Agustín Contreras Stein
FUE CLARO el Gobierno federal al manifestar en su momento que los combustibles no tendrían incremento alguno, considerando que los mexicanos comenzaban hace unos cuantos meses a protestar por los constantes aumentos mensuales.
Efectivamente, como una medida popular, electoral podría decirse, estos incrementos concluyeron y los combustibles se quedaron en los precios tope que para esos momentos ya eran bastante altos.
Sin embargo, fueron los propios consumidores de la gasolina y el diesel, principalmente, quienes celebraron que los aumentos a los combustibles habían cesado y con esto se tendría la posibilidad de mantenerse bien en los servicios que prestaban.
Pero la triste realidad volvió al pueblo, cuando se anunció el nuevo incremento, por lo que ahora la gasolina y el diesel son más caros y por lo tanto está obligando a los consumidores de los combustibles a buscar nuevas estrategias que les permitan subsistir, sobre todo aumentando los precios a sus servicios, lo que ya se ha vuelto una verdadera escalada de precios, porque también, con ese pretexto, el comercio en general ha reetiquetado el precio de todos los productos y servicios.
Tradicionalmente el aumento a los combustibles ha generado una crisis económica en el pueblo debido a que el precio de las gasolinas es el que determina, en cierta manera, el costo de los demás productos.
Así es que de esta manera el gobierno federal no esperó ni siquiera a que llegara el mes de diciembre, aprovechando el pago del aguinaldo a los trabajadores, con lo que se reducía el impacto económico entre la población, aunque allá por el mes de enero de cada año se comenzara a sentir, no precisamente, el aumento de los energéticos, sino el aumento generalizado de todos los productos.
El pueblo de esta manera es engañado una vez más porque solamente se busca dar, como se dice popularmente, atole con el dedo y está obligando, necesariamente, a una revisión profunda de las administraciones que tienen la facultad de crear y aumentar los impuestos prácticamente cuando se les da la oportunidad.
De esto nunca se ha dado explicación alguna y llega, sin duda, al cansancio del pueblo en general, porque las necesidades aumentan de la misma manera entre los consumidores que ven que de la noche a la mañana todo sube considerablemente al grado de que muchos productos llegan a ser inalcanzables para la mayoría de los estratos sociales, más aquellos cuyas percepciones no son tan halagadoras como para enfrentar los constantes impuestos que surgen a cada momento.
Y vaya que todo esto se relaciona necesariamente también con el aumento a los salarios, el cual es un verdadero sufrimiento para los trabajadores que no logran muchas de las veces compensar la enorme diferencia que se establece entre la crisis económica y sus propias percepciones.
Así, en pocas palabras ya se puede hablar de una crisis económica que se vive nuevamente.
Apenas se logra cierta estabilidad económica en nuestro país cuando se comienza por aumentar el costo de los combustibles y de inmediato se cae en un profundo hoyo de insuficiencia económica, porque se tiene que pagar más por los combustibles, sin los cuales, todo mundo sabe, no se mueve el mundo.
Los recientes aumentos a los precios de los combustibles ya generaron una grave situación económica que difícilmente se podrá superar en unos cuantos meses, sobre todo porque viene un semestre bastante complicado para todos.
Esta práctica, que políticamente da resultados antes de alguna elección, también es el castigo que el propio pueblo aplica para quienes gobiernan a nuestro país.
Ya se vio en la pasada elección del 5 de junio que el pueblo también se cobra las facturas pendientes y en lo más cercano que ahora se tendrá para ponerse a mano, como se dice popularmente, serás las elecciones federales de los próximos dos años.
¿Y POR QUÉ LE RONDAN al todavía dirigente estatal del PRI, varios aspirantes a dirigir el tricolor en su nueva etapa que no tarda en comenzar?
En principio, porque los resultados de la pasada elección no han sido halagadores para nadie, pero algo que sin duda ha mostrado interés en una buena cantidad de aspirantes a suceder a Felipe Amadeo Flores Espinoza es sin duda el cambio que se ha dado a nivel nacional, donde al parecer se estará optando por figuras que no han sido contempladas en el ámbito político estatal.
Así, como corren las versiones, los políticos de siempre, por no decir los que ya están quemados, parece que serán puestos en el lugar que les corresponde, porque ya es tiempo de que nuevas generaciones de políticos veracruzanos entren al relevo, en virtud de que son los que más posibilidades tienen de adaptarse a los nuevos proyectos del PRI nacional.
Se ha dicho que habrá cambios sustanciales en el programa de acción del tricolor, ya que de esta manera se pretende recuperar la confianza de los electores, pues se han dado cuenta que en las pasadas elecciones hubo votos de castigo, lo que hizo que el Partido Revolucionario Institucional se viniera abajo.
Aunque la culpa no fue de todos, la mayoría de sus militantes reclaman un nuevo ciclo para el tricolor, considerando que aún con todo lo que le ha pasado, sigue siendo una de las organizaciones cuyos programas de acción siguen siendo actuales y que por diversas razones no se han puesto en vigencia.
Así que vienen los nuevos tiempos del PRI y por ello se han generado aspiraciones de varios políticos, sobre todo aquellos que forman parte, todavía, de las nuevas generaciones de veracruzanos que intentan rescatar a este partido.
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