Agustín Contreras Stein
AL PRI NO LE ha perecido nada bien que su diputado local Ricardo Ahued Bardahuil se le haya salido del huacal en varias ocasiones.
No es, por lo tanto, un hombre en quien pudiera confiar de aquí en adelante, porque no obedece las reglas y menos cuando se trata de hacerle al cómplice de varias acciones fraudulentas.
Es cierto, Ricardo Ahued Bardahuil ha sido alcalde, diputado federal, y ahora diputado local, sin que se haya ajustado del todo a los lineamientos del tricolor ni tampoco de ninguna autoridad superior a él. Cuando ha coincidido con los demás compañeros de partido es porque se trata de algo que beneficie directamente a los veracruzanos.
En la presente legislatura del Estado, Ahued ha sido de los diputados que habiendo llegado por la vía del PRI, no ha jalado parejo con este partido y menos con quienes lo han dirigido. Confía definitivamente en su capacidad y en el mandato del propio pueblo, pues sabe perfectamente bien que ha ganado las elecciones por sí solo y que las siglas del PRI solamente le han servido para el registro correspondiente a la hora de participar electoralmente.
Con todo esto, Ahued Bardahuil puede darse el lujo de escoger la vía para participar, incluyendo, la independiente, pues aún así seguirá manteniendo las fuerza política que se requiere para ganar una elección.
Ante el quebranto político del tricolor, Ricardo Ahued Bardahuil ya no participará a través de esta organización política, aunque el ofrecimiento de la candidatura a la Presidencia Municipal de Xalapa podría esperarse, puesto que en el Comité Directivo Estatal de este partido sabe muy bien que es la primera carta en la cual confiarían para ganarle a cualquier candidato de cualquier partido político.
Sin embargo, Ahued podría rechazar esta oportunidad más que le da el PRI, para ponerse a disposición de cualquier otra organización política. Por eso el PAN lo busca, lo apapacha y le tiende el tapete con la finalidad de que acepte la candidatura.
Pero Ahued es sumamente inteligente. Políticamente ha alcanzado niveles extraordinarios y es mejor que cualquier otro legislador en este momento. Fue uno de los mejores alcaldes de Xalapa y seguramente si logra una candidatura a este mismo puesto hará todo lo posible para lograr que Xalapa siga creciendo a pasos acelerados.
Existe, hasta ahora, la posibilidad de que el empresario más destacado de Xalapa rechace la candidatura priista, quedando, pues, en la interrogante de cuál sería su destino político y si llegará a aceptar a cualquiera de las otras siglas que participarán en la jornada electoral del próximo año. Nadie, seguramente, vería con malos ojos que Ricardo Ahued Bardahuil busque nuevamente la Presidencia Municipal, pues habría continuidad con los esfuerzos de la actual comuna que preside Américo Zúñiga Martínez.
Ante la segura decisión de Ahued, de no ir por el PRI en busca de la alcaldía de Xalapa, quedan solamente dos personajes capaces de hacer lo suyo en esta contienda del 2017; es decir, Renato Alarcón Guevara, cuyas intenciones se han mostrado desde hace muchos meses, declarando que está dispuesto a trabajar, como bien lo sabe hacer, en bien de este municipio, que además es el asiento de los poderes del Estado.
Con menos posibilidades de alcanzar el triunfo, aunque no así la candidatura, estaría en el segundo plano Carlos Aceves Amezcua, quien ya fue Diputado local y ahora se desempeña como Director del Colegio de Bachilleres en el Estado de Veracruz.
Aceves tiene el respaldo político de su padrino, quien opera a nivel nacional, pero eso no lo saben los electores de esta ciudad, cuando menos no todos.
Para ganar, el PRI sólo tiene estas tres opciones, siempre y cuando llegara a convencer a Ricardo Ahued, el diputado local más rebelde del momento.
BROTA, DE NUEVA cuenta, el escándalo en la Secretaría de Salud.
Esta dependencia ha sido siempre el ojo del huracán en Veracruz, por los malos manejos de los recursos públicos que tiene a su favor, así como la pésima administración que la ha hundido irremediablemente.
Son innumerables las irregularidades que se han presentado desde el inicio del sexenio. La Secretaría de Salad ya estaba enferma y quienes se hicieron cargo de ella la pusieron, sin duda, al borde la muerte.
El enjambre de intereses que se mueven en todas sus áreas y oficinas ha propiciado el saqueo de diferentes formas.
Por eso, cuando Juan Antonio Nemi Dib llega a la dependencia en calidad de Secretario, iba con las mejores intenciones de regularizar la situación que imperaba. Quien lo mandó ahí sabía de todos los males que venía padeciendo la dependencia y lo envió porque para ese entonces Nemi Dib ya gozaba de la fama de ser buen ordenador administrativo. Lo había hecho en otras dependencias, incluyendo a una de las más difíciles que fue el famoso IPAX.
Pero, Nemi Dib nunca contó con el recibimiento que le harían en la Secretaría de Salud.
Sindicatos y funcionarios de menor rango le impedirían hacer el trabajo recomendado. La dependencia para ese entonces ya apestaba, pues su muerte había ocurrido sin que se dieran cuenta el mismo Nemi Dib y quien mandaba desde Palacio de Gobierno.
Nemi Dib no aguantó o no lo aguantaron, por lo que vino el relevo en manos del Doctor Fernando Benítez Obeso, primo hermano de los Chedraui, quien hasta ahora se mantiene dirigiendo el barco, entrándole, para el caso, al mismo desorden que ha imperado siempre.
Hoy son los trabajadores de campo, los vectores, quienes le reclaman el pago de sus salarios como otro trompo que se tiene que echar a la uña antes de que concluya este gobierno.
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