EL DESCANSO
CLAUDIA VIVEROS LORENZO
Todos necesitamos descansar. Se supone que por lo menos deberíamos dormir entre 6 y 8 horas al día. Incluso no hacerlo nos hace ganar peso. ¿Sabía que las top models internacionales lo que más hacen es dormir? Las ayuda a mantenerse lozanas. Ahora sí que ahí aplica lo de la “bella durmiente”.
Pero más allá de dormir, que es fundamental. Todos necesitamos reales sesiones de descanso. Este mundo globalizado nos ha llevado a querer vivir corriendo. Más de una vez, seguro, ha dicho: “¡quisiera que el día durara 48 horas, porque no me alcanza!”. Y es que no alcanza porque nos sobre saturamos, queremos hacer todo de una vez y de preferencia rápido.
Nos detenemos poco a la contemplación. En la columna del 28 de febrero de 2021, le hablé sobre el movimiento slow. Nacido en 1986, corriente cultural que promueve calmar las actividades humanas. Propone tomar el control del tiempo en vez de someterse a su tiranía, dando prioridad a las actividades que redundan en el desarrollo de las personas, encontrando un equilibrio entre la utilización de la tecnología orientada al ahorro del tiempo y el tomándose el tiempo necesario para disfrutar de actividades como pasear o socializar.
Una de las recomendaciones para seguir este movimiento es dejar atrás la autoexigencia, ya que esta es en la mayoría de los casos, la que nos lleva a alejarnos del descanso y de la vida tranquila. Nos han construido un concepto de éxito muy alejado de la felicidad.
Descansar nos lleva a encontrarnos con nuestra esencia, a poder darle un vistazo a lo que hemos logrado, a las rutas que hemos recorrido y a reconfigurar quizá los nuevos caminos. Necesitamos descansar de verdad. Porque estamos tan montados en este mundo mercantil y material que diseñamos “vacaciones o tiempos de recreación” que más que descansados nos dejan exhaustos y ávidos de un descanso de ese descanso. Toda una paradoja.
No creo que necesitemos ir al Tibet para lograr descanso. Ese está en nuestro interior con un poco de esmero y trabajo en la esencia personal. Enfocarnos a lo que realmente deseamos y buscamos construir de nuestra persona y de lo que nos rodea.
Duerma bien, despeje su mente para relajarla por lo menos dos veces durante 10 minutos, pero sobre todo, busque interiorizar. La meditación tiene muchos beneficios como aplacar la ansiedad, subir los niveles de serotonina, optimizar el metabolismo, regular el funcionamiento del sistema cerebral y mejorar la presión sanguínea, la concentración y la memoria.
Reposo no significa abandonarnos al sofá y tener una actitud pasiva y sedentaria. Al contrario, el correcto descanso requiere de acciones para conseguir un buen sueño y bienestar. Así evitamos la fatiga y tenemos una mejor calidad de vida. Dormir o relajarse meditando son hábitos recurrentes, yo le invitaría a descansar como a usted le gusta particularmente, sin importarle lo que digan los demás. Y en ese periodo, buscar en usted mismo las direcciones correctas.
Estas dos últimas semanas, yo me tomé un descanso, por primera vez en casi 5 años, escribiendo esta columna, pero ya estoy de vuelta