28 de Mayo de 2025
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Depósitos judiciales en Veracruz, la batalla jurídica por un hijo

 

 

 

 

 

 

Esta figura permitida en la ley es utilizada como pretexto por los padres para arrebatar a los hijos.

Flavia Morales/AVC

Xalapa

Las mujeres que pelean la custodia de sus hijos en Veracruz cuentan historias similares. Sus hijos e hijas les fueron arrebatados con violencia y luego bajo la figura de depósito judicial lograron una custodia temporal, ellas no fueron notificadas en tiempo y forma por el Poder Judicial, hay burocracia que puede tardar meses en otorgar una convivencia con el menor, y no se tomaron en cuenta las agravantes de violencia familiar.

En Veracruz, la figura del depósito judicial de menores sirve para proteger al menor ante un peligro inminente. Según los datos oficiales del Poder Judicial, se ha otorgado este año 975 depósitos judiciales de menores. Del 2016 al 2018, se tramitaron más de cuatro mil 800 depósitos.

Las madres acusan que esta figura permitida en la ley es utilizada como pretexto por los padres para arrebatar a los hijos, y quitar la custodia, mientras que la mayor parte de los jueces no verifican los argumentos ni las pruebas para otorgar los depósitos.

NATALIA, 8 MESES SIN VER A SU HIJA

La hija de Natalia tenía apenas 2 años cuando su padre se la llevó. Era agosto del 2017.

Natalia fue notificada de que su expareja había tramitado un depósito judicial ante un juez en Veracruz hasta abril del 2018, ocho meses después, pues como domicilio para notificarla pusieron un domicilio en Xalapa, cuando ella vivía en otra ciudad.

El exmarido era un alto funcionario en la Secretaría de Seguridad Pública cuando tramitó el depósito judicial, argumentó que Natalia era una mala madre, que se la pasaban en los antros y que sus dos guaruras personales la tenían que sacar borracha de los lugares.

Los testigos ante el juez fueron los propios guaruras, y el personal de servidumbre de su casa.

“El juez no se fijó si era verdad, no hicieron ninguna inspección en la casa para saber si mi hija era lactante y él dio una dirección de Xalapa para notificarme aunque yo no vivía ahí, nadie investigó si los dichos eran ciertos, le dieron el depósito, en noviembre yo debería haber visto a mi hija, pues hubo una audiencia, yo ni siquiera me enteré”, cuenta.

Ocho meses después, empezó con los trámites jurídicos para lograr la suspensión del depósito judicial, anexó la denuncia que había interpuesto por violencia familiar. Un año después, en agosto del 2018 logró obtener en una audiencia tres visitas a la semana para ver su pequeña.

Pero entonces, vinieron más irregularidades, su expareja no presentó a la menor, el juez hizo varios apercibimientos económicos, nunca llegó al arresto por las faltas, y un mes y medio después se cancelaron las audiencias.

Natalia logró una audiencia hasta noviembre del 2018, pero el padre tampoco se presentó: “Yo llevaba más de un año sin ver a mi hija, luchaba por una niña a ciegas que no conocía, mi hija empezó a crecer y todo eso me lo perdí, me lo robaron”.

Cuando por fin obtuvo una audiencia de menores en el Juzgado Sexto de Minatitlán, su expareja llevó a la niña tapada, así la presentó ante el juez.

“Yo intenté acercarme a mi hija, llevaba más de un año sin verla, ni siquiera en foto, pero él me empujó, ahí estaba la secretaria de acuerdos, y solo me dijo que no tenía por qué acercarme a mi hija. Nadie hizo nada, ni siquiera el juez cuando se lo notificamos”.

Su expediente el 2269/2016 está en el Juzgado Décimo Segundo de Primera Instancia, Materia Familiar.

Los que siguió para Natalia fue un ir y venir entre juzgados de Minatitlán y luego de Xalapa a donde trasladaron su caso. A principios de este año obtuvo una nueva audiencia, donde su ex pareja presentó a su hija, pero la juez “olvidó” llamar a la psicóloga, por lo que la convivencia tampoco pudo llevarse a cabo.

“No me dejaron acércame, él me insultó otra vez, me dijo que era promiscua enfrente de la juez y los fiscales, nadie le pidió que se callara, él me destrozó frente a la juez, y nadie hizo nada, eso tampoco se puso en los expedientes”, dice.

En mayo del 2019, le decretaron a Natalia cuatro horas de convivencia en el Centro de Convivencia Familiar Asistida.

“Cuando mi hija escuchó mi voz me abrazó, físicamente no me reconoce, pero mi voz sí, ella no sabía que yo era su mamá y me pidieron que no le dijera, aunque la psicóloga advirtió que eso podría hacer daño en la menor”.

Aunque el juez decretó la regularidad de las audiencias, Natalia apenas ha podido verla en algunas ocasiones, porque la mayoría de las veces se queda plantada.

Penalmente, su expareja también procedió contra ella por omisión de cuidados y presunto abuso sexual, a la menor le practicaron exámenes ginecológicos y psicológicos, pero la denuncia está detenida, pues no hay pruebas para sostenerla.

Finalmente, después de dos años de lucha, el juez emitió una sentencia el 14 de agosto pasado, y dejó sin efectos el depósito judicial, pues no hubo pruebas de que la menor estaba en riesgo y pidió su inmediata reintegración con su madre.

Tres semanas después, su expareja fue notificada. La tardanza se debió a que primero la fecha de la notificación estaba equivocada y luego el expediente fue perdido. Cuando fue notificado agredió físicamente a la abogada defensora de Natalia.

El temor ahora es que recurra a un amparo federal que extendería el proceso de entrega más de tres meses.

CAMBIAR DE CIUDAD PARA PELEAR POR UN HIJO: NINI YESENIA

Nini Yesenia Pérez vivía en Huamanguillo, Tabasco, cuando su expareja le quitó a su hijo y se lo llevó a Coatzacoalcos, a más de 140 kilómetros de distancia.

El juez del juzgado décimo sexto de distrito decidió otorgarle al padre el depósito judicial. Nini tuvo que cambiarse de ciudad y ahí se sumó al Colectivo Ven a mis Brazos, el cual busca apoyar a madres en su situación.

“El señor me robó a mi hijo, me tomaron la denuncia por retención, era un 23 de febrero del 2018, bajo argumentos falsos, él dijo al juez que cuando lo fue a visitar, yo le pedí que se llevara a mi hijo, que me estorbaba, y si no se lo llevaba, lo iba yo a regalar, todo eso lo creyó el juez”, cuenta.

Al igual que otros casos, Nini tampoco fue notificada de que existía un depósito judicial, tampoco se presentó a las audiencias que se solicitaron de parte de la jueza.

“Pasaron seis meses sin ver a mi hijo, cuando me dieron convivencias en el DIF no se respetaron, cuando cambiaron a la juez, se obligó la audiencia luego de los apercibimientos”.

Nini relata que cuando su expediente iba avanzado, la familia de su esposo intentó sobornar a la jueza, como no lo lograron, pusieron una denuncia y la jueza se excusó del caso: “Eso fue otro retraso más en el nombramiento de un nuevo juzgado”.

Su caso ahora está en el juzgado décimo octavo del Poder Judicial, y durante la audiencia de pruebas, su esposo no se presenta, por lo que solicitan nuevas audiencias.

“No sé, la mujer no tiene apoyo, la justicia es a su antojo, no se ha presentado a ninguna audiencia, dónde está la justicia, de qué se trata, es cómo el cuento de nunca acabar, las convivencias son un derecho no solo de la madre, sino del niño, mi hijo le dice mamá a otras personas”.

El hijo de Yesenia tiene 4 años, cuando se lo quitaron tenía 2 años y medio, y aunque ha peleado por él a través de abogados, no ha logrado obtener justicia. “Me están amenazando, como ponemos lonas y sacado cartas, nos han mandado a amenazar, me han dicho que me van a desaparecer”.

El colectivo Ven a mis Brazos tiene otros casos, que llevan hasta tres o cuatro años. “Hay tres compañeras que ya tienen sentencia, pero la juez dio la sentencia a los padres, no tomó en cuentas las pruebas, hay otro caso de Chiapas, los casos más irregulares y tardados, están en el juzgado décimo sexto, y como estamos en el colectivo y la exhibimos, yo creo que es más como venganza”, dice.

FIGURA DEL DEPÓSITO DEBE DESAPARECER: ABOGADA

María Ximena Ángeles Azuara, abogada familiar y parte de la defensa de Natalia, criticó la figura del depósito judicial, pues dijo que aunque la medida se debe tomar privilegiando el interés superior del menor, y cuando éste se encuentre en inminente peligro, la mayor parte de los padres lo usan como arma para quitar a las madres a sus hijos.

“La mayor parte de las veces no se verifica que los argumentos sean reales, los testigos son a fines del padres, los jueces no van al domicilio, se basan en dichos, y los hijos son tomados como botín de guerra”, señala.

También cuestiona que la carga de trabajo de los juzgados familiares retrasa las audiencias hasta tres o cuatro meses, y cuando por fin se obtienen las audiencias, los padres incumplen con la obligación de presentar a los hijos, sin que las medidas de apremio se cumplan, por lo que una madre puede pasar hasta un año sin ver a su hijos por esta burocracia.

En su opinión, hay leyes familiares obsoletas, que debían cambiar y agilizar las medidas de apremio cuando los padres no presentan a los menores ante el juzgado.

La abogada también reconoce que los criterios de los jueces y juezas no están unificados, pues hay algunos que si resuelven los casos de custodia de forma rápida hasta en una semana, mientras otros retrasan el proceso sin tomar en cuenta a la madre.

LOS CASOS POR CUSTODIA PUEDEN TARDAR VARIOS AÑOS: MADRES ACTIVISTAS

Brenda Rodríguez, fundadora de Madres Activistas de Xalapa, agrupación de apoyo a mujeres que sostienen un litigio por la custodia de sus hijos, señala que en la mayoría de los casos, cuando la madre tiene una pareja o vuelve a contraer matrimonio, se desata el pleito por las custodias, pues los padres se niegan a pasar pensión.

Dijo que la figura de depósito judicial de menores es utilizada en contra de las madres, quienes son acusadas hasta de abuso sexual.

En su caso, el motivo del enojo es que ella pidió el divorcio, con el pretexto de llevarlo por una piñata, su expareja se llevó a su hijo y lo devolvió hasta varios años después

En el proceso, Brenda vivió amenazas de muerte y también para su abogado, así como varias irregularidades que la llevaron a estar varios años sin ver a su hijo.

Durante sus visitas diarias a los juzgados, fue conociendo los casos de las madres, y así decidieron juntarse y formar el colectivo para defender sus derechos.

“Yo al igual que otras madres, me enfrentaba a una demanda de mentiras, en mi caso le dijeron al juez que estaba impedida para cuidar a mi hijo porque era ciega, (aunque sólo) tenía meningitis, una serie de mentiras que retrasaron el proceso”, contó.

En su experiencia es urgente agilizar los juicio y decretar una convivencia inmediata con el progenitor que no está, pues si el juzgado aceptar atrasar las audiencia participa en la revictimización de la mujer.

También opina que es necesario que existan terapias de revinculación con el padre con el que no conviven, pues luego de la manipulación de una persona adulta en contra del progenitor, puede resultar en un daño psicológico al menor.

CONGRESO PROPONE CUSTODIA COMPARTIDA

Apenas este mes, el Congreso del Estado aprobó una reforma al Código Civil del Estado, a fin de incorporar la figura de custodia compartida durante o después del proceso de divorcio de los padres.

De esta manera se establece que cuando ambos padres lo acuerden mediante el convenio de divorcio respectivo, o cuando los progenitores lo soliciten durante la tramitación del juicio o aun después de dictada la sentencia, el juez u órgano jurisdiccional competente, atendiendo al interés superior del menor, podrá otorgarles la custodia compartida.

Con 35 votos, sin abstenciones ni votos en contra, se reformó el artículo 345 Bis del citado Código.

Esta custodia podrá acordarse en períodos equivalentes de una semana, un mes, por semestre, o en aquellos periodos que determinen el padre o la madre de conformidad con sus posibilidades, valorando las especiales circunstancias de cada caso y considerando lo más adecuado para las y los hijos.