Lorena Piñón Rivera
Al acercarnos al final del año, es imperativo detenernos y reflexionar sobre los proyectos que emprendimos en los diferentes ámbitos de nuestra vida: personal, familiar, profesional y como ciudadanos de Veracruz. Esta pausa reflexiva no solo nos permite evaluar nuestros logros y desafíos, sino también analizar la trayectoria de aquellos que buscan liderar nuestro estado y país en el próximo ciclo electoral.
En el ámbito personal, cada uno de nosotros tiene metas y aspiraciones, pero es crucial analizar si hemos avanzado hacia esos objetivos, si hemos mantenido nuestros valores y si hemos sido agentes de cambio positivo en nuestra comunidad. En lo familiar, es momento de valorar los lazos que nos unen, fortalecer vínculos y asegurarnos de haber sido pilares de apoyo para aquellos que amamos.
Profesionalmente, debemos evaluar si hemos crecido en nuestras carreras, si hemos contribuido al bienestar de nuestra comunidad laboral y si hemos mantenido integridad en nuestras acciones. Como ciudadanos de Veracruz, la responsabilidad de entender y evaluar las propuestas de quienes buscan liderar nuestros destinos es una obligación crucial.
El próximo año, Veracruz y México se enfrentarán a elecciones que definirán el rumbo de nuestro estado y país. La elección de presidenta de la república, gobernador del estado, legisladores federales y locales es un momento crucial para elegir líderes comprometidos, cercanos a las necesidades de sus conciudadanos y con una visión progresista en el desarrollo humano y los derechos humanos.
Es esencial buscar candidatos con arraigo, aquellos que entienden las realidades tanto de las zonas metropolitanas como de las rurales de Veracruz, y que se comprometan a mejorar las condiciones de vida en ambas áreas. La prioridad debe ser impulsar una agenda que garantice el acceso equitativo a servicios públicos de calidad y una infraestructura adecuada que beneficie a toda la población.
El voto es una herramienta poderosa. Su ejercicio no solo es un derecho, sino una responsabilidad ciudadana que moldea el futuro de nuestra sociedad. Al ejercer nuestro derecho al voto, estamos contribuyendo al proceso democrático y permitiendo que nuestras voces sean escuchadas. Los líderes electos toman decisiones que afectan nuestras vidas. El voto nos brinda la oportunidad de influir en esas decisiones y en la dirección que tomará nuestra sociedad.
El abstencionismo representa un lastre para la democracia. Al no participar, se corre el riesgo de dejar que otros decidan por nosotros, disminuyendo así la representatividad y legitimidad de los líderes elegidos. En el año 2024, espero que la democracia y la justicia social prevalezcan como mandato popular en las urnas. Que cada voto sea un símbolo de fuerza y corazón para un cambio positivo para nuestro país. @lorenapignon_