21 de Diciembre de 2025
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Posadas: novenario de preparación para Navidad

 

 

 

 

 

No para borracheras: Suazo

 

Juan David Castilla Arcos

Xalapa

 

Para la Arquidiócesis de Xalapa las posadas no son fiestas que terminan en borracheras, sino un novenario de preparación para la Navidad, cuyo festejo es el nacimiento de Jesús, el hijo de Dios que asumió la condición humana.

 

De acuerdo con el vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes, la preparación de la fiesta cristiana mencionada va del 16 al 24 de diciembre y, en ella, se contempla el misterio de la encarnación del hijo de Dios, así como el ambiente y el contexto donde sucedió.

 

En su comunicado dominical, el presbítero recordó que las posadas forman parte de una tradición cristiana iniciada desde el periodo de la colonia que dispone a los feligreses interna y externamente para la celebración de la noche buena

 

“Llamamos Nochebuena a la noche en que celebramos el nacimiento del hijo de Dios, se trata de la noche en que los ángeles cantaron el ‘Gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres de buena voluntad’”, añadió.

 

El sentido cristiano de las posadas está detallado en el capítulo segundo de San Lucas, donde se narra que César Augusto ordenó un censo para que los habitantes de aquellas regiones acudieran a empadronarse a sus ciudades de origen. Por eso San José y su esposa, la virgen María, quien estaba encinta, subieron a empadronarse desde Galilea, en la ciudad de Nazareth, a Judea, a la ciudad de Belén, por ser él de la casa y familia de David.

 

También comentó que durante las posadas se viven verdaderos momentos de humanidad. Hay lugar para la convivencia, para la caridad y para vivir la solidaridad.

 

“Muchas veces en las posadas hay también piñatas, y si es la estrella de siete picos, da la oportunidad para hacer una lectura de fe. Cada pico representa un pecado capital que con sus vivos colores seduce al alma para apartarla de Dios y llevarla al pecado. La persona con los ojos vendados, representa al creyente que con la fe, vence al pecado recuperando el don sobrenatural de la gracia, representada por la caída de frutas y dulces”, enfatizó.