22 de Noviembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

POLIANTEA: “Echar cohetes, recoger varas” 01-06-2014

Rubén Pabello Rojas.- La economía nacional está enferma, sufre de una inocultable crisis que con carácter recurrente no se supera,  lastimando a la gran mayoría de los mexicanos. Solo una muy privilegiada parte de la población, por excepción, no padece para nada las penalidades de la mayoría castigada.

 

Hasta las naciones más poderosas y mejor dotadas sufren en estas épocas mermas y quebrantos de orden económico. No es desconocido el grave problema que atraviesa el viejo mundo, Europa cruza por un momento de profundo decrecimiento que ha obligado a sus países integrantes a tomar dolorosas medidas que afectan a sus habitantes, lo que se ha reflejado en sus recientes elecciones parlamentarias, significadas por alto contenido de euroescepticismo.

La mayor economía mundial como es identificada la Unión Americana, no es ajena a los coletazos que el fenómeno global ha producido. Japón y Corea del Sur, potencias industriales de Asia, no salen indemnes. Hasta la poderosamente emergente economía China ha resentido el deterioro global, no se diga Rusia con potencial conflicto con Ucrania.

Como la economía mundial se fracturó, cuando el sistema que prevalecía se rompió, el efecto dominó fue consecuencia ineludible y afecto prácticamente a todo el orbe. México por lo tanto siguió la suerte de los demás países.

Sin embargo hay naciones que por la composición de su población, mejor preparada y con mayor índice educativo y moral nacional, sortean con mejores resultados los embates de un fenómeno global. Pueblos con mejor desempeño funcional, han instrumentado mecanismos eficaces para abandonar lo más brevemente posible el golpe.

El producto interno de cada sociedad, desde el punto de vista económico, lo forma el trabajo de todos los individuos que la integran, constituyendo la riqueza nacional. Así, un pueblo trabajador,  con conciencia de pertenencia y amor  a su país, estará mejor calificado para superar las crisis que se presenten. Eso es de lógica elemental.

Luego entonces, sociedades dispersas que se desentienden de las vías idóneas para crear esa riqueza y fortalecer la economía de la comunidad a la que pertenecen, cuando  se desarrollan en la molicie, la irresponsabilidad y la flojera, tendrán el resultado opuesto a otras sociedades que si realizan su esfuerzo individual que en la suma total conseguirán superar sus problemas comunes.

Con  cuál de estas sociedades se puede identificar a la mexicana. A la de los esforzados que en legiones convencidas han hecho del trabajo su misión vital para provecho de sus familias y de su país o a la otra clasificación, la de los pueblos que sin gran esfuerzo van discurriendo en un tránsito vital blando, no produciendo sino consumiendo la poca riqueza existente.

La actitud de un pueblo está condicionada, también, a la conducta de sus gobernantes, al buen ejercicio del pode público, si estos actúan honestamente, el pueblo no tendrá motivo de actuar mal. Por lo contrario, si el pueblo es testigo de la prevaricación y mal gobierno, se echará en brazos de la corrupción a su alcance.

El México petrolizado formó un país comodino donde el esfuerzo poblacional no fue exigencia y el país se aflojo. Hoy México produce menos petróleo y su precio está deprimido, Toda la economía nacional sufre y se angosta. Estados unidos no es ajeno al fenómeno mundial y su economía también se achica. Le pega directamente a México como país dependiente de su sistema carente de una fuerte industria manufacturera, ni suficiente producción agropecuaria.

Veracruz sigue como parte la suerte del todo. Si el país no está bien, igualmente, el estado no estará bien. Pero además Veracruz tiene su propio calvario, resultante de pasadas políticas gubernamentales que le han aderezado una pesada carga  particular.

Patricio Chirinos dejo la economía aceptablemente saneada. Miguel Alemán la incremento a 3500 millones, pero donde se rompieron todos los esquemas de cordura fueron con Fidel Herrera Beltrán. ¿Nadie se dio cuenta? O todos actuaron en complicidad. Nadie se traga el enorme engaño. ¿Nadie se dio cuenta o todos se taparon con la misma dañina cobija? ¿Quiénes estaban en la Cámara de Diputados que permitieron el gran atraco? Crimen que ahora sufragan las inocentes víctimas de tal voracidad. Generaciones que por décadas tendrán que pagar la perversidad maquinada.

Anemia presupuestal, deuda pública enorme, falta de obra pública, raquítico flujo de circulante alimentando una economía familiar paupérrima. Inaudita admisión oficial de una descomunal deuda de más de 40 mil millones de pesos, como algo perfectamente normal. Increíble.

Todo el desajuste que podría llamarse criminal, sucede en etapas de gobiernos federales panistas, arquetipo de alta corrupción oficial. El ciudadano desmoralizado se preguntará ¿Para qué trabajo si mi producto será mal usado en cosas que no me benefician? Se deteriora la confianza y la moral ciudadana.

¿Dónde estaban y están los tolerantes cuanto inútiles órganos de control: Orfis, Contraloría Interna, la Contaduría Mayor de Hacienda, la Auditoria Superior de la Nación, la Secretaria de la Función Pública?

¿Dónde fue a parar esa monstruosa cantidad de dineros públicos, a que obscuras cuentas bancarias. A que deshonrados bolsillos? La inversión de obra pública no lo justifica. Y El túnel de Coatzacoalcos y el puente de Cardel que no se terminó, por solo mencionar dos casos paradigmáticos de verdadera indecencia.

Ante anuncios gastados como el aeropuerto de Xalapa, la infinita carretera México-Tuxpan, la  gente no encuentra estímulo para ponerse a trabajar cuando ve que su esfuerzo y su quehacer cotidiano solo sirven para enriquecer a prevaricadores. Opta por llevarla tranquila y ante la impunidad y corrupción, prefiere lo más sencillo: el desacato, la falta, la infracción, si se ofrece la comisión del delito y en casos extremos, el crimen organizado, azote de nuestros tiempos. Como broma de pésimo gusto en medio de un funeral, el INEGI afirma que Veracruz es el estado del país con mayor inversión pública, lo que mueve a incontenible ira popular.

Tiempos, pues, de recoger las varas de los cohetes que punible e irresponsablemente se lanzaron. Hoy toca al gobierno de Javier Duarte la ingratísima tarea de recoger esas envenenadas varas de aquellos inefables fuegos de artificio, hipnotizadores de ingenuos por parte de rufianes.

Hoy el gobierno estatal tiene que volverse cotidiano hacedor de milagros, ir pagando la deuda tapando unos agujeros destapando otros y así hasta el término del periodo, sin finiquitar  la terrible condena; sentencia  que forzosamente continuarán cumpliendo  los siguientes gobiernos.

En medio de este desolador panorama ¿Quién quiere ser gobernador frente a tan obscuro horizonte, herencia fatal, inevitable e impune?