José Valencia Sánchez.- Ante tantos requisitos para las candidaturas independientes, los ciudadanos continuarán cobijándose en los partidos políticos existentes y la opción más viable para quienes decidan participar en futuros procesos electorales, podría ser, ni más ni menos, Morena, de Andrés Manuel López Obrador.
Militantes del PRD y antiguos simpatizantes de este partido están pensando en acercarse al muy criticado dos veces candidato presidencial, quien ha expresado su deseo de contender por tercera ocasión, en 2018. Algunos, ya trabajan para la causa del tabasqueño.
Es el único que, para bien o para mal, equivocado o acertado, encarna una real oposición, lo cual en este momento no puede decirse ni del PAN ni del PRD.
Los restantes partidos políticos juntos no representan ninguna amenaza para la hegemonía del PRI, que con Enrique Peña Nieto a la cabeza se ha revitalizado.
La candidatura ciudadana parecía una opción fresca y saludable para la democracia mexicana. Nació muerta y el gran beneficiado sería López Obrador con su partido, Morena, que aglutinaría a gran parte de sociedad civil inconforme con el status quo.
El fragmentado y vilipendiado PRD ha quedado reducido a casi nada. Al PAN, de Gustavo Madero, cierto o falso, lo consideran aliado furtivo del presidente Peña Nieto.
Los demás partidos carecen de la fuerza suficiente para disputar con posibilidades de éxito el poder.
Si el Movimiento de Regeneración Nacional participa el próximo año, con candidatos a diputados federales en la totalidad de los distritos del país, enseñará el músculo y sabremos cómo le irá en el 2018, en, ésta sí, la madre de todas las elecciones… y último tren presidencial de Andrés Manuel López Obrador.
Por el miedo a las candidaturas independientes acaso le entregarán en bandeja de oro el poder a López Obrador.