Por Jorge Díaz Bartolomé
La idea que surgió por parte del H. Ayuntamiento de Xalapa en cerrar la Avenida Murillo Vidal los domingos en el tramo que comprende de la Unidad del Valle hasta el Museo Interactivo de Xalapa (MIX) para realizar actividades recreativas y culturales, obedece a la intención de querer imitar lo que se está haciendo actualmente en la Avenida Reforma en la CDMX; no obstante las condiciones son completamente diferentes a las que se viven día a día en Xalapa.
No dudamos en la buena intención del Alcalde Américo Zúñiga Martínez que dio entrada a un proyecto que indudablemente es inviable; basta hacer un análisis para darse cuenta que los asesores del alcalde no investigaron a detalle lo que significa un espacio público urbano y las alternativas que se tienen al alcance para brindar a la población esos espacios.
Un espacio público para el esparcimiento en una zona urbana es aquel en el que el peatón pueda desarrollar actividades de recreación o simplemente para el ocio de una manera segura, como parques, plazoletas y jardines (para eso están hechos). Un espacio público para la convivencia nunca a debe ser una avenida, mucho menos si ésta comunica con la carretera federal.
Quienes tuvieron la "brillante" idea de cerrar la avenida pasaron por alto tres puntos importantísimos:
- La avenida comunica el centro de la ciudad con la zona de mayor crecimiento como las Ánimas, Monte Magno, La Pradera, Las Trancas y Dos Ríos y próximamente el nuevo Xalapa, agregando los desarrollos comerciales. Anteriormente hemos comentado que Xalapa crece de manera exponencial hacia aquella zona, con las vialidades de hace 30 años.
- Pasaron por alto las opciones con que cuenta la ciudad, por ejemplo el Parque Natura, Doña Falla, Los Lagos, Los Berros, La Señorial entre otros; algunos de ellos en semi-abandono o ocupados por vendedores ambulantes.
- ¿Donde estacionarán sus autos quienes quieran trasladarse a ese lugar, provenientes de otras partes de la ciudad?
Como podemos darnos cuenta, lugares existen, muchos de ellos inseguros, en el semi-abandono u ocupados por vendedores ambulantes manejados por sus líderes. Valdría la pena retomar la decisión de devolver a los xalapeños aquellos espacios antes mencionados "tomando al toro por los cuernos" y dejar a un lado las ocurrencias, muchas veces políticas y de "relumbrón".
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