Manuel Zepeda Ramos
Inmediata. Así fue y no puede calificarse de otra manera la respuesta que el gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernación, diera al pliego petitorio de los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional. Respuesta además que dejó satisfecha a la opinión pública, unánimemente.
Esta columna la saludó en su momento con gran entusiasmo por la observancia acumulada a lo largo de los años acerca del desenvolvimiento social de nuestro país y sus negociaciones.
Fueron momentos de alta calidad. Uno, el atreverse a ver de igual a igual y en la calle, a los manifestantes que habían llegado hasta la Secretaría de manera ordenada, como no había sucedido en la capital de la república. Otro, en el mismo sitio, días después, con la respuesta comprometida.
Pero el tiempo, breve pero tiempo al fin, ha comenzado a hacer de las suyas. Se empieza a decir que este movimiento de la juventud estudiosa sí está tripulado para hacer cualquier cábala política que se refleje en las próximas elecciones para beneficiar a cualquiera, menos al partido que ha vuelto a entrar a Los Pinos.
Los encontradores de los secretos de la política que se disfraza de mil maneras descubrieron que el que llevaba la voz cantante a un lado del Secretario de Gobernación y que, ciertamente, controlaba a la juventud y futuro nacional allí presente, representaba a los intereses del Peje a través del inefable Noroñas, el personaje que se aparece en los momentos menos oportunos para la buena marcha de la vida nacional.
Suponiendo que las pesquisas fueran ciertas y que el del micrófono tuviera los atributos pejístico-noroñescos que se le imputan, hay todavía señales que pueden catalogarlo como un movimiento de jóvenes inteligentes que están viviendo una aventura importante, descubierta en los mejores años de su juventud, pero que ha comenzado a tener problemas con el aprendizaje negociador.
Me recuerda mucho lo que está pasando en la comunidad estudiantil politécnica a lo que le sucedió hace muchos años a una tía cuya escasez económica era asunto de su vida diaria a la que se le sumaba el tener la fertilidad a flor de piel, generándole la posibilidad anual de tener hijos de manera puntual. Apenas empezaba a ovular porque el menor dejaba de mamar, cuando el nuevo embarazo llegaba sin preguntar. Un día, uno de sus hijos mayores la cuestionó:
—¿Mamita, me comprarías un chicle?
—Sí, hijito—, le contestó; a lo que el crío reviró de inmediato.
—¿Y también una bici?
Los críticos que se opusieron de inmediato a la salida del secretario para recibir a los muchachos, dijeron que de ahora en adelante todos van a querer que los asuntos se resuelvan en la calle y con el Secretario de Gobernación.
Ni tanto que queme al santo y ni tanto que no lo alumbre.
Los jóvenes sí fueron tomados en cuenta de inmediato, como nunca se lo imaginaron. Eso los ha colocado en una autoestima alta, que los animó a ponerle agregados a la respuesta de gobernación complicando la negociación pronta, en donde piden inalcanzables en el corto plazo, como es la autonomía, la elección directa de sus autoridades y la no participación de muchas secretarias y organizaciones públicas en torno al IPN entre otras peticiones que los amarra, si no se resuelven, a un paro indefinido que estoy seguro no lo pretenden los verdaderos estudiantes preocupados por su tiempo de aprendizaje y el compromiso con su familia. Esos buenos estudiantes habrán de ser los mismos quienes descubran pronto los “tripules” pejísticos ya insinuados por la prensa capitalina.
Quiero recordar el resultado fallido de la universidad pública creada por Andrés Manuel en el DF. Sus números son los más bajos en productividad académica, la que mide el número de egresados. Es vergonzoso. Hace un año no llegaban a la decena de egresados, no obstante tener un presupuesto de consideración. Además, la planta académica estaba ocupada en tiempos completos por los operadores electorales del DF que tan buenos resultados le ha dado al PRD en los últimos años. Eso lo digo, por si es cierta la presunción de que el Peje se ha infiltrado en el Poli. Si así fuera, sería lamentable. Las experiencias de Andrés Manuel en la Educación Superior han sido fallidas.
La Directora general destituida es una investigadora de prestigio. Eso no la hace una buena administradora, como quedó demostrado. Sí es un asunto de incapacidad de comunicación y organización del sector académico del IPN representado por ella, que no supo plantear claramente a la comunidad estudiantil lo que pretendía. Los cambios que ella propuso, que fueron al final de cuentas su Waterloo y que ya fueron eliminados como parte de la negociación, dejaron en evidencia una gran debilidad de la academia por ella representada en cuanto a lo que se debe poner en consideración, de manera clara y llana, como herramienta necesaria del sector académico de relación con la base estudiantil. Es ese mismo distanciamiento que han observado en Inglaterra y en los Estados Unidos los estudiosos de la transmisión del conocimiento. La incapacidad de explicar a los jóvenes lo que se quiere es un asunto que debe preocupar seriamente a la educación en general y la Educación Superior en particular.
Cada día que pase, la relación con las nuevas generaciones debe ser tersa y clara. Debe ser asunto de dos partes. El Gobierno de la república lo ha intentado con el Poli. Creo que avanza.
Estamos reaprendiendo a negociar. Debe ser tema de autoridades y estudiantes, como práctica cotidiana.
Hoy son tiempos de hablar.