Erwin S. Bárcenas Oliveros.-
Un espontáneo salta a la cancha de un partido donde el Fútbol Club Barcelona va ganando por 3-0 a algún equipo de la Champions League. Este valiente corre directo hacia Leo Messi, lo abraza, le muestra su playera, sonríe para segundos después, salir corriendo mientras la seguridad del estadio lo derriba para someterlo, sacarlo y como es Europa, sancionarlo económicamente y retenerlo por unas horas para después soltarlo.
Adán Cortes, mexicano que de manera sorprendente (como los espontáneos que entran a las canchas de los partidos importantes), en el justo momento, durante la entrega del Nobel de la Paz 2014 a Malala y Satyarthi, saltó con una bandera de México “manchada de rojo” (yo imaginaba algo épico como cuando un albañil termina todo lleno de cemento tras un colado, pero fue más bien como si en un mal movimiento, su Bonice de fresa se le hubiera escurrido en la tela... en fin), el joven Adán burla la seguridad, se pone frente a los premiados y total, ya sabemos lo que pasó...
Un acto noble hoy, se convirtió en el escaparate de un nuevo ídolo, un joven valiente que burló un estricto sistema de seguridad para alzar la voz por lo que sólo llegamos a suponer, era una protesta sobre los 43 normalistas desaparecidos (porque nunca se mencionó Ayotzinapa o Iguala en su reclamo a la galardonada), algo que dejó de ser un muy apreciable evento para después, con una exagerada sobreactuación donde se le pidiera asilo a Noruega como si fuera un nuevo Snowden y que por las ridículas razones antes planteadas, fue negado y el muchacho más popular de las redes sociales en la semana, tuvo que regresar a nuestro país, donde a su llegada al aeropuerto, se le recibió como todo un Subcomandante Marcos vestido para irse al antro.
No menosprecio el acto del chavo, pero pasó de ser “No te olvides de México” al “Wow, soy el nuevo prospecto de metrosexual revolucionario”.
Burlar la seguridad de los Nobel debe ser un reto tan grande como entrar al Nou Camp a querer abrazar a Messi: pero creo que la seguridad en un partido de ese nivel debe ser tres o cuatro veces más amplia que en el recinto noruego, por la cantidad de (lo que de verdad le importa a los importantes) dinero que hay en la cancha... Al final del día, algo que era un detalle de orgullo y coraje de un mexicano, pasó a morir agónicamente mientras daba a luz a un nuevo personaje de moda, un tema delicado usado como plataforma para encumbrar la novela rosa.
Me doy permiso de una frase nerdil extraída de la última película de Batman: “Mueres siendo un héroe o vives lo suficiente para convertirte en villano”.
Twitter: @ataud
www.zoociedadanonima.com