Gilberto Haaz Diez/
*La suerte es una flecha lanzada que hace blanco en el que menos la espera. Camelot.
La mañana que antecedió al Día de la Virgen de Guadalupe, en Córdoba, en Los Portales blackberriaba con el poderoso secretario particular del góber Duarte, Juan Manuel del Castillo. A un lado, como cafeteros, en esa hora que hacía frío y que frente al parque se ve un Árbol Navideño hecho bolas, es decir, con puras bolas, lo que le ha costado al alcalde panista, Tomás Ríos Bernal, burlas y críticas, estaban dos notarios: Alejandro Herrera Marín, hermano de Juan Herrera, que un día fue mano derecha de Miguel Ángel Yunes Linares, la otra mano fue Enrique Ampudia Mello, y que ya no lo son, porque el choleño partió a aguas azules y los otros se quedaron en aguas rojas, tanto que suena Ampudia, el Sherlock Holmes de los pobres, como sucesor del Muñeco Beto Silva Ramos en la coordinación de Comunicación Social, donde todas las mañanas las paredes tiemblan, de miedo. El notario Francisco Montes de Oca, que fue presidente del Congreso en tiempos de Agustín Acosta Lagunes, y la periodista Viridiana Bretón Feito, que partía a Xalapa a la cena con la gente de Arturo Bermúdez Zurita.
En esas estaba cuando me dijo Juan Manuel, desde una de las esquinas de Palacio, que la suerte estaba echada (Alea jacta est) y que, como Julio César cuando cruzó el Rubicón, iban por la gubernatura de dos años, que en ese momento Erick Lagos, muy al tipo Osorio Chong, ante la opinión pública informaba que el gobernador pedía al Congreso se analizara la propuesta y, de ser posible, se votara. Gobernador de dos años y diputados locales de dos. Las reacciones comenzaron a llegar.
LA LISTA DE SCHINDLER
Un visor xalapeño me dijo que la lista es de 400 mil, pero yo la reduje a 400, como los de los 400 pueblos, aunque éstos no se van a encuerar. Lo que es un hecho es que, escribo a tanteo y solo sospecho, el gobernador Duarte, en el paroxismo de la Cumbre Iberoamericana, cuando a Peña Nieto le ha ido muy mal y ese evento lo catapultaba de nuevo a las ligas mayores, al menos entre los jefes de Estado y un Rey que no es de chocolate ni con nariz de cacahuate, allí mismo el Ejecutivo veracruzano sacaría el beneplácito. El presidente le daría luz verde al proyecto. Estoy seguro que Javier, en latín le dijo: “Ab aeterno”. Desde siempre, desde mucho tiempo atrás he pensado que esto ayudaría a Veracruz, y el de Los Pinos habrá dicho: Adelante, quien quiera que sea, como rola de Marco Antonio Muñiz. Esta decisión vino a inquietar a muchos suspirantes y aspirantes, que no pegarán la cabeza en la almohada, habrá noches y días inciertos y sin dormir, para Adolfo Mota Hernández (no le haga caso al orden, eso no altera nada), Erick Lagos Hernández, Alberto Silva Ramos, Carvallo no (ese es toluqueño), Bermúdez Zurita, tampoco, anda ocupado correteando y aprehendiendo maleantes; Harry Grappa Guzmán, que sería el primer secretario de Turismo en Palacio; la Mimí (Noemí Guzmán Lagunes) para ser la primera mujer en ese asiento de gobierno; Gerardo Buganza Salmerón, que todas las mañanas le reza a la Virgen de la Macarena para serlo, aunque fuera de dos años; Julen Tementiría, que es su aliado, iría con él siempre y cuando lo posicionara en la secretaría de Gobierno, también, siempre y cuando (puuura vidaaaaa, diría Clavillazo) él entrara y Yunes lo dejara pasar. Alejandro Montano Guzmán, con medio apoyo del exgobernador de las estrellas, porque dicen que Miguel Alemán anda resentidón con él. Otro, Mauricio Audirac Murillo, que quiere salir por piernas de paganini a gobernador. Él se apunta porque de allí salió quien gobierna a este estado. Uno más. Ranulfo (Tonicho) Márquez, ha sido perdonado de mapache por Chayito Robles, y puede entrar en esa lista de Schindler (los que vamos a vivir, te saludamos). Marcelo Montiel Montiel, que en la federal de Sedesol anda aburrido. Juan Manuel del Castillo no va. Duarte lo quiere en Sedesol.
Bueno, ahí están. Se requiere la aprobación de la mitad más uno de los cabildos pueblerinos, es decir, si existen 212 municipios, van por 107. Y que proclamen las bases para registrarse. Hagan sus apuestas y… cierren las puertas. Hasta ganas me dan de inscribirme, total, dos años se van rapidito.
EL NOBEL
La ceremonia del Nobel puso a un joven en las redes sociales, y en todos los noticieros del mundo. El joven, cuyo nombre es irrelevante, llegó y cuando daban el Premio de la Paz a Malala, una joven perseguida, le extendió la bandera mexicana y le pidió “no nos olvides”. El asunto Ayotzinapa va a viajar por el mundo. La Bandera mexicana siempre es respetada. La chica del Nobel le veía con ojos de incredulidad. Unos guaruras llegaron tarde y sacaron al joven metiche. No habrá consecuencias, o no las debe de haber, porque no infringió ley alguna, aunque los suecos luego son medio suecos, ya ven ustedes cómo les fue a los panistas que, en Brasil, agarraron y vivieron su vida loca, como Ricky Martin y, después de surtirse muy happys a un sujeto brasileño, les costó cárcel por meses, es tiempo que no salen todos libres. La cancillería tendrá que ponerse las pilas, porque no fue una afrenta, afrenta fue aquella vez que un mexicano al grito de tengo ganas, se tiró una meada en el Arco del Triunfo y apagó la flama que permanecía prendida desde 1921, eso sí fue una afrenta. Los veteranos de la Segunda Guerra Mundial le oraban a Charles de Gaulle, que le prestaran un ratito a ese mexicano meón. Otro mexicano que frutas vendía, en otro Mundial, le puso un sombrero charro a la estatua de Nelson Mandela, en Sudáfrica. Por poco le imponen el apartheid. Ya saben ustedes cómo somos los mexicanos de bien portados.