Gilberto Haaz Diez
*Adquirir el hábito de la lectura es construirse un refugio contra casi todas las miserias de la vida. Camelot.
Abro el diario El País. Es una medida histórica. Papá Obama ha decidido levantar el castigo que le tenía a los Castro (no confundir con los Hermanos Castro de México, éstos son cantantes, los otros solo dictadores) y a Cuba, la bella Isla, impuesto desde hace poco más de medio siglo. Cuenta la historia que cuando el Presidente Kennedy comenzaba el Embargo, llamó a su jefe de Prensa, uno como el Muñeco Silva, Pierre Salinger, y el 7 de febrero de 1961, según lo contó en sus Memorias, Kennedy le dijo: apúrate y cómprame mil puros marca Petit Upmann, no los Cohiba de ahora. Pierre le consiguió mil 200 y, cuando los tuvo en su mano, el presidente firmó el Decreto del Embargo. El Embargo comenzó con Eisenhower y Kennedy lo totalizó. Desde Eisenhower hasta Obama, pasaron 11 presidentes americanos y los barbones como si nada.
53 años después, o sea, ayer, Cuba les liberó a un empresario detenido desde hace cinco años, y a un espía (véase en Netflix The Americans, una joya de la Guerra Fría, cuando los rusos y los gringos se espiaban hasta debajo de las alfombras, una buena y bella serie de 10 capítulos que en Netflix está completa, o cómprenla en DVD), preso desde hace 20. Estados Unidos a tres. Intercambio de prisioneros. Obama y el ruco Raúl Castro platicaron por espacio de una hora. Al parecer, se abrirán las relaciones con Cuba, y en ese pueblo, que ya ve que pronto morirán los dos Castro, seguro habrá algarabía.
Pueblo sojuzgado, preso entre sus paredes que, cuando los deportistas salen, se exilian. Habrá nuevas fronteras para Cuba. Saldrán los grandes deportistas, los grandes escritores, la afamada medicina cubana, los productores de novelas radiofónicas y televisivas, y los William Levi y Niurkas. Y seguro llegarán, a su tiempo, los casinos y hoteles que tanta vida dieron en la época de Meyer Lansky y los mafiosos. En la distancia de 90 millas náuticas, donde se encuentra Miami, la otra Habana, anoche hubo cuetes de felicidad. Obama jura y perjura que ya no llamará nunca más “gachos” a los hermanitos Castro, y promete sacar a Cuba de la lista de estados que apoyan al terrorismo, y a los gringos dejarlos ir a La Habana. Él, a diferencia de Kennedy, no le gustan los puros, pero asegura que oirá a Celia Cruz y a Beny Moré, desde hoy. Es una relación santificada, pues fue el Papa Francesco quien sirvió de mediador, y a él si lo oye Dios. A los otros dos, no, solo los ve de a lejitos.
COMUNICADO DE EMBAJADA
El comunicado de Prensa de la Embajada Americana no tiene desperdicio. Léanlo, es histórico, se están abriendo al comunismo que ha fracasado en la Isla. Dice: “Hoy, Estados Unidos está tomando medidas históricas para trazar un nuevo rumbo en nuestras relaciones con Cuba y para confraternizar y empoderar al pueblo cubano. Estamos separados por 90 millas de mar, pero unidos gracias a las relaciones entre los dos millones de cubanos y cubano-americanos que viven en Estados Unidos con los 11 millones de cubanos que comparten una esperanza similar de llevar a Cuba a un futuro más prometedor.
“Está claro que las décadas de aislamiento de Cuba por parte de EE.UU. no han conseguido nuestro perdurable objetivo de promover el surgimiento de una Cuba estable, próspera y democrática. En determinados momentos, esta política de larga data de los EE.UU. en relación con Cuba provocó un aislamiento regional e internacional de nuestro país, restringió nuestra capacidad para influenciar el curso de los acontecimientos en el hemisferio occidental e imposibilitó el uso de toda una gama de medidas que Estados Unidos puede utilizar para promover un cambio positivo en Cuba. A pesar de que esta política se basó en la mejor de las intenciones, su efecto ha sido prácticamente nulo: en la actualidad Cuba está gobernada por los hermanos Castro y el partido comunista, igual que en 1961.
“No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar obtener un resultado diferente. Intentar empujar a Cuba al abismo no beneficia a Estados Unidos ni al pueblo cubano. Hemos aprendido por propia experiencia que es mejor fomentar y respaldar las reformas que imponer políticas que convierten a los países en estados fallidos. Hoy, al tomar estas medidas, hacemos un llamamiento a Cuba para que desencadene el potencial de 11 millones de cubanos poniendo punto final a las innecesarias restricciones impuestas en sus actividades políticas, sociales y económicas. Con ese mismo espíritu, no debemos permitir que las sanciones de EE.UU. impongan una carga aún mayor a los ciudadanos cubanos a los que estamos intentando ayudar. Hoy vamos a renovar nuestro liderazgo en el continente americano. Vamos a levar las anclas del pasado porque es necesario alcanzar un futuro mejor: para nuestros intereses nacionales, para las personas que viven en Estados Unidos y para el pueblo cubano”. O sea, ya la hicimos, dirían los Castro.
COMIDA XALAPEÑA
Antier comí en Xalapa. Una invitación del editor del semanario Veranews, Orlando García Ortiz, convocó a colaboradores de su semanario y a algunos amigos, donde la tarde se la llevó Felipe Hakim Simón, editor de Crónica del Poder. Llegué con el médico Manuel Lila de Arce, exsecretario de Salud en el pasado, y con Gilberto Castro Márquez, hombre picudo de Finanzas. Bien atendidos por Margarita, su fiel colaboradora. En el Casino Español, entre unos dos pegues y cuentos y anécdotas, y mucha política futura y pasada, los contertulios pasamos el rato. Un par de horas y partí de regreso, a lidiar con Capufe.
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