Gilberto Haaz Diez
*De Steve Jobs: “Recordar que uno va a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que hay algo que perder. Ya se está indefenso. No hay razón alguna para no seguir los consejos del corazón”. Camelot
SERGIO TINOCO SOLAR (CINEASTA)
Una carta del historiador José Romero Güereña, me hace ver una inquietud que cargo y he escrito desde hace mucho tiempo, preguntando el destino de las cintas de Sergio Tinoco Solar, el gran cineasta orizabeño, locutor, productor, director, creador del Payasito Bony en la tele de Veracruz, al lado del gran Joe de Lara (q.e.p.d.) y de tantos otros amigos que han partido de esta tierra llena de fosas comunes sin rostro y protestas guerrerenses. Tinoco vivió sus últimos años en Orizaba. Laborando en el grupo de radio de Carlos Ferráez, el concesionario de varias estaciones en el país. Una de esas películas, que filmaba en ocho milímetros, sin dinero, con la ayuda de los amigos a quienes pedía no tanto como dinero, sino sus casas para filmarlas (en mi casa, creo que filmó unas cuatro, tenía cancha libre y allí por poco nos llevamos un Oscar, sólo que la Academia no nos peló) resultó ganadora. Era una gente buena y querida. Sergio amó el cine como nadie. Una de esas películas, Cristo 70, fue premiada con un Ariel, creo que el actor era un tal Carlos Piñar. Si Gabriel Figueroa retrató en súper ocho muchas de las cosas brillantes de México, y hoy el Chivo Lubezky refrenda esos caminos, Tinoco en su tiempo hacia el esfuerzo del cine sin recursos. Para salir a un lugar de mar, pasaba la charola o pedía prestado. Orizaba le debe un homenaje, ahora que las autoridades en el Día de Orizaba entregan reconocimientos, Tinoco debe tener el suyo, sus herederos lo recogerían. Cine experimental, le llamaron en su tiempo. Pues bien, el historiador Güereña dice en su carta que las 60 películas de Tinoco se cedieron a la Filmoteca de la UNAM, por el propio autor, lo asegura la señora enfermera Ana Beatriz Díaz Rojas, y que ella conserva el ticket de entrega de esas películas. Bueno, están a resguardo. Piqué la página de la Filmoteca de la UNAM y algo aparece como Sergio Tinoco Solar. Que siga descansando en paz, mientras sus películas, para las que vivió y amó, estén a resguardo.
EUGENIO ROJI URIBE
Es un empresario orizabeño, dueño de gasolineras de las que dan los pesos completos. Suelo verlo muy de vez en cuando, pero cuando nos vemos coincidimos en platicar de alguien a quien leemos, un grande de España, Manuel Vicent, el novelista, columnista y periodista del diario El País, que los sábados engalana, diría un clásico, la solapa o contraportada del diario más leído en habla hispana. Me dejó hace poco un texto recortado, llamado Kaláshnikov. Vicent es extraordinario, leerlo a él y a Raúl del Pozo es algo que ni la tarjeta de crédito Master Card puede comprar, para todo lo demás sí.
EL PADRE MARCOS PALACIOS
El padre Marcos Palacios ha seguido el consejo de su patrón, el que cobra en el Vaticano, el Papa Francesco, el amigo del secretario Meade, que se enojó cuando recomendó a los argentinos no ‘mexicanizarse’, Marcos utiliza las redes sociales, si a las seis de la madrugada, hora de lechero, se oye timbrar el WhatsApp es él, que manda o un mensaje como si estuviera en misa o un sermón mañanero. A ratos se da tiempo para enviar un chistorete. Ayer en la tarde, como a las seis, hora en que escribo estas líneas, envió uno. Dice, “Atención, les informo que WhatsApp no funcionará los días 29, 30 y 31 de este mes. Motivo. El mes de febrero sólo tiene 28 días. Gracias por su atención. Lindo día. Sonríe”. Ahí la dejó, así nomás tras lomita, donde no se ve Dolores, Hidalgo. Marcos es vocero de la Diócesis, y están es espera del nuevo Obispo, un hombre llegado de Tuxpan.
EL OSCAR FALLIDO
Lo leo en el diario El Mundo de España, y lo recalcan con un video. Michael Keaton, nunca ganador de uno y el más fuerte rival a llevárselo este 2015, cuando llegó el nombre del ganador y no fue él, se le ve metiendo a la bolsa del smoking el papelito donde, seguramente, tenía el spitch como lo hacen todos los que trepan a ese sitio privilegiado. Eso sí, nunca dejó su chicle, que no sé si era Adams pero masticaba y masticaba a lo mejor de nervios. Era su primera nominación y quizá no tenga una más, a sus 65 años se entristeció. Muchos lo daban por ganador. Quizá por eso, el galardonado y laureado director, el Negro Alejandro González Iñarritú, además de rezar por un mejor gobierno para México, abogó porque a los mexicanos que ahora llegan a esas tierras los traten como a aquellos primeros inmigrantes que crearon ese gran país, y más nos duele cuando los vemos en el trabajo de los restaurantes, ganándose con honradez los dólares que luego envían a México para que nuestro país no sucumba en crisis, pues muchos de esos dólares sostienen nuestra maltrecha economía, Iñárritu lo subió cuando ganó la mejor película y le hizo hablar. Negados al Oscar han sido grandes picudos de Hollywood. Cary Grant, a quien adoraban las mujeres, jamás se alzó con la estatuilla que el Negro Iñárritu dejó porque dijo pesaba mucho, cuando llegó a la cena de Vanity Fair. Greta Garbo jamás se alzó con uno. Y el quizá más sonado fue el de Charles Chaplin, porque Chaplin pensaba diferente y en aquel tiempo el Macarthismo mandaba para mal de esa nación. Años después, la Academia, avergonzada lo llamó en la vejez, cuando la vida ya se le iba, y le dio uno casi póstumo. Chaplin lo recibió con lágrimas en los ojos y con el fondo de la canción Candilejas, título de su film exitoso. A Alfred Hitchcok también lo olvidaron. A Peter O Toole por igual, tuvieron que darle un Oscar Honorario, como a Chaplin. Leonardo Di Caprio, quien es chulo y guapo y representa la juventud, a la James Dean, como Robert Downey Jr., tendrán que seguir en la talacha para ser nominados y subir por la estatua que todos adoran, porque representa ganar millones de dólares en los films y sus actuaciones.
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