Por: Mario Javier Sánchez de la Torre.
Independientemente de la serie de acciones fuera de la ley que realizó durante los pasados doce años, el prófugo de la justicia Javier Duarte de Ochoa, por las cuales tiene que responder ante el Estado Mexicano y sus habitantes, otra de sus acciones que también merecen castigo es la forma en que trabajó para acabar con el que supuestamente fue el instituto político que lo llevó al poder, el Partido Revolucionario Institucional.
Lo de “supuestamente fue su partido, el Revolucionario Institucional” es, porque antes de llegar al gobierno de Veracruz, no se le conoce que haya ocupado cargo alguno en esta institución política y también porque a partir de que el actual Gobernador del Estado lo acusó, y se le comprobaron varios ilícitos, en ese momento, sus “compañeros” de partido de inmediato recurrieron a su expulsión, por el grave daño que tener a un personaje tan desprestigiado como Duarte de Ochoa, pudiera acarrearle a una “institución de la vida política de este país que se ha distinguido por su trasparencia y ética política y administrativo como lo es el PRI”
Acciones que llevaron en esta entidad al partido tricolor a caer desde el primer lugar durante más de ochenta años a la lamentable y triste posición de ser la tercera fuerza política. Por lo que su situación en el actual proceso electoral que se está efectuando en estas tierras, ante el electorado también es muy lamentable, lo que obliga a los dirigentes, ideólogos y activistas de este partido a hacer las cosas muy bien, en otras palabras, a no cometer más errores, si quieren figurar en el ánimo de los electores veracruzanos durante los próximos cuatro meses.
Pero todo indica que los enemigos del partido que gobierna en este país a nivel federal, aún están en funciones, pero dentro de la estructura de éste. Pues la semana pasada después de haber elegido al nuevo dirigente del PRI en Veracruz, el joven Renato Alarcón, se dieron a la importante y delicada tarea de designar, no sabemos cuál fue la metodología utilizada, a los integrantes del Comité Directivo Estatal (CDE).
Dentro de los cuales hay nombrados personajes de reconocida trayectoria dentro del ámbito priista estatal, como: Francisco Mora Domínguez, Nemesio Domínguez y otros más. Pero también así como los hay de reconocida y positiva trayectoria partidista y política, también los hay que no cuentan con merecimiento alguno y principalmente experiencia política para estar dentro de este nuevo equipo de partido que tiene por delante que enfrentar, aquí en Veracruz, por vez primera, una situación tan adversa.
Por la situación actual se necesitan priistas con la trayectoria y experiencia como la de Mora Domínguez y Nemesio Domínguez, priistas probados desde hace varios años. Pero en el lamentable caso del joven Marco del Ángel Arroyo en la complicada y delicada tarea de Comunicación Social y Voceria, quien haya hecho la sugerencia o recomendación al Presidente del Partido Revolucionario Institucional aquí en Veracruz, lo único que logró fue engendrarle un grave problema. Pues por el momento lo que conocemos los que nos dedicamos a la comunicación en forma seria, de este pequeño políticamente personaje, es la serie de errores con que se comportó durante su último cargo, además que una de sus tareas fue la de increpar a los integrantes de los medios de comunicación que cubren la fuente del Congreso del Estado, en forma totalmente errónea. Acción que de inmediato lo convierte en el menos indicado para manejar la imagen de un partido político, el que sea, y la de su Presidente. Sobre todo en un momento tan difícil como lo tiene el PRI. Pues todos los enemigos personales que sembró, ahora los va a cosechar con creces en su nuevo encargo, solo que su Jefe y la institución para la que supuestamente trabajará, compartirán gran parte de esta negativa cosecha. Felicidades por el atinadísimo nombramiento. Hasta el