Por: Mario Javier Sánchez de la Torre.
Este día puede ser histórico para el mundo. Más para unos países que para otros, pues la llegada a la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica del empresario neoyorquino republicano Donald Trump, así lo indica. Ya que durante su campaña electoral sin ningún tapujo arremetió en contra de todos los indocumentados que trabajan y fortalecen la economía en su país, haciéndolo en forma muy señalada y contundente hacia los latinos y en especial hacia los mexicanos.
Discurso con el que logró una gran división entre la población norteamericana, que ya desgraciadamente ha tenido consecuencias negativas hacia las minorías que viven en ese país. Con lo que revivió en alguna forma el racismo que se vivía en los años 40 y 50 y que por lógica traerá para esa sociedad consecuencias nada positivas.
Así tenemos que este peligroso personaje cuya fortuna tiene muchos puntos negros, sin ningún conocimiento de los que es la política arriba a la Casa Blanca, en Washington, D.C. Con un índice de popularidad (40%) que puede ser el más bajo de la historia de sus 44 antecesores, lo que ya es un indicativo de todo lo que puede que sea su gestión durante los próximos cuatro años. Esperando que no vaya a lograr la reelección que ha sido muy común en los mandatarios que lo han precedido en el cargo.
Pero refiriéndonos a lo que nos interesa a todos los que vivimos en el país al el sur del río Bravo, nosotros, desde antes de tomar posesión del importante cargo, ya comenzó a hacer realidad parte de sus amenazas de campaña, como el obligar a las poderosas armadoras de automóviles transnacionales como son Ford y Chevrolet, provocando que retiren y no hagan más inversiones de miles de millones de dólares en nuestro país, con lo que el elevado índice de desempleo que padecemos no solamente no se abatirá, sino todo lo contrario, aumentará. Pues la citadas inversiones al irse de llevan con ellas la creación de empleos en México.
Empleos o sitios de trabajo que difícilmente van a poder ocupar los obreros norteamericanos en cuanto sean creados, pues la verdadera causa de la falta de trabajo en el país del norte es la automatización que tienen la mayor parte de las grandes fábricas, que es el resultado de la avanzada tecnología que han alcanzado. Otro de los factores que también hará que las personas contratadas sean las menos y posiblemente el más importante desde el punto de vista económico, es que la mano de obra es muy cara y no le pagan lo mismo a un indocumentado que a un trabajador americano. Situación que al encarecerse la mano de obra, como será lógicamente, también aumentarán de precio los productos, lo que impactará en el gasto del consumidor final.
Lo anterior es lo que pasará solamente en el aspecto económico en cuanto a los productos, pero otro de los sectores de importancia que también serán impactados, será sin lugar a dudas el de los trabajadores del campo. Cuantos norteamericanos estarán dispuestos a trabajar en los campos de naranja, tomate o cualquier otra verdura o fruta. Y cuanto se le tendrá que pagar por hora o caja llenada a cada uno de estos trabajadores agrícolas estadounidenses, en el caso que alguno de ellos quiera hacer estas tareas.
El proteccionismo que está intentando implantar en la economía de Norteamérica el torpe e inexperto político Donald Trump, puede que sea muy peligroso y se le revierta en poco tiempo. Pues como lo señaló acertadamente el presidente de China, el señor Xi Jinping en el Foro Económico Mundial que se está llevando a cabo el Davos, Suiza. “es posible mantener fuera el viento y la lluvia, pero tampoco entran la luz y el aire”. ¿Cuánto tiempo permitirán los grandes intereses económicos norteamericanos estar como presidente a Trump? La respuesta ya la sabe usted estimado lector. Hasta el lunes. [email protected] (Fech. Púb. Vier. 20-enero-17)
