FELIPE DE JESÚS FERNÁNDEZ BASILIO
LA OEA Y VENEZUELA: El MÚNICH DEL SIGLO XXI
Cierto, la historia se repite y no es porque sea un dogma marxista, sino que lo es debido a que es algo que sucede siempre y si acaso concedemos al alemán el haber observado ese fenómeno, aunque desde épocas clásicas ya era resaltado.
Sin embargo esa discusión “exquisita” no es el tema de esta columna, ya que ahora nos debemos de enfocar en lo que acontece en Venezuela y lo que acontece en ese país es algo muy grave, ya que ahí están ocurriendo verdadera monstruosidades y ningún organismo internacional es capaz de poner un alto a lo que sucede en ese crucificado país.
De ese tema ya hemos hablado en ocasiones anteriores, sin embargo considero que no puedo cejar en el empeño de escribir sobre ese tema hasta en tanto no se normalice democráticamente la situación en ese caribeño país.
Y me dirán que no se trata de una isla del caribe y no, no lo es pero sí se trata de un país de origen caribe, tanto en cuanto a su población prehispánica como en su modo de hablar y en sus costumbres, es decir geo socialmente se trata del único país caribeño continental, salvo el caso de las Guayanas y de partes de Brasil, más en el caso de Hispanoamérica es el único caso caribeño continental.
Pero lo que nos ocupa en esta colaboración es el que nos encontramos frente a un régimen totalitario frente al que nadie internacionalmente puede hacer nada y lo relevante del caso es que se demuestra que el internacionalismo, tal y como hoy lo concebimos fracasa frente a los dictadores de un país al menos mediano.
Veamos el caso en particular, tenemos a un loco en el gobierno de un país, de hecho es por su alienación mental similar a Calígula o a Nerón como ejemplos clásicos y que en una colaboración anterior se ha resaltado eso, pero ante el hecho de lo que vimos en Cancún últimamente, bien podemos decir que estamos frente al Hitler del siglo XXI y que como ante él los países democráticos han reculado frente a su dictadura, tal y como aconteció en Múnich en 1938 cuando Chamberlain, Premier inglés, aceptó la invasión checa por parte de los alemanes.
Por eso Múnich es el vívido recuerdo de cuando una dictadura prevalece en frente de la libertad.
Y sí Múnich está presente en el Cancún de este año, en el cual la OEA si bien no avaló lo que hace Venezuela en contra de su gente, también demostró las flaquezas americanas frente a la tiranía en un país miembro y así lo consideramos tanto por su geografía como frente a la alienación a la que ahora, sí ilegalmente quiere hacer su dictador.
Pero ahí no paran las comparaciones, ya que debemos de reconocer que aunque el PRI es incompatible en lo general con quien esto escribe y si en su política exterior pretende oponerse a ese dictador, debemos de asegurarnos de que de veras quiere combatir esa situación y mientras lo haga contará con nuestro apoyo pero también es de temerse que el PRI tome al final una actitud timorata al estilo Chamberlain y la que tanto daño causó a la Gran Bretaña en esos malhadados tratados de Múnich.
Y sí, Múnich es sinónimo de claudicación frente al totalitarismo y quien diga lo contrario mentir[FdJFB1] á como Maduro lo hace y se saldrá con la suya, tal y como Hitler lo hizo en su momento.
Y sí, con la guerra se logró extirpar el mal del nazismo; sin embargo siempre quedará en la mente de quienes vivieron esa situación o de quienes la conocemos a través de la historia la duda de qué hubiera sucedido si desde esa ciudad bávara se hubiera detenido al loco alemán con firmeza por parte de los líderes democráticos de aquel momento.
Y no, no lo detuvieron pero sí en su momento tanto Chamberlain como Daladier le dieron su apoyo al dictador enloquecido, tal y como la OEA hoy se lo da a Maduro, otro loco venezolano.
Pero bueno, ahora hablemos de lo que aconteció en Cancún en días recientes y en los cuales nuestro canciller censuró lo que ocurre en Venezuela, y por fin abandonó lo que dice la mala llamada doctrina Estrada y sí lo apoyamos, aunque no estamos de acuerdo con el resultado de la reunión, ya que al estilo de Chamberlain en Múnich claudicó frente al dictador, tal y como lo hicieron Francia e Inglaterra en aquella reunión.
Y lo hizo, ya que al mejor estilo de Chávez y Maduro se arredró frente al caudal de descalificativos que la hasta ese momento la hasta entonces Canciller venezolana profirió en contra de sus contrarios, tal y como en Múnich los Nazis hicieron en contra de las democracias, ya que a base de insultos y circos insulsos.
Sin embargo creo que debemos de apoyar lo que hace el gobierno mexicano, ya que si bien es cierto que por default rechazamos al PRI, también lo es que cuando aunque sea tímidamente pretende hacer valer la democracia y la igualdad como nación, tenemos que apoyar ese gesto y no solo apoyarlo sino exigir que se lleve hasta sus últimas consecuencias.
Sin embargo y como lo dijimos en una colaboración anterior, nos encontramos frente a lo que siempre pensamos que iba a suceder y pese a sus anuncios rimbombantes, vemos como fracasó rotundamente la política interamericana, ya que la misma y con todo y sus dizque sus títulos interamericanos es totalmente ineficaz para siquiera tratar de parar la masacre que el Stalin contemporáneo realiza cotidianamente en Venezuela.
Y lo digo, porque nos salen que sus votos son insuficientes para tomar una decisión, pese a lo fuerte que son las imágenes que nos llegan de aquel país, pero que sin embargo nos demuestran lo inútil que es cualquier régimen interamericano, ya que como sucedió con la entonces SDN (Sociedad de Naciones), las autoridades interamericanas claudican frente a un régimen de excepción como es el Venezuela.
Régimen que además se defiende a través de los insultos y que como bien lo señalara nuestro canciller solo por medio de “majaderías” se puede expresar y sin embargo queda en el aire la sensación de que se puede hacer más.
Pero como dijimos al principio, la historia se repite y las inútiles instituciones americanas que tenemos, son incapaces de censurar la tiranía que frente a sus narices se manifiesta; tal y como aconteció en Múnich en el 38 y por lo mismo, cuando se quiera reflexionar sobre lo que pasó en esa ciudad, inevitablemente se debe de pensar en el fracaso de la democracia frente al totalitarismo, ya que lo que ahí pasó es por mucho más relevante que lo de Núremberg, ya que Múnich es sinónimo del fracaso de la democracia y quienes somos demócratas tenemos que tener presente siempre ese ejemplo antes de claudicar frente a cualquier tipo de adoctrinamiento fanático.
Desgraciadamente la historia tiende a repetirse y nuestras instituciones interamericanas son inútiles para afrontar el caso, lo cual nos lleva irremediablemente a pensar en Múnich, capital de delos católicos alemanes y también capital de las peores infamias que la humanidad cometió y también capital de quienes pudieron evitarlas y no lo hicieron así.
Pobre Venezuela ya que debido al espíritu de Múnich nadie los va a ayudar, más que la fuerza de los hechos, desgraciadamente solo después de una cruenta guerra aspirarán a la justicia.
Pero eso sí, que nunca más digan que la comunidad interamericana, ya sea de Washington o de San José sirve de algo, ya que cada muerto venezolano servirá para recordarles que no sirven para nada y tal como Múnich es sinónimo de ignominia, igual deben de ser Washington y San José, ya que hospedan a instituciones igual de inútiles que la extinta SDN y con los resultados que todos conocemos.
Twitter: @fefebas
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