Por: Mario Javier Sánchez de la Torre.
Ni uno más.
Lamentablemente el asesinato el pasado lunes 15 del presente mes, del periodista y escritor Javier Valdez Cárdenas, en la ciudad de Culiacán, capital del convulsionado Estado de Sinaloa, independientemente de ser una noticia totalmente negativa para el país, y de gran tristeza para el medio periodístico nacional, apareció en los medios de comunicación como un hecho más, supuestamente llevado a cabo por la delincuencia organizada.
Actitud que debe de erradicarse en su totalidad en todos los medios de comunicación, para señalar como debe ser, la gravedad no solamente del hecho del asesinato de un periodista como del compañero del norteño Estado, o de cualquier otro de los que nos dedicamos a la complicada y ahora peligrosa labor de informar, sino la gravedad que estas acciones llevadas a cabo, por quien sabe quién, significan para la democracia de este país. Pues si la memoria no me falla, desde el asesinato del prestigiado columnista Manuel Buendia, que no ha sido esclarecida, hasta la fecha los asesinatos y desapariciones de otros comunicadores que se han dado en este país y en esta entidad, ninguno ha sido aclarado.
Como es natural para los seres humanos la muerte de cualquier persona es lamentable, más cuando ésta muerte es innecesaria y en forma violenta, en otras palabras, cuando se asesina a alguien por intereses mezquinos como los económicos, que son los intereses que siempre aparecen al final de este tipo de hechos. Los que aparentemente son de tipo político o de narcotráfico. Pero en el caso de los asesinatos y desapariciones de periodistas, además de lo señalado, otra de las cosas graves que se lesionan y que muy pocas personas lamentablemente se percatan, es no solamente la libertad de expresión. También se está poniendo en juego la forma libre de vivir del país. Es por ello, que gran parte de las agresiones a comunicadores la mayoría de las veces no se pueden aclarar, pues el señalar los errores y corruptelas de los servidores públicos de todos los niveles en este país, los exhibe y en algunos casos - los menos por desgracia- los inhibe a continuar actuando, pero en otros, la mayoría de las veces, los lleva a actuar protegidos por el poder al margen de la ley, por lo que la mayor parte de los casos de asesinatos y desapariciones de comunicadores no se han podido resolver.
Así tenemos que la relación de comunicadores desaparecidos y asesinados en México durante los últimos aproximadamente 15 años, es de más de 100, aumentando cada año que transcurre el número en la citada relación, teniendo como dato importante el que el pasado 2016 se tiene considerado como uno de los más violentos de los últimos años, pero como se están presentando las cosas en este aspecto en los pocos meses que han transcurrido de este 2017, desgraciadamente puede ser el peor. Por el momento tenemos que lamentar la muerte de los siguientes compañeros comunicadores: Miroslava Breach, Filiberto Álvarez, Ricardo Monlui, Máximo Rodríguez, Cecilio Pineda y Javier Valdez Cárdenas.
En este momento aún no se puede saber quién los asesinó, si la delincuencia organizada o los servidores públicos en funciones en cada entidad federativa de este país, esperemos que a la brevedad estos se aclaren. Porque la corrupción, conjuntamente con la impunidad que hay en el país, nos pueden llevar a una situación de gravedad. Hasta el viernes. [email protected] (Fech. Púb. Miér. 17-mayo-17)