores ? ¿ Cómo se distinguen los huesos de humanos y animales?, quisiéramos tener superpoderes, querer volar para hallarlos”

Hallar restos en campo, representa para Rosa Elena, una ruleta de sentimientos: “ Se nos juntan un montón de sentimientos, si encontramos algo tenemos la esperanza de la identificación, pero si no encontramos seguimos con la incertidumbre”.

Brenda Natividad Hernández

Busca a su esposo Mario Alberto de Ocampo, desaparecido el 16 de junio del 2010

En la búsqueda de su esposo, su dos hijas han crecido hasta convertirse en adolescentes y ahora la acompañan en la búsqueda.

A Mario Alberto de Ocampo lo secuestraron casi a la par de su hermano y la esposa de este, entonces Brenda se convirtió en la fortaleza de la familia y en la buscadora más visible.

“Soy el reemplazo de la mamá buscando a sus hijos, pero también estamos buscando al papá de mis hijas, no tienen a dónde llevarle flores, yo quiero encontrar a su padre, hasta ahora hemos aprendido a vivir con el dolor de la ausencia y empezamos a buscar en campo hace tres años”.

Para Brenda, es difícil enfrentar que el gobierno puede ser al mismo tiempo la autoridad y el victimario, cuando no hay avances en la investigación y en su caso tampoco detenidos: “ Aparte de la desaparición fue un secuestro, vives el momento en que se lo llevan, y después el secuestro, cuando te hablan, ya después de que das todo para devuelves, y nunca te lo devuelven”.

Viola Ortiz, busca a su hijo Marco Ernesto Hernández Ortíz, desaparecido el 22 de octubre del 2017

Cada vez que Viola iba a preguntar por su hijo desaparecido en Chiltoyac, la respuesta de los fiscales era la misma: no hay nada nuevo, hay mucho trabajo, no podemos enfocarnos solo en su hijo, hay muchos desaparecidos.

Así fue como llegó al colectivo en busca de nuestros desaparecidos y desaparecidos, entonces inició una búsqueda colectiva “ Ya en unión, nos damos valor, ahora me consuela que no solo yo tengo a mi hijo desaparecido, que hay gente apoyando en la búsqueda”.

Aunque por su enfermedad crónico degenerativa no puede asistir a la búsqueda en campo, acompaña a la familias durante las marchas y  en eventos para exigir celeridad en los casos.


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