Por: Mario Javier Sánchez de la Torre
El pasado viernes 5 del mes en curso, la Universidad Veracruzana dio inicio el ciclo escolar 2016-2017, dando la bienvenida a 15 mil 185 jóvenes estudiantes veracruzanos la máxima autoridad universitaria de la entidad, su rectora, la doctora Sara Ladrón de Guevara.
El importante y trascendente evento se llevó a cabo en el gimnasio del Campus para la Cultura, las Artes y el Deporte de la institución educativa, en donde expresó: “En la UV, ante circunstancias adversas, hemos salido en defensa de la educación superior pública. Lo hemos hecho en varios terrenos, todos legales: el de la gestión, el de la denuncia y el de la movilización pública”.
Palabras que en forma clara y política hicieron referencia a los lamentables y vergonzosos acontecimientos, además de inútiles, por los que acaba de pasar la Máxima Casa de Estudios de esta entidad. Acciones de parte de la actual administración estatal que solamente pueden interpretarse como producto de conductas corruptas. Pues ningún ser humano que se le considere tener una inteligencia dentro de lo que llamamos “normal”, de cualquier etapa de la historia de la humanidad estaría en contra de apoyar todo lo que es a favor del conocimiento.
Ya que el acto de inauguración del curso escolar 2016-2017, el pasado viernes, pudo hacer sido el más importante legado que el actual cuestionado Ejecutivo del Estado dejará para el futuro de las y los veracruzanos. Lo único que debió haber hecho es trabajar con honestidad y transparencia los recursos que están destinados para la educación superior en estas tierras y hacerlos llegar en tiempo.
Pues además de histórico y positivo, hubiera sido si en lugar de 15 mil 185 estudiantes de los casi 35 mil que presentan su examen de admisión, el número en esta ocasión hubiera sido de 20 mil. O puede ser que de menos, de 17 mil, o de mil más solamente. Pero se hubiera roto con la penosa y vergonzante situación que desde hace muchos años, cada inicio de ciclo escolar enfrenta la Universidad Veracruzana, de tener que rechazar a aproximadamente el 50% de los aspirantes.
El esfuerzo que se tiene que hacer para poder lograr lo anterior no es fácil, debe ser grande en recursos económicos y humanos, pero aquí, en este estado se puede hacer. Esos recursos existen, tanto los humanos como los económicos. Una muestra de ello es la gran cantidad de dinero que hay como deuda del estado y que no se tiene idea en dónde se invirtió, pues grandes obras no las hay y sí un gran adeudo.