Juan David Castilla. Xalapa, Ver. Pasaban de las diez y cuarto de la mañana. La gente caminaba de prisa entre los pasillos de la Rectoría de la Universidad Veracruzana (UV). La alarma se escuchaba hasta el Estadio Xalapeño "Heriberto Jara Corona".
Las explanadas, a un costado de los edificios "A" y "B", así como también, de los edificios "C", "D" y "E" eran el punto de reunión y conteo.
Se trataba de un simulacro de sismo, ante los recientes que ocasionaron tragedias en Puebla, Morelos, Chiapas, Oaxaca y la Ciudad de México.
Sujetos con chalecos naranjas y verdes fosforescentes guiaban a las multitudes de mil 400 personas, que se encontraban en los cinco edificios de oficinas centrales.
El Secretario de la Rectoría, Octavio Agustín Ochoa Contreras se observaba entre la gente, esperando indicaciones.
Tres minutos tardaron en salir. El personal del Sistema Universitario de Gestión Integral del Riesgo (SUGIR) realizada una inspección ocular para evaluar el estado físico de cada uno de los inmuebles.
Los trabajadores no lo tomaban en serio. Muchos reían, molestaban al de junto y alentaban el proceso.
Mientras tanto, Francisco Ramírez, miembro de la Brigada de Evacuación del SUGIR, externaba, con megáfono en mano, los pormenores.
"Comunidad universitaria, informo a ustedes que derivado del sismo de magnitud 7.1 con localización de su epicentro a 12 kilómetros al suroeste de Morelos, se procedió a desalojar los cinco edificios de oficinas centrales".
La rectora Sara Ladrón de Guevara González había decidido presenciar el acto en la Facultad de Arquitectura, a unos cuantos metros de su oficina.
La explanada de la Rectoría lucía repleta. Los trabajadores administrativos esperaban a que culminara la supervisión.
Después de diez minutos, el brigadista tomó nuevamente el megáfono para informar sobre los presuntos daños ocasionados en los edificios.
"La Dirección de Proyectos, Mantenimiento y Construcciones determinó que no existe daño estructural alguno en sus cinco edificios, por lo que en este momento podemos regresar a nuestras áreas de trabajo, recordándoles que si hay alguna réplica perceptible se deberá implementar nuevamente el protocolo de evacuación o desalojo".
El personal caminó hacia sus lugares de trabajo para reanudar sus actividades con normalidad.
A juicio de los brigadistas, el primer simulacro universitario puso aprueba la capacidad de comunicación y respuesta, ante una contingencia declarada.
Las mismas acciones se repitieron en todas las facultades y entidades de la máxima casa de estudios del estado.