Salvador Muñoz
Acabo de escuchar Calla, interpretada en piano y cantada por el cuate Magno Garcimarrero Ochoa. Debo entender que la composición es de mi tocayo, Benjamín, el otro cuate.
Cuando tengo la fortuna de descubrir alguna que otra actividad de Magno en las redes, doy “gracias” por encontrar una isla en este inmenso mar que es el Facebook y entonces me pongo a leer los versos del Cuate, sus amenas lecturas y recientemente, su momento romántico en el piano, grabado en una insistente contraluz que pudiera parecer un error de aficionado al video, pero deja un destello de bohemia al descubrir su perfil discreto en la lente así como sus manos deslizándose por las teclas… y no es albur.
Insisto: Si el Cuate es el candidato de la izquierda para competir por el distrito Urbano de Xalapa, ¡ya tiene mi voto!
Estoy seguro que si llega al Congreso de la Unión, ha de encontrarse a muchos otros que gustan de tocar el piano, aunque a diferencia de él, ¡lo hacen al revés!
II
¿Conoce al Cariño? Así apodaron allá por la colonia 2 de Abril, de Xalapa, a Omar Miranda Romero, actual tesorero del Comité Directivo Estatal del PAN.
No creo que alguien le haya puesto ese mote por el famoso personaje de el Mostachón, de Los Polivoces (“¿Hay cariño o no hay cariño?”). Más bien, cuenta la leyenda de esa famosa colonia donde habita el Gobernador del Estado, que Omar Miranda gustaba de las serenatas y la bohemia en sus tiempos más mozos (porque todavía está chavo), y ya en el calorcito de temas de Álvaro Carrillo y Armando Manzanero, se refería a sus interlocutores con la palabra “Cariño”, por el afecto propio que da una tarde romántica y una guitarra.
Por cierto, cuenta Armando Manzanero que una guitarra es como una mujer… ponerla entre tus piernas genera tanto placer pero sólo una de ellas da problemas.
Así es el romanticismo del Maestro yucateco.
Por cierto, otro que gusta de la balada es el diputado federal Fernando Charleston Hernández, a quien le atribuyen haber sido el “Juan Penas Cupido” de Javier Duarte de Ochoa para enamorar a Karime Macías Tubilla.
Y por supuesto, fuera del contexto romántico, el director de Patrimonio del Estado, Antonio Ferrari Cazarín, de quien cuentan sus amigos que uno de sus grandes sueños de joven (de mozalbete, ya que todavía está joven), era conformar una banda de rock, porque se vuelve loco con una guitarra eléctrica.
III
Pero no a todos los políticos se les da el gusto de tal manera por la música… bueno, a Nemesio Domínguez Domínguez y a sus hijas, Dzoara y Paloma Domínguez, sí, ya que trabajan en la Subdirección del Instituto Superior de Música del Estado de Veracruz (Ismev).
Y al igual que el padre, deben de contar con un talento increíble pues el subdirector del Ismev, Alejandro Bustos Fierro, las tiene bien pagadas con 25 mil pesos de sueldo neto a estas maestras… ¿comisionadas?
Y eso que apenas en el 2011 ingresaron al Ismev, un año después de que su padre, Nemesio, rindió protesta como subsecretario de Educación…
Lo bueno es que el Ismev no depende de Nemesio Domínguez (si alguien sabe lo contrario, hágalo saber), si no, estaríamos hablando de “nepotismo melómano”... ¡qué músicas!