22 de Diciembre de 2025
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Lamentable que la sociedad enseñe a ser el centro de todo

 

 

 

 

 

 

Yhadira Paredes

Xalapa

La sociedad enseña siempre al ser humano a colocarse al centro y hablar de las necesidades, los deseos, los gustos, los caprichos propios, haciendo a un lado a los demás, reprochó el arzobispo de la Arquidiócesis de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong.

En el marco de la solemnidad de la Santísima Trinidad, destacó que ahí el hijo habla del padre, el Espíritu Santo recuerda lo que dijo el hijo, la comunión de padre y el hijo es el espíritu santo, ninguna de las personas de la Santísima Trinidad se coloca al centro.

“En una familia y también en la Iglesia, debemos aprender esto, el esposo, la esposa, los hijos, nadie está al centro de la familia, está Dios y lo que nos enseña Dios, el esposo coloca al centro a la esposa y a los hijos, busca ser buen esposo y buen papá, toda su vida, trabajo y oración es para ellos”.

En el caso de la mujer, aseguró el prelado católico, nunca se ha puesto al centro de un hogar cristiano, pues para la sociedad la mujer debe autorealizarse, cumplir sus planes y proyectos, pero en la vida cristiana no, “la esposa es esposa, la mamá es mamá y con una alegría, dice yo estoy feliz”.

Patrón Wong dijo que es triste ser familia como la sociedad y como algunas ideologías tratan de obligar a vivir.

Asimismo, señaló que otra de las enseñanzas de la Santísima Trinidad es que son tres personas diferentes en un solo Dios, en cada familia y en la Iglesia Católica, cada uno debe permanecer diferente, pero ser una sola familia.

“En una familia todos y cada uno tienen un nombre diferente, pero todos tenemos el mismo apellido, unidos en el mismo apellido, pero respetuosos de que cada persona  aporta a la familia, al apellido, lo bello de su personalidad”.

Finalmente, consideró que la manera de como ser hijo o hija debe aprenderse de Jesús, por lo que debe seguirse ese camino, para animarse, fortalecerse, animarse en momentos de cansancio, difíciles y oscuros tenemos al Espíritu Santo.