Salvador Muñoz
El asunto de el Piojo Herrera y la agresión a Christian Martinoli se puede resolver en menos de lo que usted lee esta columna…
¿Se acuerdan de Toño Flores Vargas? ¿Aquel funcionario que agredió al columnista Arturo Reyes Isidoro? ¿Qué pasó?, creo que le dieron vacaciones por Europa… al funcionario, no a Reyes...
¿Se acuerdan del alcalde de Fortín de las Flores, Armel Cid, el mismo que golpeó a una dama? Sigue siendo alcalde de esta ciudad.
¿Se acuerdan la ocasión en que Juan de Dios Sánchez Abreu agredió a un ciudadano por grabar una manifestación contra el hoy presidente de la República, allá en la ciudad de Córdoba? ¡Hoy es el número 2 del Partido Encuentro Social en Veracruz!
¡Ya vio!
II
Vivimos en un país surrealista, único, donde se vive una especie de arbitrariedad, de la Ley del más fuerte, una Ley de la selva, donde con un poquito de poder, por mínimo que sea, es suficiente para tratar de someter al más débil.
Y no importa la clase social, porque igual jode el jodido al más jodido que el rico al jodido… ¿entre ricos se joden? Creo que se alían para joder al jodido…
Tampoco importa la religión, porque igual vemos a un sacerdote que le parece ofensivo que en la política y los medios haya “muchos gays”... pero no dice que hay pederastia en la Iglesia o un Lobo Siberiano, desde el púlpito, traficando fotos de niños explotados sexualmente… allí no hay manifestación… hay manipuleo.
III
Por eso, cuando veo las desgarraduras de vestido que hacen en las redes por el caso del director técnico, Miguel Herrera, y el comentarista, Christian Martinoli, siento que quedo en fuera de lugar aun con los ejemplos que pusimos a nivel estatal… quizás tengamos que ver los ejemplos a nivel nacional:
Como cuando el dólar cerró ayer a 16.60 y Luis Videgaray y todos sus seguidores siguen creyendo que vamos por el camino correcto, pero la gente no habla de que renuncie el secretario de Hacienda…
O vemos que tenemos millones de pobres, pero para Rosario Robles, el asunto de la pobreza se concentra en un problema de nacimientos y por eso hay más pobres… pero, ¿quién pide la cabeza de la secretaria de Desarrollo Social?
O quizás recordar a 43 desaparecidos/muertos de Ayotzinapa y la cabeza rodando de un puesto a otro de Murillo Karam, pero nadie pide que renuncie de por vida este extitular de la PGR y hoy de Sedatu.
O qué decir de la fuga del criminal más peligroso de México, como lo es Joaquín Guzmán Loera y si volteamos, podemos ver en su puesto, tan campante, a Osorio Chong, ¡y ni quien diga nada!
IV
Vamos, es más fácil que el país se divida en dos en el caso del Piojo y Martinoli… unos, pidiendo la cabeza del director técnico, y otros, aplaudiendo el golpe (como lo hicieron los hermanos Dos Santos), al considerar al comentarista non grato a sus oídos…
Una vez comparado el asunto de el Piojo y Martinoli con otras realidades más crudas, ¿es posible que todavía sea tema para discutir la renuncia del DT del Tri? No, verdad... trece ejecutados en Veracruz en dos-tres días… una Iglesia homofóbica… una deuda agobiante… un Gobierno incomprensible… y un pinche calor agobiante nos deben poner a pensar en cosas más importantes que el Piojo y Martinoli…
