Brenda Caballero
Casi un cuarto de tanque me marcaba el indicador de la gasolina. Tenía que cargar combustible pues como dijera la flamante diputada Carmen Salinas: “El que tenga coche que lo mantenga; no hay de otra...”
Mire que yo defiendo a las mujeres, pero en este caso, las declaraciones de la señora, que es una representante del pueblo, me indigna que diga eso. ¿Cómo es posible que salga con el argumento de que era necesario el incremento porque ya no podíamos seguir subsidiando al gobierno?
¿Qué es lo que ella subsidia? ¿Acaso habla en plural porque fue propuesta de Enrique Peña Nieto que la puso de manera indirecta allí porque le resultaba graciosa?
La diputada debería estar buscando acciones y propuestas para poder apoyar al pueblo o mínimo cerrar la boca ante el descontento de millones de mexicanos ante sus palabras para justificar el alza a los precios de los combustibles; pero no, sale a la palestra sólo para echar porras a su hijito Peña Nieto. Ella es un claro ejemplo que las diputaciones plurinominales deberían desaparecer, pues no aportan nada al escenario político.
–Doscientos pesos de magna– le digo al joven que me atiende.
–Marca ceros– me dice mientras me recomienda un aditivo para que me rinda más la gasolina. –Agradezco su atención y le digo que no. “¿Es el horario o veo muy vacía la gasolinera?” Le digo cuando faltan quince minutos para las cuatro de la tarde. Muy pensativo me contesta: “Han bajado mucho las ventas; desde que se informó del gasolinazo, la gente ya no viene, o si lo hace es a cambio de cantidades pequeñas. Ya no llenan el tanque. Me atrevería a decir que ha disminuido más del 30 por ciento de las ventas totales”, comentó afligido, pues allí también va su trabajo de por medio.
Es verdad, las gasolineras lucen vacías. La población está tomando medidas como el usar menos sus autos o de plano organizarse para trasladarse de manera colectiva a sus trabajos.
Podríamos decir que es un castigo al gobierno; sin embargo, estudiosos afirman que un gran porcentaje de la población ha perdido su poder adquisitivo en casi un 80 por ciento.
Es tal la incertidumbre que se vive en el país, que el dólar cerró ayer en 22 pesos con 10 centavos.
De nada le sirvió al presidente su acuerdo para el Fortalecimiento Económico y de Protección Familiar en el que incluso varios grupos se quejaron por pasarlo a firma de última hora.
Y los que de plano ni caso le hicieron fueron los de la Coparmex, ellos que siempre habían respaldado al presidente, pero que ahora, ante la situación económica que vive, las políticas públicas que ha ejercido y su tibia mano para castigar la corrupción, se han negado a firmarlo por considerarlo sin objetivos ni metas claras.
Si lo analizamos, de nada ayudaría; al contrario... por ejemplo, si llegaran a mantenerse los precios de la canasta básica seria sacrificando utilidades de los empresarios, principalmente de los pequeños. El simple hecho de que el dólar suba pone en jaque todos los precios, principalmente medicamentos,
Al hablar de modernización del transporte, no sé usted, pero yo entiendo que los concesionarios del mismo deben comprar unidades nuevas o hacer una inversión para mejorarlo. El dólar sube y todo lo relacionado al aspecto automotriz con él.
Mejorar créditos a través de la banca de desarrollo. Ojo, los tiempos no están para endeudarse pues también aumentarán las tasas de interés.
Fomentar la inclusión laboral de los grupos vulnerables. No sé a quién se le ocurrió este punto, pero no dijeron cómo hacerlo. Además de que podría decir que más de la mitad de la población del país actualmente es vulnerable. ¿O no?
Campaña para entregarles a los adultos mayores su ahorro para el retiro. Esto es más criminal ¿quieren entregar a los adultos mayores sus fondos ahorrados durante su relación laboral? ¿para que? ¿para que se lo gasten? ¿Y luego?
Lo del impulso a la recuperación del salario mínimo sí es de risa, pues durante su mandato, Peña no lo pudo hacer ¿lo hará ahora que estamos mal económicamente?
Peor tantito, ¿Qué acciones se harán para la libre competencia? Si la mayoría de los mexicanos no tenemos poder adquisitivo, ¿con quién vamos a competir así?
¿Impulsar inversión y empleo a través de la Banca de Desarrollo? ¿endeudándonos más?
Fomentar la repatriación de capitales, aquí surge una inminente reversa a Peña y el aumento del dólar lo refleja. ¿Reducir endeudamiento y crear superávit? No veo dónde estén estas acciones, pues la mayoría de las propuestas reflejan deudas; y para reír: ¿preservar la estabilidad económica? Primero que nos diga ¿cuál? y después el cómo.
Aunque no todo es malo. Apruebo la parte donde el presupuesto se ejerza de manera clara, transparente y austera. Entonces pregunto ¿no se ejerce así?
Y el último compromiso debería ser el primero; combatir la corrupción y aumentar la transparencia.
Pues si los mexicanos notáramos un frontal combate a la corrupción que dé resultados, apresando a los gobernadores corruptos y regresando lo robado, además de que se bajaran los sueldos en más de un 10 porciento, estoy segura no nos opondríamos a un gasolinazo.
La realidad es que el gasolinazo se ha politizado, pues mientras los de Morena, panistas y perredistas abogan por disminuir el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) en un 50 por ciento, los priístas defienden la postura de Peña (no todos, aclaro) diciendo que al echarlo para atrás, se dañaría la economía mexicana y se corre el riesgo de reducir programas sociales, educativos, de infraestructura o seguridad pública.
No tomo ninguna bandera partidista pero considero que bajar el IEPS es la única vía para bajar la gasolina, ya que el impuesto representa un 40 por ciento del precio final, algo así como 7 u 8 pesos por litro. Pero ¿por qué la negativa de Peña de no bajar el IEPS? Porque en este impuesto está la clave de la recaudación. De acuerdo con datos del Centro de Estudios de Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados y publicados por Leonor Flores en el Universal, en el año 2011, el IEPS era negativo debido a que lo subsidiaba el gobierno por 0.69%; sin embargo, en 2016 deja recursos por 1.11% del Producto Interno Bruto. Y para 2017, se estima recaudar por IEPS de combustibles la nada despreciable cifra de 284.4 miles de millones de pesos ¿ahora entiende usted la medida?