Gilberto Haaz Diez
*De Shakespeare: Donde hay poder hay conspiración. Camelot.
Aeropuerto Internacional de Veracruz, el vuelo 4493 de United Express está retrasado. Demorado, pues desde nuestra salida mañanera la compañía aérea avisó vía correo de Hotmail, a la altura de la caseta de Cuitláhuac, donde la de Capufe ha sido tomada por innumerable ocasión, por unos vagos disfrazados de campesinos, para demostrar que en México la ley se la pasan por el arco del triunfo, y que este es un Estado Fallido, como lo dijo el presidente Mújica. Estos macuarros exigen 70 pesos por auto en caseta de precio de 85, si no, no pasas. Como John Wayne en el viejo oeste. O como los de Chicago en época de Capone. Les dimos 50, y por poco nos les escapamos. ¿Y el Supremo Gobierno? Se pregunta la gente. ¿Y la ley y la fuerza del orden público? Bien, gracias. El anuncio del retraso del vuelo es de dos horas. Que pasó a ser de tres. En las salas, mientras deambulaba por sus pasillos encontré a un picudo panista. Suele uno aquí siempre encontrar gente relevante. No lo había visto tenía unos cuatro meses y al pasar por su lado, dijo: “Salúdame”. Era Miguel Ángel Yunes Linares, que aguardaba la llegada de un vuelo defeño para esperar a su familia, nuera y un nieto. Platicamos un rato. De Veracruz, de los DOS AÑOS, de la familia, de lo que pudimos cuando el tiempo lo permitió. No soltó prenda si se apunta a la minigubernatura, “en su momento lo diremos”, decía a su defensa. En pantalón vaquero y camisa manga larga azul, ahora su color favorito, antes era el rojo priista, el político choleño, que en un sexenio, el de Chirinos, no había hoja de árbol que se moviera sin que él no lo supiera, y sus otros dos mosqueteros: Ampudia y Juan Herrera, hablaba de su otro hijo, Omar, el que no está en la política, el único que se fue por los negocios y la música, me mostró un video donde toca el violoncelo, una de las artes del saber de la música, porque quien toca música reza dos veces, decía San Agustín.
Un grupo de simpatizantes de Medellín pasó a saludarle, una familia que le mostró sus respetos. Otro picudo que pasó fue Víctor Arredondo Álvarez, el exrector de la UV, pero cabeceó y se fue de lado.
Se acercaba la hora de despedirnos, hablamos de los perfiles de quienes la buscan, de los aspirantes y suspirantes, los de su partido y el otro, el PRI, el PRD no porque parece que desapareció de la faz de la tierra, diría un clásico. Bajó su familia a la terminal, presentó a la nuera y nos despedimos, él a su casa, uno a esperar el vuelo del Embraer de fabricación brasileña, ese avión mosquito que trepa rápido, de 75 pasajeros, que en la pista, listo para despegar regresó a la zona de aparcamiento porque, uno de los flaps fallaba, así lo tradujo el asistente que es un portorriqueño y, en su idioma, ‘poltolico’, guaseó un rato. Media hora después despegamos, enfilamos hacia el Norte del Golfo de México, a cruzar Brownsville, Corpus Christi y llegar a Houston, que un día fue nuestro y que mi General Santana, empiernado, crudo y con una mulata haciéndole el amor, lo perdió cuando lo apresó el bandolero Sam Houston. A ver si Papá Obama se anima y nos lo devuelve, le dejamos California y Nuevo México. Yunes dijo, al despedirse, como premonición: “les ganaremos la gubernatura de 14 años”. Y traduje que 14 es por la de DOS AÑOS, y los otros años pues serían los dos sexenios, como le ocurrió al PAN cuando Fox y Calderón ganaron, no la soltaron en dos sexenios. Mira tú.
EL VUELO DEL EMBRAER
El vuelo despegó tres horas después, entre el retraso y la parada en la pista, el piloto tomó rumbo, elevó la punta del avión y enrutó al Norte del país, a la primera frontera, Brownsville, que veremos por arriba, y a Corpus por igual, más tarde al aeropuerto George Bush de Houston, Texas. El “poltoliqueño” ofrece un chesco o agua o una chela. Es mejor leer. Hojeo una buena entrevista a Jorge Castañeda, que es mamonsón pero le asiste la razón en su nuevo libro Amarres Perros. Dice: “Lo que vive México actualmente es un desastre no del gobierno, sino del país en general. El caos se vive no solamente en uno de los poderes gubernamentales, también lo tienen el Legislativo, el Judicial y recae ello en la sociedad. Es una corrupción incomprensible: caso tras caso todos los días, unos más trágicos que otros”. Con mucha razón. Buscaré ese libro. El avioncito pequeño planea el descenso. El piloto comienza a dar pormenores, indicaciones, ajústese el cinturón, acomodar la mesita bla, bla, bla. Este es uno de los mejores aeropuertos de Estados Unidos, por su movimiento y capacidad. De aquí parten a Europa y Asia cientos de vuelos.
RUMBO A TIERRA
El controlador de la torre enruta dos vuelos, vamos casi parejos, uno más abajo que otro, un avión de Qatar, de los Emiratos Árabes, grandísimo, de esos Airbus gigantes, nos gana en la velocidad y aterriza segundos antes, casi al paralelo. Nos podríamos saludar de ventanilla a ventanilla. Mas tardecito vería a las azafatas con su vestimenta típica, bellas pero ensabanadas, 14 en total y cuatro pilotos forman fila en el pasillo especial para las tripulaciones. Al bajar ya no es sorpresa que para pasar Migración tengas mínimo de tiempo una hora y media. Ahora fue el doble, dicen los que saben de estas cosas que este día es de mayor tráfico de pasajeros, más que el de Thanksgiving Day, su día de guardar. La fila parece unas Naciones Unidas, gente de muchos países, distintos idiomas, enfilamos para que el Migra nos interrogue, nos tome las huellas digitales como si fuéramos delincuentes, una foto donde no sonrías y al fin sella el pasaporte y pa’ adentro. La aviación del mundo cambió desde que, en un septiembre negro, unos locochones paisanos de Toño Nemi secuestraron aviones y los estrellaron contra las Torres Gemelas y El Pentágono, causando desolación y muerte. Los agentes de Migración son lo máximo en este país, su palabra es la ley y no hay nada ni nadie que se les interponga. Ha llegado el caso de que se les ruega avanzar la fila, porque se toma un enlace a otra ciudad o a otro país y se pierde el vuelo. Te dan otro, contestan serios y molestos. O como quien dice: No me molestes, mosquito.
Llego, cruzo Aduana, iré a Woodlands, cerca del aeropuerto, un paraíso residencial donde un amigo me invita cada año, aunque vengo cada dos, o cuando puedo. No hace el frío que se anunciaba, parece que llegará al otro día. Lo que vea se los cuento, otro día.
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