El que dos mujeres se vayan a enfrentar en el próximo proceso electoral es un acontecimiento histórico, producto de una larga lucha social de por lo menos 30 años.
En la carrera por la Presidencia de la República rumbo al próximo año, hay dos proyectos visibles encabezados por mujeres: el de la Dra. Claudia Sheinbaum, al cual ha definido como el Segundo Piso de la Transformación, en alusión a la gran cruzada nacional que ha iniciado Andrés Manuel López Obrador; y el de la Senadora Xóchitl Gálvez, que ha aglutinado a los tres principales partidos de oposición, en un movimiento que apuesta al triunfo electoral partiendo de la suma de votos (que por cierto no son muchos en el caso de algunos), aunque sin una plataforma ideológica definida.
El que dos mujeres se vayan a enfrentar en el próximo proceso electoral es un acontecimiento histórico, producto de una larga lucha social de por lo menos 30 años, pero también la oportunidad de contrastar visiones sobre el pasado y futuro de la Nación, de dos mujeres con historias de vida muy distintas entre sí.
Xóchitl Gálvez, hidalguense de nacimiento, se ha mantenido fuera de la vida partidista a conveniencia. Aunque no milita en ninguno de los partidos que hoy encabeza, ha sido candidata en diferentes ocasiones a cargos públicos por el PAN y el PRD (hoy es senadora por el blanquiazul) y ha sido parte de administraciones panistas: fue Comisionada para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en el gobierno de Vicente Fox. Es decir, formó parte de la política neoliberal implementada en el país en los últimos años. Hoy, sin embargo, usa su "no afiliación" como una carta para venderse ante el electorado, por encima de los partidos que precisamente la impulsan.
Aunque no quiera hacerlo evidente, Xóchitl es producto de un vacío y la arropan los principales líderes de la oligarquía partidista conservadora: Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, cuyas dirigencias han sido fuertemente cuestionadas por llevar a sus partidos al borde la extinción. En los hechos, por cierto, esos partidos han tenido fuertes diferencias en el terreno de sus agendas legislativas, derivando en votaciones divididas en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República. Y es que en terrenos tan sensibles e importantes como la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública, no logran ponerse de acuerdo.
Caso contrario, Claudia Sheinbaum tiene un ADN político claro y nítido. Se forjó en la lucha social de la izquierda mexicana y se ha mantenido leal a los principios que enarbola el hoy presidente de la República y que son, precisamente, la base de la transformación nacional: justicia social, igualdad de oportunidades, austeridad en el uso de los recursos públicos y combate a la corrupción. Promotora incansable de las libertades, ha sido actora fundamental de esa lucha política contra el conservadurismo.
Fundadora de MORENA. Científica, escritora y académica de toda la vida; cuenta con una amplia trayectoria en la administración pública que avalan su experiencia en el ejercicio gubernamental: Secretaria de Medio Ambiente del GDF en el año 2000, Jefa Delegacional en Tlalpan en el año 2015 y jefa de Gobierno de la Ciudad de México en el año 2018.
Ahora bien, si hablamos de visiones, en entrevistas recientes Claudia Sheinbaum ha expresado que México necesita consolidar la transformación iniciada por el Presidente López Obrador, enfocándose en profundizar los beneficios de los programas sociales, la atracción de inversiones y la pacificación del país. Xóchitl Gálvez, por su parte, dice que aunque no simpatiza con el actual modelo de gobierno, sí coincide con los programas sociales de esta administración, aunque reconoce, de llegar a la Presidencia de la República haría cambios en muchos de ellos.
Sobre el tema de la inseguridad, por otro lado, la Dra. Sheinbaum considera que es necesario aumentar la capacidad de las policías en todo el país, ponerle un alto a la impunidad que priva en el sistema de justicia y aumentar la coordinación con los integrantes de las Fuerzas Armadas, cuya labor considera fundamental en la estrategia nacional. Xóchitl Gálvez, por su parte, ha sido crítica sobre la participación del Ejército y la Marina en las labores de seguridad pública, y ha reprochado incluso la postura del PRI en este tema (partido que sí apoyo la presencia en las calles). Lo anterior pese a que dos de las entidades gobernadas por el PAN (otro de los partidos que la impulsan) tienen los niveles más altos de violencia e inseguridad.
Finalmente y en otras de las aristas importantes: el terreno económico, ambas tienen lecturas y planteamientos diferentes rumbo a los próximos años. Xóchitl Gálvez también ha criticado con dureza las magnas obras emprendidas durante esta administración, principalmente el Tren Maya y la Refinería Dos Bocas. Lo anterior sin considerar que, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el sureste mexicano se ha convertido en una de las zonas de mayor crecimiento en lo concerniente al PIB, algo nunca visto en décadas.
Dice la senadora por el PAN, que buscaría la forma de enfocar sus esfuerzos en el nearshoring y en la apertura del sector energético a la IP. Claudia Sheinbaum, por su parte, considera fundamental continuar con el impulso de la economía desde la base, con el fortalecimiento de los programas sociales, con una economía moral y financiera (que incluya el combate a la evasión fiscal y la austeridad) y con la promoción del desarrollo científico y tecnológico; entre otros aspectos. El maíz, considera la Dra. Sheinbaum, debe ser la base de la autosuficiencia alimentaria.
La elección del veinticuatro, pues, está "a tiro de piedra" como dicen por ahí. Y hoy es identificable la experiencia, solidez y congruencia de un perfil; así como la improvisación del otro. Quien apuesta al bienestar y desarrollo de México, y quien apuesta únicamente al triunfo electoral para volver al pasado de privilegios de unos cuantos.
POR LEONOR GÓMEZ OTEGUI