25 de Noviembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

POLIANTEA ¿Gobernar es un arte?

¿Gobernar es un arte?

Rubén Pabello Rojas

Gobierno es el ejercicio o acción de autoridad conferida por la ley. Gobernar es el modo en que la autoridad constituida conforme a esa ley, dirige los destinos del ámbito en que ejerce su función. El gobierno es potestad del Poder Ejecutivo en un estado integrado por los otros dos poderes, Legislativo y Judicial, cada uno con sus específicas atribuciones.

De ahí la importancia de gobernar bajo los indicadores mas idóneos en beneficio de los gobernados. Pueden considerarse la gobernanza y la gobernabilidad como dos  caracteres que ayudan a medir la bondad y eficacia del ejercicio del gobierno a través del poder público, para determinar la capacidad y calidad de hacer o ejecutar algo relacionado con su atribución.

Desde luego, el bien social y político perseguido es lograr el buen gobierno que garantice el bienestar común y la paz publica cotidiana. Por excepción, el derecho en ciertos casos muy raros, sobre todo en legislaciones más antiguas,  llegó a considerar a la felicidad como un derecho del género humano.

El ejercicio del gobierno no esta, por naturaleza, desligado de la acción política y ahí es donde las cosas se complican. Cuando se mezclan intereses derivados de corrientes de opinión o militancia partidista de los ciudadanos, la función de gobernar se vuelve compleja y muchas veces difícil de manejar.

Gobernar no es asunto sencillo. Requiere y demanda, de inspiración, intuición, oportunidad y templanza así como conocimiento, experiencia y formación en diferentes disciplinas socio-políticas y culturales. Se ha identificado como “vocación de servicio ciudadano”. Se advierte, desde luego, que la cosa no es para nada simple.

Entonces, ¿Gobernar es un arte o simplemente es un oficio para el cual toda persona, de cualquier origen, está en situación de practicar, sean cuales fueren los resultados por más que estos no sean los que la sociedad demanda y merece?

La gran interrogante deberán responderla los teóricos, los estudiosos de la doctrina. Lo evidente es que gobernar, arte o no, es siempre complejo y difícil pues se trabaja con una masa social que tiene muy disímbolos intereses, proyectos y metas.

Mexico a través de su historia, desde su independencia, ha tenido que salvar día a día momentos de reto nacional que se han ido afrontando y superando  con no poca dificultad. Veracruz por ende de igual modo discurre en su devenir como sociedad por espacios no exentos de complicaciones y desafíos.

Gobernar en las condiciones actuales no es un día de campo, por el contrario es una prueba con un altísimo grado de no solución. Problemas económicos cuyo origen nadie ignora forman parte de una cotidianeidad cada vez mas inquietante e incierta. En ese turbulento océano discurre el gobierno que hace frente con los medios a su alcance para salir adelante. Las exigencias son imperativas y los plazos están agotados. ¿En que versión puede considerarse, en este caso, que gobernar es un arte?

El ejercicio del poder no admite dilación ni espera; la comunidad gobernada demanda con razón sus derechos. Solo existe un camino, otorgárselos. Buscar la solución adecuada, sin hipotecar el futuro, por parte de los responsables de conducir el gobierno.

Eso es lo que hoy hace y se empeña en lograr el gobernador Javier Duarte de Ochoa. En momentos delicados por los problemas socio-económicos, frente a un estado nervioso por los inminentes acontecimientos políticos hacia la renovación de los poderes Ejecutivo y Legislativo del estado, busca superar los fuertes asuntos públicos de la mejor forma. 

Para ello no hay arte que aplicar, sino la voluntad oficial de sacar adelante al estado mediante las llamadas políticas públicas. Tarea ingrata y difícil que es imposible no acometer. Analistas y críticos cuya opinión es valiosa, emiten sus argumentos. Todo es importante, nada puede ser desdeñado; todo cuestionamiento suma para encontrar soluciones y además es el derecho de libertad de expresión.

Dentro de este derecho humano a la libertad irrestricta de expresión, cabe comentar  la muy respetable opinión del celebrado y reconocido escritor  indio Salman Rushdi, autor de los famosos mundialmente “Versos satánicos” que le ocasionaron ser sentenciado a muerte por fundamentalistas musulmanes, quien en una entrevista con Carlos Loret de Mola y en otros foros literarios ha afirmado que en Xalapa, en el último Festival Hay recibió noticias de hechos contra la integridad de periodistas.

Baste ello para establecer la gran exposición a los señalamientos que el gobernante recibe en la crítica de su gobierno, donde no solamente queda sujeto a la detracción de propios sino, como en este caso, con razón o no, lanzando juicios a veces sin gran conocimiento de causa, se emiten en función de justificar una cierta posición ideológica o bien por servir intereses no siempre constructivos.

 

 Gobernar no es sencillo. No parece ser, más que en la teoría, un arte. Es, en la realidad dura y pura,  la obligada necesidad de velar y conseguir eso, tan sabido pero tan difícil de lograr, el bien común, la paz pública y porque no: la inalcanzable felicidad social de que hablaron los grandes filósofos.