Por Lorena Piñón Rivera
En la rica y diversa sociedad veracruzana, la familia desempeña un papel fundamental en la construcción y afianzamiento del tejido social. Más allá de ser una unidad biológica, la familia actúa como un crisol donde se forjan los valores democráticos y para andar por la vida con honestidad, pilares esenciales para la construcción de una sociedad cohesionada y justa.
En Veracruz, la familia no solo cumple funciones tradicionales, sino que se erige como una institución clave para la transmisión de valores fundamentales. La democracia no se agota en las urnas para elegir gobernantes, sino que se aprende en la práctica diaria en nuestros hogares, promoviendo actitudes positivas y tolerantes como el respeto a la diversidad de opiniones y la participación ciudadana, elementos que insisto, comienzan en el seno familiar. La honestidad, entendida como la base de relaciones saludables y de una sociedad transparente, también encuentra su cimiento en la educación familiar.
Aquellos que han sido educados con una lógica de solidaridad en la familia presentan cualidades que contribuyen al fortalecimiento del tejido social. La empatía, el respeto por los demás, la tolerancia y la disposición para colaborar son rasgos distintivos de las personas educadas en valores constructivos. La solidaridad inculcada en el entorno familiar se traduce en ciudadanos comprometidos con el bienestar colectivo, capaces de comprender y abordar los desafíos sociales desde una perspectiva inclusiva.
Veracruz, tierra de diversidad cultural y religiosa, encuentra en la época decembrina un momento de acercamiento y reflexión. A pesar de las distintas creencias, esta temporada se convierte en una oportunidad para fortalecer los lazos familiares y celebrar la convivencia. La melancolía inherente a esta época también ofrece una pausa para la reflexión sobre los logros del año y la proyección de metas y planes para el próximo.
En esta temporada tan especial, donde la esperanza y el espíritu de solidaridad inundan nuestros corazones, me dirijo a ustedes con mucho respeto. La Navidad nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de la compasión y la ayuda mutua. Vivir en un contexto de vulnerabilidad no debería significar vivir sin esperanza. Creemos en un futuro mejor para todos, donde la equidad y la justicia sean los pilares de nuestra sociedad. Un gobierno democrático, comprometido con el bienestar de todos sus ciudadanos, puede ser el motor que impulse el cambio y la mejora en las condiciones de vida.
En una democracia, cada voz cuenta, y cada persona tiene el derecho de ser escuchada. A diferencia del gobierno federal actual, con nuestro voto podemos conseguir un gobierno que trabaje incansablemente para garantizar oportunidades para todos. La democracia nos brinda la posibilidad de construir un futuro más justo, donde se atienda a las necesidades de los más vulnerables y se promueva la inclusión. Este mensaje navideño no solo busca transmitir alegría en esta temporada festiva, sino también recordarles que merecen un futuro lleno de oportunidades y prosperidad. Con la participación activa en un sistema democrático, podemos influir en la toma de decisiones y construir juntos un mañana más brillante. @lorenapignon_ Diputada federal