El estratega sabe que, en unidad,
ningún desafío es grande.
Concluye un año en el que los mexicanos y los veracruzanos nos atrevimos a dar pasos seguros hacia el futuro, con reformas y transformaciones de gran calado, que permitirán al país hacer frente a los retos que tenemos en materia educativa, energética, laboral, financiera y de justicia. Año que consolidó a Veracruz más allá de las fronteras como un gran anfitrión y como escenario inigualable de encuentros internacionales de primer nivel, que permitieron promover nuestra cultura y nuestra riqueza natural y humana en más de 50 países del mundo durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe, y la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. Año también de grandes contrastes y de hechos que no deberán ocurrir nunca más como los suscitados en Iguala, Guerrero, que pusieron a prueba la fortaleza de las instituciones y la capacidad de respuesta de la sociedad civil, ante la barbarie y la crueldad que todos lamentamos pero que, al mismo tiempo, obligan a redoblar el paso en cuanto a seguridad, prevención del delito e impartición de justicia. El presidente Peña Nieto ha puesto sobre la mesa diversas reformas derivadas de este doloroso capítulo para el país, que tienen que ver con la posibilidad de impulsar el mando único policial en las 32 entidades de la República, redefinir los ámbitos de competencia de cada autoridad en cuanto al combate de delitos, y la propuesta de Ley contra la Infiltración del Crimen Organizado en las Autoridades Municipales, que se encuentra ya en manos del Congreso de la Unión para su análisis y discusión en las semanas por venir.
A unas horas de que termine este año, expreso mis mayores deseos de éxito, salud y bienestar para cada una y cada uno de los veracruzanos con quienes hemos construido juntos las condiciones necesarias de gobernabilidad y paz social que nos distinguen en todo el país, y que han hecho posible no sólo la convivencia armónica entre los ciudadanos sino también que podamos ofrecer estabilidad y certeza jurídica para la generación de empleos, la atracción de capitales y el fomento al turismo, que es fuente de bienestar y futuro. Sabemos bien que tenemos mucho todavía por hacer, pero estoy seguro que con la suma de esfuerzos y mirando siempre hacia adelante en el 2015 vamos a consolidar lo que hemos realizado correctamente hasta ahora en materia de inversiones, medio ambiente, infraestructura, desarrollo social y seguridad pública. Es tiempo de unidad en propósitos y anhelos, porque en unidad todo es posible. El año 2015 nos convoca a ser mejores cada día, y más aún a quienes tenemos la honrosa oportunidad de servir a los demás en los tres órdenes de gobierno y en los Poderes públicos, donde nuestro desempeño debe ser ejemplo de compromiso, eficacia y probidad, y garante del bienestar social.
Hoy como ayer, en estos momentos de grandes cambios que vive el país, Veracruz está llamado a ser actor fundamental en la construcción de nuevas oportunidades, sobre todo a raíz de la reforma energética que habrá de traducirse en más fuentes de empleo y mejor remunerados para el sureste mexicano. Los veracruzanos estamos preparados para éste y todos los retos que vendrán junto con las reformas. Contamos con sólidas instituciones educativas de carácter tecnológico, donde se forma a una nueva generación que tiene claro cuál será su papel en este México de la modernidad y la competencia económica. Y lo vamos a hacer en unidad, con vocación de servicio y con una visión clara sobre el futuro que debemos y podemos construir desde ahora. Es momento de mirar hacia adelante. Con pasos firmes. Con una actitud positiva que articule esfuerzo y voluntad, porque unidos hemos demostrado que somos más fuertes que cualquier desafío. Feliz 2015 para todas las familias de Veracruz. Llegó la hora del sureste del país. Así será.
*Secretario de Gobierno.