El ataque y desaparición de estudiantes normalistas en el municipio de Iguala, en el estado de Guerrero, es una muestra de barbarie en la impartición de justicia y el orden público en esa entidad. Hoy aparecen videos donde se ve a la policía municipal coludida con grupos delincuenciales, transportando en patrullas a los estudiantes normalistas de Ayotzinapa hasta la zona de Pueblo Viejo, Iguala, donde supuestamente ahí le dieron un balazo a cada uno. Luego los quemaron y posteriormente los enterraron.
Estos atroces hechos ocurrieron el pasado viernes 26 de septiembre, fecha en que un reyezuelo de alcalde, José Luis Abarca, se molestó por que ese día rendía su segundo informe de actividades del DIF su esposa, María de los Ángeles Pineda, acto que perturbaba la presencia de los normalistas y dio órdenes a la policía municipal para detener a los estudiantes y darles un escarmiento. Orden que terminó en barbarie y muestra al país la manera como operan las policías municipales en el estado de Guerrero.
Estos hechos suceden en Iguala, localidad del estado sureño de Guerrero, ubicada a unos 200 kilómetros al sur de la ciudad de México. Nos preguntamos, como lo pregonaba el viejo programa del comediante Héctor Suárez, ¿Qué nos pasa?