FELIPE DE JESÚS FERNÁNDEZ BASILIO
VIALIDAD EN JALAPA: DEL PROBLEMA AL CAOS
Sabemos perfectamente que en la vida siempre surgen problemas o retos que debemos de superar para alcanzar una determinada meta o simplemente para vivir mejor y esto acontece tanto en las personas como en los gobiernos y demás instituciones humanas y siempre a lo largo de la historia de la humanidad se han presentado y quienes son verdaderamente exitosos los han sabido resolver e incluso hasta valerse de ellos para salir avante.
Sin embargo, también siempre ha habido quienes en lugar de resolver los retos que se les presentan y salir avante de la situación, por el contrario, se han metido en un berenjenal mayor al reto presentado y la única solución que su entendimiento les proporciona es crear a partir del problema que tienen, un verdadero caos.
Y ese es el caso de lo que ocurre hoy por hoy en Jalapa.
Pero vayamos por partes, uno de los problemas principales de la ciudad y el cual sí está a cargo del municipio por mandato constitucional es del tráfico y la movilidad, ya que desde hace ya varios años el problema radica en la gran cantidad de vehículos que cotidianamente circulan por las vetustas y angostas calles del centro histórico de la ciudad, problema que es natural de cualquier ciudad en expansión en la época moderna, ya que si bien antes para el paso de los caballos o de la yuntas con un callejón bastaba ahora para el tráfico pesado, dichas arterias son totalmente ineficientes.
Por supuesto que el planteamiento del problema no se detiene ahí, ya que para analizarlo afondo debemos de ver más allá y preguntarnos a la vez, ¿De dónde devienen tantos vehículos automotores circulando diariamente en nuestra ciudad? y ¿Cuáles son las causas de que haya tanto vehículo en la ciudad?
De bote pronto me vienen a la mente tres respuestas de orígenes diversos pero que al momento confluyen para crear el problema que hoy en día tenemos y estas son las siguientes:
En primer lugar, tanto por orden como importancia la posición geográfica e histórica de la ciudad, debido a que a la ciudad la podemos clasificar como una urbe vieja del Nuevo Mundo; es decir su trazado original deviene al menos del siglo XVIII, ya que a los cuatro barrios históricos que le dieron origen los podemos clasificar como de la protohistoria jalapeña y a los asentamientos prehispánicos como la prehistoria de la ciudad y la misma se encuentra geográficamente ubicada en la ladera de la Sierra Madre Oriental, razón que obliga a tener calles y avenidas empinadas y si a ello le añadimos el factor histórico previamente referido, con los adelantos tecnológicos propios de aquella época, nos da como resultado el tener como calles céntricas unas vialidades estrechas, debido a que por ese mismo factor el límite de la propiedad privada con respecto a la vida pública era menor al que hoy en día se exige.
El segundo elemento originador del problema viene como consecuencia de la sempiterna corrupción que no solo a los jalapeños nos asola, sino que a todos los mexicanos nos aqueja, ya que en la llamada “Docena Trágica” como bien es sabido se cometieron las peores atrocidades gubernamentales posibles y en el caso que nos ocupa debemos de remitirnos a la época de Fidel Herrera en particular, época en la que para pagar cualquier favor político, por ínfimo que este fuera, se otorgaron concesiones estatales al por mayor, alguna vez en este espacio se dijo que Herrera buscaba el poder a través del dinero y las concesiones públicas estatales; y en el caso que hoy nos ocupa lo hizo repartiendo concesiones de taxis a sus vasallos al por mayor y sin un previo estudio de mercado, lo cual nos da como resultado el que hoy en día circulen más de diez mil vehículos automotores en nuestras calles prestando el servicio de taxi, superando ampliamente la demanda de tal servicio y provocando un excedente de tráfico en la ciudad.
Y el tercer elemento deviene del mercantilismo inmoderado que impera hoy en día y el cual la autoridad es incapaz de regular, lo que nos da como resultado que cualquier persona pueda obtener un crédito automotriz inmediatamente acorde a su nómina y sin que tenga que responder a cuestionamientos básicos tales como, ¿en dónde van estacionar esos vehículos? o ¿tiene acaso el espacio necesario para guardarlo?
Sin embargo es más fácil que se pregunte si se tiene el espacio necesario para tener un animal a que si se cuenta con el espacio necesario para guardar un vehículo; no olvidemos que los automóviles prácticamente son iguales a los animales, ya que si vemos fríamente el tema concluiremos que incluso estas máquinas de autotransporte requieren del mismo o hasta de más cuidado que los animales, ya que a estos últimos la naturaleza les da al menos las habilidades básicas para sobrevivir mientras que los primeros dependen en todo de las condiciones que les demos.
Y lo anterior es lo que causa el problema que hoy nos ocupa, ya que la autoridad municipal no cumple con su obligación de regular y sancionar a quienes dejan sus automóviles en la calle, lo cual provoca naturalmente un congestionamiento vial ya que al obstruir parte de las calles dejan menos espacio para circular tal y como acontece con el colesterol en las venas del organismo.
Mas el gobierno municipal en lugar de solucionar el problema lo que hace es convertirlo en un caos ya que con su llamada “ingeniería vial”( a la cual no le veo nada de ingeniosa) lo único que va a conseguir es que el problema de la movilidad sea peor, ya que con las remodelaciones que están haciendo, el espacio para el tránsito vehicular se disminuye aún más en el centro histórico de la ciudad, el cual es todavía un lugar neurálgico para el tránsito porque en él se encuentran tanto la mayoría de las oficinas públicas como los establecimientos comerciales tradicionales y al disminuir el afluente vehicular con esas caprichosas remodelaciones la situación se tornara más grave.
Eso pasa porque se hacen las cosas al capricho de quien gobierna y sin verdaderamente estudiar el problema, ya que se pretende hacer algo bello (aunque yo no le encuentro la estética a llenar de “palitos” de concreto unas calles), sin realmente considerar la funcionalidad de la obra.
Siendo esta el recuerdo que deja uno de los gobiernos del llamado “Nuevo PRI”, el cual en realidad es igual al de siempre y si es que en algo se cambió es que éste es aún más voraz para quedarse con los recursos públicos encargando obras fastuosas para medio justificar el dinero público atracado y así mismo ahora que vivimos sus últimos estertores puesto que ya se acaba, esperamos que se vaya para nunca más volver.
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