Gilberto Haaz Diez.
*De un tal Miguel de Cervantes: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”.
Para aquellos y aquellas (me afoxé) que vivimos la intensidad de las series americanas, anuncia la compañía Netflix que para abril o para mayo, no, esas son las Cerezas de los Carrión, para 2015, en el primer semestre, llega la joya de la corona de sus series: House of Cards, el Maquiavelo personaje actuado por Kevin Spacey, que dio vida a Frank Underwood, un maloso de la política que, si uno quiere llevar a los políticos nuestros, cualquiera lo hace como él. Serie exitosísima en su segunda temporada, llega con la tres, y quizá la última en 2015, en febrero. Un gran acierto de Netflix. Llega también, y está anunciada, la temporada dos de Vikingos, otra gran serie donde unos hermanos riñen por el poder, se filmó en grandes paisajes y con las barcazas de los escandinavos, cuando los Vikingos eran los reyes de los mares y donde ponían el ojo ponían la bala, como mi general Francisco Villa (oye tú, Francisco Villa, qué dice tu corazón). Esos eran bravos para pelear, con decirles que un día de esos años, que idolatraban a su rey Odín, llegaron a las playas inglesas y los ingleses negociaron, antes de pelear, porque los conocían.
LOS VUELOS DE VERACRUZ
Algo tiene Veracruz puerto, que cada día se suman más líneas aéreas a ese destino, donde el son jarocho sublima y hace que uno saque su butaquito, cielito lindo y velo sacando. Que son seguidillas, dice el cantante de Mono Blanco. Hace nada llegó la compañía Volaris, llegó tumbando caña, a 700 pesos el boleto vuelo Veracruz-México, con buenos y nuevos aviones, muy seguros y muy cómodos. Ahora Aeromar inauguró una nueva ruta. Veracruz-Guadalajara. Me cuentan que VivaAutobús, perdón, VivaAerobús, pondrá una ruta Veracruz-Puebla. La foto que veo del suceso, hace ver al alcalde Poo Gil y al de Turismo estatal, Harry Grapa, a Alfonso López Carvajal, director Comercial de Aeromar; Martín Cobián Torres, gerente Regional; Simón Salazar Anton, Administrador del Aeropuerto de Veracruz; y uno que otro colado. Son buenos aviones. Los ATR 42 Y ATR 72 600. Alguna vez le hice una crítica a ellos y una representante de Aeromar me retó a que fuera a verlos al hangar, no recuerdo si xalapeño o veracruzano. No los vi, pero son muy seguros, cómodos y llegan a tiempo. Dice el viejo refrán: algo tiene el agua donde la bendicen. Dicen los jarochos: algo tiene Veracruz donde todos invierten.
EL PAPA Y SUS QUEBRANTOS
Este Papa, Francesco, el que llegó del fin del mundo, es un tipo majo, listo, hábil, muy humano, como pocos. Como los reyes de España, hay dos en el Vaticano, uno en la reserva (como Chicharito en el Real Madrid), y otro activo. Le viene un libro, El gran reformador, como quiso serlo Peña Nieto y está terminando como el gran desilusionador. Un inglés lo publica y revela algo que muchos sospechamos, que cuando vino la elección papal, a cuatro cardenales les salió el priista que todos llevamos dentro, no hicieron ratones locos ni embarazaron las urnas (ellos no pueden por el celibato), pero dice este inglés que se pusieron de acuerdo para echar fuera a quienes le competían en el Cónclave de esos días que eligieron Papa. Eso no tiene la menor importancia, diría Arturo de Córdova, siempre ha sido así. La iglesia católica por eso es una institución que se ha mantenido dos mil años en la cúspide. Los cardenales eran, un inglés, dos alemanes, seguramente cochados por Benedicto, como los coach de La voz México, y un belga. Ellos lo niegan, se sintieron contrariados. Ha ocurrido otras veces. La elección en la Capilla Sixtina, de Juan Pablo II, fue la elección de más grilla, porque eran dos italianos los que punteaban, Siri y Bellini. Cada rato tenían empates, como la liguilla mexicana, a los otros cardenales ya les había entrado la fiaca y apresuraban el paso (en el pasado, 1274, cuando se demoraban al elegirlos y no decidían quién sería el jerarca de la Iglesia Católica, la gente encerró a los pocos cardenales, tapiaron un cuarto con ladrillos y hasta que no hubiera humo blanco no les abrían, solo demoraron un día así). La de Juan Pablo fue de emoción, el empate no lo desempataban ni con penaltis. Fueron en busca de un tercero, y un cardenal vienés (por Viena) empezó a repartir un librito de homilías, Signos de contradicción, cuyo autor era Karol Wojtyla, a la entrada del Cónclave, como buen priista. Voten por este, decía quedito. Dios me lo aconsejó, rogaba.
AQUEL TIEMPO
Es conocida esta anécdota. Voy a Wikipedia:
El peso de los cardenales centroeuropeos se sabía que era importante, por su prestigio en los Sínodos de los Obispos, frente a los cardenales latinos o italianos. Así, el cardenal vienés Knig al entrar en el Cónclave el 14 de octubre preguntó al Primado de Polonia, cardenal Stefan Wyszynski:
"¿Y si el próximo Papa fuera un polaco? A lo mejor Polonia tendría algún candidato... A lo que el Primado respondió: "¡Dios mío! Te parece que yo debería acabar en Roma... bueno, esto supondría un triunfo sobre los comunistas".
Knig dijo entonces, "No, no me refiero a ti, pero hay un segundo hombre polaco...". "¡Ah!", replicó Wyszynski, "es demasiado joven Karol, es desconocido... nunca podría ser Papa, aseguró.
Pocas horas después, el Primado de Polonia se acercó a su pupilo y le dijo: "Si te eligen, ¡acéptalo!".
Así fue. O sea, que a estos cardenales en aprietos, no se apenen, la vida así ha sido.
Visítenos: www.gilbertohaazdiez.com
Comentarios: [email protected]