
JUAN DAVID CASTILLA ARCOS
XALAPA
Los “megaproyectos de muerte” no han sido cancelados en el estado de Veracruz y el riesgo contra el medio ambiente y las poblaciones aún es latente.
La mayor preocupación para activistas y grupos ambientalistas son los trabajos de minería a cielo abierto y fracking, extracción de hidrocarburos mediante la fracturación hidráulica.
Ambas actividades requieren de amplias cantidades de agua para sus procesos correspondientes, situación que también es reprobable para los defensores del medio ambiente.
La zona norte de la entidad ha sufrido una grave afectación por fracking. En aquel lugar, Óscar Espino Vázquez, integrante de la Red por los Derechos Humanos de Papantla y del Congreso Nacional Indígena, ha dado seguimiento al tema.
El problema es notorio desde Álamo hasta la cuenca del río Tecolutla, una extensión bastante amplia, conocida como cuenca petrolera Tampico-Misantla, misma que está dentro de una aún más grande: Poza Rica-Altamira.
“Son cuencas que se prevé serán utilizadas para fracking de gas de lutitas -un hidrocarburo en estado gaseoso que se encuentra en las formaciones rocosas sedimentarias de grano muy fino”, relata el activista.
Cuenta que las perforaciones continúan en distintos puntos de la zona, como Papantla, Tihuatlán, Poza Rica y Álamo Temapache.
POZOS PERFORADOS
En la entidad, hay más de 270 pozos que son perforados mediante el método de fracking, al norte de Veracruz.
La empresa Petróleos Mexicanos (Pemex) ha proporcionado, de manera oficial, esa información a los ambientalistas.
"Tenemos respuestas oficiales del propio Pemex que hay más de 270 pozos con fracking en la región de Papantla para sacar gas shale”, expresa Espino Vázquez.
Menciona que el Plan Nacional de Hidrocarburos, que promueve la Reforma Energética del expresidente Enrique Peña Nieto y presuntamente sería cancelada en la actual administración, sigue su curso.
"Vimos con buenos ojos que el Gobierno Federal anunciara el cese de los trabajos y la cancelación del fracking como técnica para la extracción de hidrocarburos. Pero lo que vimos es que sólo era un discurso de la mañanera, porque en la práctica ni siquiera se llevó al Congreso para que se pudiera reformar debidamente la Constitución y echar atrás la Reforma Energética, que permite el uso de la fractura hidráulica”.
FRACKING, MÉTODO DEVASTADOR
De acuerdo con los grupos ambientalistas, el fracking contamina el agua de forma irreversible, retira grandes volúmenes del ciclo hidrológico local al quedarse atrapada en el subsuelo y pone en riesgo acuíferos y cuerpos de agua superficiales por fugas y derrames.
Se habla de que por cada pozo se utilizan de nueve a 29 millones de litros de agua, mezclados con arena y más de 750 químicos (muchos de ellos tóxicos, como benceno, arsénico y cadmio), que son inyectados a alta presión para fracturar la roca y liberar hidrocarburo.
El agua residual está altamente contaminada. Además del cóctel inicial ahora trae hidrocarburos, metales pesados e incluso material radioactivo.
A veces el agua residual se envía a aguas de tratamiento que no están equipadas para tratar agua tóxica, liberando subproductos cancerígenos.
ABANDONO SOCIOAMBIENTAL
A juicio de Óscar Espino, a la fecha es notorio el “abandono socioambiental”, debido a que aún hay derrames de hidrocarburos que están dañando el medio ambiente.
“Tenemos un derrame que no ha atendido ninguna dependencia, denunciado ya desde hace cinco años, en este mes se están cumpliendo cinco años de derrame derivado de un pozo en la localidad de Emiliano Zapata”.
Además, continúa el desplazamiento de las poblaciones en la zona de Papantla y se ha recrudecido la violencia a partir de la presencia de industrias de hidrocarburos.
“Las comunidades que están resistiendo (para evitar los trabajos), están fuertemente amenazadas, les están supeditando muchos programas para que accedan a estos procesos de infraestructura de hidrocarburos en la zona. En este momento siguen las perforaciones en la región y las comunidades siguen sin tener eco en su palabra para impedir que cese la contaminación ambiental”.
Todavía hay dos áreas de permisos y asignaciones, donde se prevé que haya perforaciones para extraer gas de lutitas o gas shale.
“Las comunidades siguen al pendiente de que vayan a empezar a trabajar y que no vayan a tener ellos alguna información sobre lo que está sucediendo en sus comunidades. Por supuesto, no fueron consultadas”.
El actual gobierno ha informado que se trata de proyectos, cuyos permisos fueron otorgados desde hace varios años por administraciones pasadas.
MINERÍA TÓXICA
Los proyectos de minería a cielo abierto tampoco han sido suspendidos definitivamente, como lo han exigido grupos de ambientalistas.
Se encuentran en varios municipios, como Actopan, Las Minas, Tatatila, Huayacocotla y Alto Lucero, de acuerdo con La Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (Lavida).
De acuerdo con Emilio Rodríguez Almazán, integrante de Lavida, la resistencia de los pueblos contra los “megaproyectos de muerte" continuará en el territorio veracruzano.
"Seguiremos organizándonos con las comunidades. Estamos preparando una movilización para abril en el Día Mundial de la Tierra. Y estamos organizándonos con los pueblos para exigir una vez más al Gobierno del Estado, ver reflejado en un decreto la firma del Gobernador (Cuitláhuac García) que su posicionamiento es la minería tóxica, a favor de la naturaleza y a favor de sus pueblos".
Recuerda que los activistas han logrado avances en su lucha, como actas de cabildo en la región del río Actopan, Alto Lucero y Naolinco.
“Las mineras no se van, pero los pueblos tampoco. Los pueblos llegaron primero, las empresas llegaron después y quien tiene derecho sobre la tierra pese a sus concesiones, son las comunidades".
Por tal motivo, adelanta que continuarán más protestas en la entidad veracruzana para que cesen dichos trabajos, pues resultan perjudiciales para el entorno ecológico y las personas.