*Pareciera que Ramón Poo, alcalde de Veracruz, no quiere dejar ni huella de lo que hizo su antecesora Carolina Gudiño, ya que pese a que el Palacio Municipal había sido semanas antes de que tomara posesión rehabilitado, en cuanto llegó sacó toda la pintura de la fachada, y sigue pintando a su gusto; igual, en el zócalo, ya comienzan a hacer algunas adecuaciones, con las que comienza a borrarse el rastro de “malhecho” que dejó la primera mujer que asumió la Alcaldía jarocha.
*Vaya lío en que el regidor tercero del municipio de Veracruz, Ángel Maldonado, metió al alcalde de Veracruz, Ramón Poo, pues resulta que los vendedores que fueron retirados del Malecón por la Policía Naval, que presentaron los permisos dados por el regidor, se manifestaron en el Palacio Municipal y se mantuvieron gran parte del día exigiendo solución al problema provocado por el regidor. Algo tendrá que hacer el munícipe para evitar que sus ediles lo metan en problemas.
* Tal parece que la iglesia evangélica se mantiene reacia a aceptar la relación entre homosexuales y por consiguiente, a dar el visto bueno a la iniciativa de ley de convivencia entre personas del mismo sexo, que pretende otorgar certeza jurídica a los enamorados que viven en unión libre… el caso es que Gabino Pérez Álvarez, del Consejo Estatal de Iglesias Evangélicas, ya calificó a la propuesta del diputado Cuauhtémoc Pola como “una aberración de la humanidad”… en fin, habrá que esperar la respuesta de la comunidad lésbico-gay sobre tales declaraciones…
*El tema de la asignación de Tránsito al municipio de Boca del Río seguirá en la agenda, pues ahora el propio gobernador lamentó que el alcalde boqueño, Miguel Ángel Yunes Márquez, exigiera el regreso de dicha área encargada de la seguridad vial, pero además el edil está solicitando ser el titular de la seguridad dentro del municipio, para lo cual se requiere de muchos recursos que el Ayuntamiento no tiene de primera mano. Esperemos que el Alcalde pueda recapacitar y tomar la mejor decisión y, sobre todo, la que dé resultados a los boqueños, para dejar de lado las cuestiones personales o de partido.