Rebeca Arenas
¿Por qué Mancera se va por la libre?
Dice un refrán popular “El poder marea a los listos y enloquece a los tontos”, y esto es justamente lo que está ocurriendo en la Ciudad de México con el polémico proyecto de la construcción de la nueva línea del metrobus, cuya ruta incluye el bosque de Chapultepec y o el Paseo de la Reforma, una de las más bellas y emblemáticas vías de la capital mexicana.
El proyecto fue dado a conocer el pasado mes de enero por el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera, quien reconoció que su construcción estaba supeditada a la aprobación del INAH y el INBA, instituciones responsables, por mandato de ley, de proteger y preservar el patrimonio histórico, cultural y artístico del país, que en esta zona privilegiada de la Ciudad de México tiene una nutrida y muy significativa presencia. Pero las obras dieron inicio sin que existieran dichas autorizaciones. Ahí empezó el problema
Al no contar con el visto bueno del INAH y del IMBA, Mancera decidió actuar por la libre, ejerciendo el poder de su investidura. Un poder que es prestado y temporal, aunque tal vez ya no lo recuerde, porque su obcecada insistencia en el metrobus de Paseo de la Reforma, lo ha llevado a actuar de forma arbitraria, dolosa e irresponsable.
Los daños que pudiera infringir su proyecto a los monumentos y edificios de la zona, podrían manifestarse hasta después de algunos meses, cuando Mancera ya no sea Jefe de gobierno. De ahí la inconformidad de numerosos grupos ciudadanos, en particular de la Asociación Mexicana de Derecho Ambiental AMDA, quien interpuso una solicitud de amparo en contra de las autoridades del gobierno de la Ciudad de México, argumentando y demostrando que el proyecto del metrobus afecta el carácter patrimonial de la avenida, sus monumentos y antiguos edificios, e incluso severos daños de carácter ambiental. Las razones fueron de tal peso, que obtuvieron del juez federal Fernando Silva García la suspensión definitiva de las obras.
Cabe destacar que dicha suspensión, incluye tanto las obras que están afectando las áreas verdes naturales del Bosque de Chapultepec, como la tala de árboles que se encuentran en dicha zona y la periferia, y la estructura urbana protegida de Paseo de la Reforma.
Tras haber sido emitida la suspensión judicial, fue que salió a la luz, que desde el pasado 2 de junio, el subdirector de Amparos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) mostró a las autoridades capitalinas los documentos legales ( art. 36 fracción 1 de la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas) que declaran monumento histórico a todo el Paseo de la Reforma, por lo que sólo pueden realizarse en esa vía, obras de mantenimiento, conservación y rehabilitación. A pesar de estar al tanto de esta prohibición legal, Mancera decidió irse por la libre.
Y lo sigue haciendo, pues tras la orden judicial de suspensión total de las obras del metrobus en Reforma, éstas continúan, evidenciando la grave tozudez del jefe de gobierno que no vacila en actuar por encima de la ley y de las instituciones.
Esta no es la primera vez que Miguel Ángel Mancera enfrenta serios problemas con los habitantes de la capital. Su disparatada intención de convertir la Avenida Chapultepec en un gigantesco centro comercial de dos plantas, reduciendo a dos carriles esa fundamental arteria vial, provocó hace un par de años, enfrentamientos de grueso calibre con los vecinos de la zona, a quienes convocó a una consulta vecinal, a pesar de que previamente ya había autorizado la obra a poderosos empresarios de la comunidad judía. Los vecinos, nada dejados, lo enfrentaron con pruebas y algo más. Y Mancera no tuvo más remedio que echar para atrás el proyecto.
Repasando este complicado embrollo impulsado por Mancera, me surgen varias preguntas: ¿Será que la campaña que quiere encabezar el próximo año, lo obliga a impulsar proyectos que produzcan dinero y más dinero, a como dé lugar? ¿Será que es protegido del poder y por ello incumple la ley impunemente? ¿Será que está dispuesto a complacer en todo a quienes lo protegen llegado el momento? Como ninguna de las respuestas que se me ocurren me gusta, mejor se los dejo de tarea. En una de esas, le dan en el clavo.
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