Salvador Muñoz
¿Usted cree en el amor eterno? Sí, de seguro que sí, siempre y cuando sea el de Juan Gabriel… o quizás se remita a los viejitos cabezas blancas que siguen allí, a fuerza de la costumbre, juntos… aunque es probable que ya no se acuerden para qué están juntos…
Yo no creo en el Amor Eterno…
La mujer piensa que soy un amargado o grosero porque soy seco en mis respuestas, tajante en sus respuestas, tanto, que asegura que gesticulo sin razón… por eso, tengo todos los días el bendito deber de enamorarla a cada rato… a cada hora… cada día… de tratar de componer lo que descompongo… y a veces pasan días y no encuentro el maldito instructivo para ver cómo se pega un corazón roto.
Por eso, yo no creo en el amor eterno…
II
Pero quienes sí parecen creer en el amor eterno son Miguel Alemán Velasco y Christiane Magnani. No he visto otra pareja (de su edad) que se prodigue tanto cariño como estos dos personajes. Y es que en nuestra política local, donde parece que los funcionarios o los servidores públicos tienen derecho a tener pareja, pero no a demostrarle amor y mucho menos una caricia como lo puede ser un besito en la trompita al estilo Miguel y Christiane.
Parejas como ellos quedan como bellos recuerdos, más en estos días de enamorados…
Caso curioso es el de Alberto Silva Ramos y Celín Farías, separados, pero manteniendo una excelente relación de amigos. ¡Vamos! Tan así que hay eventos a donde llegan juntos porque tienen un común denominador: ambos aman a su hija Sara.
Pero yo no creo en el amor eterno…
III
En Orizaba, en los círculos políticos, se habla de que el alcalde de Orizaba, Juan Manuel Diez Francos, optó por salirse de su casa que compartió con Osi Pírez y se fue a vivir a la de su madre. Mientras, la señora ni se aparece por el Ayuntamiento.
Un caso extraordinario fue el de un alcalde del norte del estado quien fue sorprendido en pleno romance con funcionaria de Naranjos, en un restaurante. Digo: Sorprendido por una cámara indiscreta. Se desconoce si su esposa haya tomado cartas en el asunto como igual, Alicia Muguira, la esposa de Armel Cid de León Díaz, munícipe de Fortín, acusado por una mujer, con la que sostenía relaciones, por brutal golpiza. El edil podría perder su fuero… y hasta su matrimonio...
Por eso, yo no creo en el amor eterno…
IV
Pero qué bonito es el amor juvenil… ¿cuántas parejas no irán este viernes a ver el concierto de Camila ¡Quién sabe! Al menos yo sé de una: Claudia Valencia y Tato Vega Yunes. Los enamorados cumplen meses de novios… ¡Ya! ¡Le voy a pedir a la mujer que sea de nuevo mi novia! Pero realmente no me gustaría ir a oír a Camila... maldita chochez… ¡prefiero a Alberto Vázquez! Bueno… trato de entender a la mujer… casi 16 años soportando a un tipo inestable, volátil, que prefiere respuestas cortas (sí o no) pues a veces no le interesan las explicaciones… ¡y a las mujeres cómo les encanta explicar tanto! Por eso ha de ser más fácil festejar meses que años, aunque estoy seguro que Claudia y Tato han de festejar realmente el reciente nombramiento del funcionario de Sedesol como secretario técnico del Consejo Estatal de Desarrollo en el estado, y más cuando es aprobado por todas las secretarías del país y todos los delegados federales…
Bueno… vamos para 16 años de vida la mujer y yo… bien podría ser un buen pretexto para festejar…
V
¿Ya les platiqué por qué nos casamos Brenda y yo? Vivíamos en unión libre. Un día, al hacer un trámite, salió con su cara triste. ¡Ahhh! No hay nada más demoledor para mi cabeza que ver los ojos de la mujer apagados. Las mujeres deberían de tener también un instructivo donde dijera cómo consolarlas, cómo abrazarlas, qué decirles en esos momentos en que están tristes. Una traba burocrática le impedía hacer un trámite ¡porque no estaba casada! “¿Y si nos casamos?” Le dije. Realmente le iba a pedir matrimonio pero lo tenía programado para meses, muchos meses posteriores… pero nada más lo adelantamos. Creo que después de eso, cuando la hago encabronar o se encabrona, amenaza con el divorcio… y entonces no creo en el amor eterno… ¡y abogo porque un día, como por arte de magia, apareciera ese instructivo para enamorarla de nuevo lo más rápido posible, lo menos doloroso posible, lo más fácil posible…!
VI
Sin embargo, me gusta que la gente se case. Más si son de la zona de Cosamaloapan. ¡Qué rica es la comida de las fiestas de Cosamaloapan! A mí no me gustan las fiestas, pero si son de esa zona ¡sí voy! porque como delicioso… igual otra comida que disfruto mucho es la comida de un Cereso… ¿han comido en la cárcel? Allí están luego los mejores cocineros. Años tiene que no como en un penal y ahora que tuve la oportunidad, el pariente Enrique Muñoz Sánchez (no somos familiares, nomás por el apellido le digo así), director del Cereso de Jalacingo, no me invitó al triple matrimonio que celebraron unos internos, porque eso sí, ¡hubo convivio! como quien dice ¡Bodorrio!
Y no obstante la muestra de amor por parte de Gilberto García y Candelaria Martínez, Juan Fernández y Mercedes Pérez, así como Apolonio Martínez y Marycarmen Sánchez, internos de Jalacingo, ahora sí, prisioneros del amor… yo no creo en el amor eterno… pero sí creo en el amor diario, por eso, tengo todos los días el bendito deber de enamorarla a cada rato… a cada hora… cada día… de tratar de componer lo que descompongo… porque la amo.