Démosle el beneficio de la duda, sin dejar de señalar y criticar las acciones que consideremos equivocadas y reconocer los aciertos.
En ocasiones, el candidato más carismático resulta un pésimo presidente y, viceversa, el más impopular o el aparentemente menos preparado se revela como todo un estadista.
Recordemos el caso de Luis Donaldo Colosio, quien precisamente hace 20 años fue asesinado en Tijuana. Hoy lo elevan a la categoría de héroe impoluto y hasta comentan priistas que acaso hubiera sido el gran salvador de México. Nunca lo sabremos. Quizás en este momento sería un vilipendiado y repudiado ex presidente más.
En lo personal, no voté por Peña Nieto y sigo pensando que Andrés Manuel López Obrador es un valiente, honesto y gran luchador social que debió ganar la elección presidencial.
Ojalá Enrique Peña Nieto nos obsequie la agradable sorpresa y se erija en el gran líder de los mexicanos. Le quedan menos de 5 años para consolidar su liderazgo.
Millones de ciudadanos que no votamos por él, esperamos que así sea, por el bien de todo México.