Jorge Díaz Bartolomé
Dos décadas y media de haber logrado la independencia, México debió enfrentar el voraz expansionismo estadunidense que terminó por arrebatarle 500 mil kilómetros cuadrados de territorio; pero no sólo eso, sembró un odio y racismo hacia los latinos y desprecio a la paulatina migración de mexicanos y centroamericanos al vecino país. Un fenómeno nada nuevo en las antiguas culturas.
En los Estados Unidos de la década de los cincuenta el racismo eran tan fuerte que existían tristemente leyes para separar a los blancos de los negros -particularmente en el Estado de Mississippi-, tampoco existía el menor recato en burlarse de una persona de color, muchas veces tenían la labor de servidumbre y no eran consideradas para votar en elecciones presidenciales o eventos políticos.
El triunfo de Donald Trump no va a acabar con la cultura e identidad mexicana y que Estados Unidos carece; no va a empobrecer a México, lo que lo va a empobrecer son los corruptos gobernantes que tiene y la impunidad que existe en el país.
Hoy nos damos cuenta de una realidad que no queríamos aceptar, el 50 % de los estadounidenses (incluyendo los latinos que han obtenido su nueva nacionalidad) mostraron su racismo hacia sus paisanos, haciendo a un lado sus raíces
Todo esto nos sirve para afrontar los retos y voltear a ver nuevamente a nuestro país ¿como? Comprando los productos que se fabrican en México y olvidarnos que todo lo que se produce en Estados Unidos es mejor y recordar finalmente que Mexico es una gran nación.
Sígueme en Xalapa Antiguo, Análisis y Opinión por Facebook
Contacto: [email protected]
