FELIPE DE JESÚS FERNÁNDEZ BASILIO
CREER MENOS, PENSAR MÁS
En los últimos días hemos sabido de actos de violencia en muchos lugares y de ellos podemos mencionar por su gravedad a los de Barcelona, los de Virginia, los de Venezuela y los del Ejército Islámico en varias partes del mundo, siendo el último de ellos en las Filipinas.
También en nuestro país vemos que hay un caldo de cultivo, que si bien no ha llegado a ese extremo de violencia, sí está en camino de volverse más grave, ya que al igual que quienes han llegado a la violencia extrema para intentar prevalecer sobre los que consideran sus enemigos, aquí se fomenta un odio en contra de quienes piensan diferente y si no veamos los casos de los ultramontanos que defienden a lo que ellos llaman la única familia y que luchan en contra de los del movimiento LGTB (y demás, no me los sé todos y además van aumentando constantemente), las feministas, los partidarios del divorcio exprés; quienes también tienen lo suyo a la hora de defender sus creencias; también vemos a los de la izquierda extrema luchando contra los que ellos llaman los de la “mafia del poder”, quienes tampoco se quedan atrás en sus respuestas.
Y todo lo anterior lo vemos de manera constante en las redes sociales, esa selva virtual en la que escasea lo más pulido de la humanidad mas sin embargo abundan en ella las pasiones humanas más bajas y elementales, y eso cualquiera de nosotros lo podemos constatar al ver la gran cantidad de insultos que se propalan a través de las mismas.
Y no es que en estos tiempos haya tanta violencia ya que siempre la ha habido, debido a que quienes piensan de una manera excluyente cegados por una determinada fe o creencia, que no solo los hace diferentes, sino que también excluye y hasta busca erradicar de la faz de la tierra a quienes piensan diferente, han estado presentes a lo largo de todos los tiempos en los que el hombre ha caminado sobre la tierra.
Así podemos ver las constantes luchas de moros contra cristianos, de los seguidores de la reforma contra los de la contra-reforma, de los religiosos contra los ateos, de nazis contra comunistas y de éstos últimos en contra de los que llaman imperialistas o en nuestro país a los liberales en contra de los conservadores o los cristeros en contra de los gobiernistas; más los innumerables conflictos nacionalistas que siempre han tenido asolada a la humanidad.
Mas la causa que origina al odio y la violencia que le deriva es la abdicación que los humanos constantemente hacemos de una de nuestras más elementales cualidades que tenemos y ésta es la razón.
Sí, queridos lectores; nosotros renunciamos a pensar y para sustituir ese pensamiento, tendemos a ser crédulos de ideologías religiosas, nacionalistas o políticas que falsamente nos generan una pertenencia a un grupo o que nos fueron inculcadas desde que éramos pequeños diciéndonos que eran verdades irrefutables, es decir que debíamos de creer en ellas sin cuestionarlas y que siempre tenemos que combatir sin tregua ni cuartel a quienes se opongan a ellas.
Y ahí es en donde radica el punto al que quiero llegar en esta ocasión, ya que la mayoría de las veces nos combatimos por seguir dogmas que consideramos de fe, sin serlo y por ellos renunciamos a tener una convivencia, ya no digo amistosa, pero al menos tolerante con quienes piensan de otra manera o incluso opuesta a la nuestra.
Siendo precisamente el principal problema en cuanto a la violencia generada por odio, el dejar de pensar por uno mismo y volverse creyente de dogmas de fe, cualquiera que sea su naturaleza, los cuales no admiten cuestionamientos por parte de la razón y son excluyentes de quienes sostienen otra verdad y aún más si esa verdad es contraria a la que es sostenida y lo señalado es tan grave que hasta mentes muy lúcidas han sido cegadas por las verdades dogmáticas, ya que hay muchas personas que son muy preparadas e inteligentes para dilucidar un sinfín de temas, mas cuando se encuentran frente a un dogma de fe olvidan toda lógica y siguen fervorosamente su creencia, aún y cuando ésta sea destructiva.
Más mucha de la violencia se podría evitar si los humanos aplicáramos más la lógica en nuestros razonamientos, ya que cuando razonamos tendemos a buscar soluciones y no problemas, porque el humano es un ser que busca continuamente mejorar y alcanzar el mayor bienestar posible, sin embargo por la vida en sociedad queda expuesto a una serie de dogmas, que supuestamente son integradores mas en realidad son segregacionistas, que cusan conflictos permanentes en contra de otros grupos que se vuelven contrarios pero que su realidad es la misma, solo que siguen un dogma contrario al de los primeros.
Sí que si queremos tener un mundo mejor y sobretodo menos violento debemos de razonar con lógica las cosas y no seguir a quienes nos pretenden seducir con “verdades incuestionables”, ya que si pensamos las cosas lo más seguro es que logremos una mejor convivencia y evitemos la violencia y la destrucción que ésta trae aparejada.
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