23 de Noviembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

ACERTIJOS *Se camina y a la vez se gobierna. Camelot.

 

Gilberto Haaz Diez

 

 

 

DUARTE EN TIERRA BLANCA

 

Es el mes de la patria y se acerca el día del Grito. Camino rumbo a Xalapa, enfilo en la autopista. Dos compromisos me llevan: primero ir a ver al dentista de las estrellas de Hollywood, Javier Francisco Zamudio. El segundo, comer con la gente de Centinela, El periódico que no se vende, y su staff en el Asadero Cien de Plaza Américas, en esa zona que está copiado un techo que cambia de día a la noche y viceversa, similar a un pasillo que lleva al hotel César Palace en Las Vegas, donde hace más de diez años que no voy, y ahora lo conozco solo porque Paco Vicente, el Chule, cuando va seguido pone fotos en el Feis. En el camino me entero por Leopoldo Pascacio, que opera con el buen Alberto Silva Ramos en la coordinación de Radio de la oficina de Información y Propaganda que opera Silva, como Goebbels en sus tiempos, pero sin maldad ni daño, que el gobernador de Veracruz iba a mi pueblo, Tierra Blanca, donde moran y viven Kamalucas y Minga, dos personajes cuenqueños. Se agradece a Kamalucas una décima que envió por mis 14 años de escribiente. Tentado estuve a desviarme en La Tinaja y cubrir la gira de Duarte de Ochoa, pero los compromisos así son. Lo encontré esa misma mañana en la Blackberry y le ofrecí que la estación de Radio XEJF, Radio Max y Crónica de Tierra Blanca, estarían cubriendo el evento en vivo. Lo agradeció. No era un acto menor, llevaba al secretario de Sagarpa, Enrique Martínez y Martínez, a cubrir incentivos a productores de Veracruz como parte del compromiso presidencial 157 de Enrique Peña Nieto, enfocado a elevar productividad. Ese acto yo lo recuerdo. Peña llegó en campaña con su esposa, Angélica. Derrochaba energía, llegaba con paso triunfante a los campos gemelos con un calor del carajo, sudaba hasta aquellito. A plein soleil, como diría un francés, la gente se arremolinaba en espera del que sería más tarde presidente de México y que anoche los santones de la tele del programa ‘Tercer Grado’: López Dóriga, Denisse, Loret de Mola, Marín, la Micha y Leopoldo Gómez llegaron a la conclusión que en 18 meses Peña Nieto ha hecho muchísimo más que los dos sexenios panistas. Eso lo dijeron ellos, que conste.

 

EN EL HELICOPTERO

 

Y me quedé con las ganas para la otra de treparme al helicóptero gubernamental, como una vez lo hice a invitación del gobernador Duarte en otra gira cuenqueña, de esas matadoras. Uno puede pensar que los gobernadores tiran la fiaca y a veces se les va en todo dulzura. Qué va. Aquella ocasión partimos a las 10:00 de la mañana del aeropuerto El Lencero de Xalapa. Íbamos varios pasajeros: el mismo gobernador, Adolfo Mota, secretario de Educación; José Antonio Mansur, delegado federal de Economía; quien esto escribe; y el asesor de Obama y Duarte, el galán Enrique Jackson Ramírez. Empezamos 10:00 de la mañana y como a las 8:00 de la noche retornamos. Apenas a echar un taco frente al aeropuerto xalapeño, con hambre, sudados, flacos y ojerosos y cansados pero con ilusiones. No siempre se vuela con el poder, y anda uno en las nubes flotando de felicidad. Visitamos cuatro pueblos cuenqueños, comenzamos en Tierra Blanca en un buen evento estudiantil. El gobierno ayudó a un Tecnológico y le proporcionó camiones para trasladarse, cosa que los estudiantes agradecieron a su gobernador. Esa noche conocí a Toño Tarek, el Tesorero que se sumó a la comida-cena y que hoy, lo que es el tiempo, busca derroteros electorales en esa zona al ser oriundo de Tres Valles, donde los Abdalá casi fundan el pueblo y llegaron a echar raíces de trabajo y de gente honesta y honrada, en el comercio, en una tienda señera frente a la vía del tren, como referencia marcable.

 

EN XALAPA

 

Desde Xalapa, con Víctor Hugo Alarcón, colaborador fiel de esa empresa radiofónica, que ha servido allí con lealtad plena, monitoreaba la gira del gobernador. Me daba los pormenores, comería después en el Rancho Hidalgo, propiedad de un júnior cuenqueño, Yamil García. Víctor Hugo me contó que todo salió a pedir de boca, y que el gobernador tuvo un gesto. Al irse del acto vio a los comunicadores, se bajó de la camioneta y agradeció el que hayan cubierto ese evento de gran relevancia, donde se atendía al campo. En esas estaba en el Asadero con la gente de Centinela y su comandante en Jefe, Luis Rodríguez Zavala. Hablando de los tiempos pasados, de cierta vez que fuimos a Madrid, pedazo de la España en que no nací (soy cuenqueño), cuando pagamos la novatada de comprar unos boletos para ver al Real Madrid en 500 euros, que con eso como dos meses, diría el terror de las chicas Herbalife, Perro Uribe. Hospedados en aquel hotel que queda por el aeropuerto Barajas-Adolfo Suarez, uno internacional que cada piso lo diseñó un arquitecto, un mexicano, un japonés, un italiano, un checo, la única vez que le jugué una infidelidad al hotel Liabeny, el del Concierge Pedro, el mejor del mundo. Pero a la gorra no hay quien le corra, y Luis sacó su aguinaldo y pagó esa vez. Reunidos estábamos en el piso alto del Asadero con Luis Ayala Alarcón, su nuevo director; con el periodista muy leído, Salvador Muñoz Mora; Andrea López Monroy, Óscar Pedro Reyes Castelán y Brenda Caballero. Hablamos de periodismo y de los libros, de esos grandes escritores que se leen con pasión, de Manuel Vicent, Juan José Millás, de Eduardo Galeano, Juan Eslava Galán, quien apenas escribió La Primera Guerra Mundial contada para escépticos, y de un cubano al que no conocía, J.J. Armas Marcelo, con un buen libro: Un réquiem por Fidel, porque Fidel Castro ha muerto muchas veces, pero a la vez ninguna. Le ocurre lo que decía el otro Fidel, Velázquez: “Estoy tan viejo que ya la muerte se olvidó de mí”, de las mujeres españolas: Almudena Grandes, Carmen Rigalt, Rosa Montero, Elvira Lindo, para rematar con Raúl del Pozo, para mi gusto y lectura el mejor escritor de columnas de España, del Diario El Mundo, un amigo del empresario cordobés, Domingo Muguira Revueltas, que cada que va a España se lo lleva a Marbella a jugar al golf y seguramente a nutrirse de su sapiencia. Del Pozo suplió al gran Francisco Umbral, Premio Cervantes, quien era titular en ese espacio, y el diario El Mundo encuestó entre sus lectores para que les dijeran quién se merecía ese sitio de gloria. Lo ganó a pulso Raúl del Pozo, tremendo escritor. Umbral fue de los pocos amigos que acompañó a Camilo José Cela a recibir el Premio Nobel. Luego se fracturó su relación porque Umbral le escribió un libro: Cela, un cadáver exquisito, lo que hizo al Nobel montar en cólera. Entre arracheras y una sopita de verduras, pues he andado malito, se nos pasaron las horas. Cerraban edición y andaban a las prisas. Yo tomaría el camino de regreso a casa y llegaría a contar esa historia. En el camino, por los reportes supe que la gira del gobernador a mi pueblo había sido de provecho. Peña Nieto cumple sus promesas, he dicho hasta el cansancio que quizá este presidente no ha leído tres libros en su vida, pero va a ser un buen presidente, recordado como otro paisano presidente, Adolfo López Mateos. Una foto llegó a mi Black, era el gobernador Duarte posando con el diario Crónica de Tierra Blanca, con sombrero ranchero y sonrisa Colgate, la trepé a mi Facebook y la compartí con mis 72 lectores, apareció un lector que me testimonió que le di titulo de 72. Historia que luego les cuento.